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Slash, durante una actuación.
Guns N'Roses dará un concierto en Bilbao el 30 de mayo

Guns N'Roses dará un concierto en Bilbao el 30 de mayo

El prestigioso grupo de rock recalará en San Mames dentro de su gira mundial y contará con el patrocinio de la Diputación de Bizkaia, que usará por primera vez el estadio rojiblanco

Carlos Benito

Viernes, 2 de diciembre 2016, 19:07

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Al nuevo San Mamés le faltaba la bendición de un buen concierto de rock, ese uso alternativo que redondea la mitología de los grandes estadios. Y serán Guns N'Roses quienes estrenen el recinto el próximo 30 de mayo, en un concierto patrocinado por la Diputación. El grupo californiano ya visitó Bilbao en 2006, cuando se convirtieron en uno de los platos fuertes de un Bilbao Live que todavía no llevaba la BBK en su nombre, pero aquellos Guns N'Roses no eran los mismos de ahora. Entonces faltaba en la maquinaria una pieza fundamental, Slash, el hombre de la guitarra incendiaria y el cabello sin fronteras, y ese hueco convertía el concierto en algo más parecido a un autohomenaje de Axl Rose; ahora, en cambio, la gira mundial se vende como el retorno de la formación clásica, aunque el empeño se haya quedado a medias (dicen las malas lenguas que para repartir menos el dinero) y solo figuren Axl, Slash y el bajista Duff McKagan.

Guns N'Roses han sido quizá el último gran grupo en ondear sin remilgos la bandera del 'rock and roll way of life', esa vida excesiva y caprichosa que era tan propia de las bandas de décadas anteriores: quién iba a decir, cuando empezaron allá por la mitad de los 80, que algún día aquellos coleccionistas de vicios serían la orgullosa apuesta de instituciones tan formales como nuestra Diputación. Pero, más allá de unas rutinas vitales que a menudo los acercaban al hampa, Axl y sus muchachos supieron enlazar una serie de canciones de eficacia inmediata y atractivo universal, mucho más transversales de lo habitual en la escena del hard rock angelino a la que pertenecían por naturaleza: a menudo, la primera escucha de sus temas ya daba la impresión de estar ante un clásico, y muy pronto pudieron armar repertorios que no decaían en ningún momento. Álbumes como 'Appetite for Destruction', el minielepé 'G N' R Lies' o los ambiciosos dos volúmenes de 'Use Your Illusion' forman parte de la memoria sentimental de millones de personas en todo el mundo.

Más allá de eso, Guns N'Roses siempre han sabido alimentar al monstruo de las relaciones públicas, aunque sea con el forraje del escándalo. Axl siempre ha sido una figura controvertida, un tipo antojadizo e informal al que incluso algunos fans contemplan con cierto recelo: son míticos sus retrasos en los conciertos y sus absurdas pendencias, casi tanto como aquel inhalador de oxígeno del que tanto se habló en su anterior visita a Bilbao. Pero, de un tiempo a esta parte, Axl parece haberse transformado, de pronto, en un eficiente pluriempleado del rock: su desembarco en AC/DC como sustituto estelar de Brian Johnson se contempló al principio con suspicacias, pero muchos seguidores de la banda australiana (que, por definición, no son los mayores amantes de las novedades) aseguran ahora que ha sabido insuflar nuevo nervio a sus conciertos. Con Guns NRoses también va todo genial: «Todo el mundo se lleva bien, todo el mundo está tocando estupendamente», ha resumido Slash, que estuvo casi dos décadas sin hablarse con Axl. Teniendo en cuenta que la formación reunida ha llegado a superar los once millones de dólares brutos de recaudación por un par de conciertos (los que dieron en Nueva Jersey en julio), tal vez se entienda mejor tanta fluidez en sus relaciones.

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