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Ricky Martin, en una pose muy al estilo Elvis Presley, se echa sobre el pie de micro durante uno de los temas que cantó anoche en la plaza de toros de Granada.
Ricky Martin, receta contra la oscuridad

Ricky Martin, receta contra la oscuridad

El artista puertorriqueño arrasó en Granada con un directo energético y pegadizo que dejó atrás la sombra de Manchester

Pablo Rodríguez

Jueves, 25 de mayo 2017, 02:24

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Que no era un concierto más lo advertían el amplio abanico policial y las escasas escenas de euforia desatada en la apertura de puerta. La sombra de Manchester, la terrible barbarie que descerrajó la vida de tantos hace tan solo 72 horas, estaba ahí. Sin embargo, la música y esta ciudad pueden con todo. Ricky Martin demostró anoche con su espectáculo que no hay que dejar hueco al miedo, que hay que vivir la vida loca y apurar con gusto cada sorbo de la copa de la vida. El puertorriqueño brindó al público un espectáculo gigantesco, un show desatado que arrasó con las gradas de la Plaza de Toros y que puso en pie incluso a los pocos, que los hubo como es lógico, que estaban allí más por compañía que por su música.

Todo comenzó a las diez. A esa hora, dejada atrás la espera bajo el sol y los cacheos para entrar, el público había dejado ya atrás la tensión. Había ganas de fiesta y Ricky Martin la dio desde el comienzo. El cantante saltó al escenario en traje de chaqueta, rodeado de un amplio cuerpo de baile que lo acompañó toda la noche sin descanso y con un repertorio que empezó con un guiño funky que, sin llegar a las cotas del género, se demostró efectivo y pegadizo.

El artista vive una segunda juventud aupado a los 'featuring', colaboraciones de tremendo éxito con figuras como Yandel, Shakira o Maluma. Todas ellas sonaron anoche, en una actuación que el público acompañó a coro, bailando, completamente entregado. Pero también hubo momentos para recordar sus inicios, tiempos en los que temas como 'María' o 'Te extraño, te olvido, te amo' -que sonó anoche como un cañón- dieron a conocer a la estrella de Puerto Rico en todo el mundo.

La propuesta de este 'Ricky Martin in concert' rindió homenaje a las dos épocas y permitió disfrutar de un artista al que el éxito no le ha hecho perder la ilusión. Entregado al baile, sin parar de animar al público, el puertorriqueño cantó como por primera vez, sin desafines, romántico en la balada y extremadamente energético en su sonido más discotequero.

Su transformación no sólo alcanzó la música. Para hacerla más visible, Ricky Martin cambió de vestuario casi cada canción. En traje, sin mangas, con pantalón pegado, camisa desprendida, de blanco, gris, negro, hasta en falsa plisada estuvo sobre el escenario, adecuado cada momento al estilo que tocaba.

Así casi dos horas de música que el cantante cerró con éxitos como 'La mordidita' o 'La copa de la vida' antes de despedirse de la ciudad y prometer su regreso. Que así sea.

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