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Marwan y Nach: noche de versos sueltos

Marwan y Nach: noche de versos sueltos

La segunda jornada del FIP llena el Isabel La Católica de público joven gracias a músicos que triunfan recitando poesía

EDUARDO TÉBAR

Miércoles, 17 de mayo 2017, 02:56

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La poesía tiene tirón entre los jóvenes. Anoche ocurrió: el Teatro Isabel La Católica lleno, literalmente, hasta la bandera. Parte de la culpa la tiene Marwan, un milagro de las letras salido de Libertad 8, epicentro de la canción de autor en Madrid, el equivalente capitalino de La Tertulia de Granada. Con apenas 38 años, unos rasgos orientales arrastrados por el padre y el carácter que marca ese pelo negro acaracolado, este trovador conquistó anoche al público que cree que los poemas son un arma cargada de futuro.

Era, con el rapero Nach, el plato fuerte de la segunda jornada del Festival Internacional de Poesía de Granada. Marwan hace apología de la bohemia. De las veladas tabernarias. De la palabra y el vino. Y aquí está, sin ayuda promocional, después de media vida pelando tablas en garitos famosos por los versos de barra como Búho Real, al abrigo de los Tontxu, Ismael Serrano o Carlos Chaouen.

Marwan desglosó pasajes ya célebres de su libro 'Todos mis futuros son contigo': «Yo sé que la palabra María bien podría parecer un conjunto de cinco letras que se dan la mano, un nombre propio muy común. Nada de eso». Para el de Aluche, «una canción puede tener un carácter muy poético, pero no significa que sea una poesía. Y al revés, una poesía puede ser muy prosaica, pero eso no significa que pueda llegar a ser canción». El recital de Marwan regaló pesquisas valiosas. «Lo importante era que en algún punto, aunque fuera breve, ella y yo nos encontrábamos. Eso es la poesía», declamó con su verbo rítmico de las 'jams' que revitalizan la poesía en Madrid.

Marwan y Nach: dos versos sueltos de la música española, a los que se sumó el anterior codirector del Festival, Fernando Valverde, en el doble rol de poeta y entrevistador. El alicantino Ignacio Fornés Olmo, Nach para los sonideros urbanos, lleva ya casi un cuarto de siglo agitando el patio. Empezó grabando maquetas de hip hop, fichó por una multinacional, se hizo famoso y ahora vuelve a reivindicar la educación sentimental de las 'mixtapes'. Su corazón, en una cinta de noventa.

Cómodo entre la multitud, defendió que «el rap es un tipo de poesía muy visceral, muy auténtico». A pesar de sus décadas de rima en rima, ha esperado a lucir canas para debutar como poeta, en el sentido estricto del término, con 'Hambriento' (Planeta), volumen que difumina aún más la frágil línea entre canción y literatura. Un trabajo que recoge distintas propuestas de 'slam': poesía oral interpretada y musicada. Su idea resulta un híbrido entre recital de poemas y un disco de hip hop. Y Nach se mostró hambriento en Granada. Deudor confeso de poetas y movimientos tan diversos como Emily Dickinson, la Generación del 27, Miguel Hernández, la Generación Beat, Jaime Gil de Biedma o Luis García Montero, afirmó no venir «para relamerme el ego, sino porque estoy enamorado de la vida». Y se dio un masaje de aplausos. Marwan y Nach alternaron guitarra y micro. Y se llevaron sonadas ovaciones.

Puentes

Una de las virtudes del FIP es la posibilidad de tender puentes hacia otro charco y distintas lenguas. Y el principal foco de atención ayer en el Centro Federico García Lorca fue Paul Muldoon. El irlandés, premio Pulitzer de Poesía en 2003, destiló en la charla con el colombiano Santiago Espinosa su visión profunda de las sociedades rurales, el peso de la familia y el análisis freudiano de la infancia. Un diálogo a tres, por la necesaria intervención del traductor en el triángulo. Desconocido en España, la editorial granadina Valparaíso pone ahora en circulación la obra de Muldoon en nuestra lengua.

El suyo es un lirismo a veces claustrofóbico. A sus 66 años, sigue siendo un taumaturgo del lenguaje, un hechicero de la metafísica. Heredero natural de Seamus Heaney -el Gil de Biedma de Belfast-, demostró su destreza en el arte de la entrevista. Eso que Milan Kundera catalogó como el fascismo de la pregunta, pero que Muldoon domina gracias a su pasado como coordinador de poesía de 'The New Yorker' o en la BBC. Muldoon se levantaba del sillón, encaraba la platea, buscaba la complicidad de los asistentes y se volvía a sentar.

En días en los que se ensalzan los orígenes campesinos de Miguel Hernández, el festival granadino puso la lupa también en alguien como Paul Muldoon, hijo de agricultor. En la capital nazarí evocó su experiencia en el Grupo de Belfast, generación que abarcó a nombres como Michael Longley, Ciaran Carson, Medbh McGuckian o Frank Ormsby. Profesor honorario en universidades como Oxford, St. Andrews o Hertford, el también premio TS Eliot comentó los resortes de esa obra de ingeniería lírica que es el poema 'Madoc: un misterio'. Una genialidad que incluye mapas y diagramas para indagar en las sombras de la colonización. Muldoon explicó la exclusión social mediante el poema sobre el santo decapitado que le impactó en la niñez; un alambique por el que se filtra la violencia para alcanzar fines en el republicanismo.

Inquietudes

La inquietud de Muldoon llega hasta la música: ha escrito libretos de antología de ópera y colaboró con el ceñudo Warren Zevon, maldito del folk estadounidense. En el poema 'Cuba', sorprendió con su revisionismo de la crisis de los misiles: «El fin del mundo se pudo ver muy cerca. Como tuve una educación católica, debía confesarme antes». ¿Y su relación con García Lorca? «Amo a Lorca. Me interesa 'Poeta en Nueva York' y cómo acabó su vida. Puede ser inmensamente complejo y sencillo a la vez, como Rilke». Habló de los continentes, que se juntarán antes de que la humanidad acabe carbonizada por el sol, «un buen argumento contra los nacionalismos».

En una jornada matinal en la Facultad de Ciencias de la Educación por la que gravitaron las enseñanzas de escritores jóvenes (Yauci Fernández), veteranos andaluces (Manuel Gahete) e internacionales (Anthony L. Geist, Santiago Espinosa), hubo hueco a su vez para debatir sobre los procesos de construcción del aprendizaje de la comprensión lectora de la mano de María Dolores Alonso y Cortés Fradejas. Los alumnos tradujeron a los anglosajones ignotos de las letras. Los versos sueltos siguen su curso.

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