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Libros y paraguas compartieron espacio ayer.
Un lunes gris de resaca para los lectores

Un lunes gris de resaca para los lectores

La jornada más 'floja' para los vendedores se saldó, sin embargo, con una gran presencia de público en actividades y presentaciones

JOSÉ ANTONIO MUÑOZ

Martes, 25 de abril 2017, 10:46

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Empezó el día triste desde por la mañana. Plomizo. Con esa luz tamizada por las nubes que amenaza tormenta, y luego cumple su amenaza a media tarde. Era un día para reponer las referencias más vendidas, tras un fin de semana que Miguel Ángel Arcas, de Cuadernos del Vigía, calificada como «muy bueno», Javier Bozalongo, de Valparaíso, elevaba a la categoría de «extraordinario» y Ginés López, de Nueva Gala, definía como «el mejor de los últimos tres años».

A esta conjunción tan astral como crematística habían contribuido, según los libreros, varios factores. El primero, el buen tiempo, aderezado por un temporal de levante en la Costa que disuadió a muchos de viajar a la playa. El segundo, la coincidencia del Día del Libro con el domingo. Y el tercero, por qué no decirlo, la acertada programación, que colocó a algunos de los primeros espadas de la feria en el arranque de la misma.

El primer acto de la mañana fue la presentación, por la mañana, de un más que curioso Manual de Fonética rusa para hispanohablantes. Una excelente forma de saltarse a San Cirilo y su alfabeto, escrito por los hermanos Quero Gervilla, Enrique y Ángeles, y que presentaron las profesoras Elena Mironesko y María Isabel Cabrera, directora esta última, además, de la Editorial Universidad de Granada, y que ayer tuvo un día completo. Nada menos que tres presentaciones.

Tras la pausa para alimentarse -que no sólo de libros viven hombres y mujeres-, la tarde empezó con un autor humilde, un hombre que ha autoeditado un libro para contar su historia. Nada más simple, nada más ilusionante para un hombre que, como José Castellano, ha vivido la peor cara de la picaresca humana en carne propia. Su título, '¿Otra forma de violencia de género?' da que pensar al saltarse los apriorismos y lo políticamente correcto, contando una historia de amor fingido y daño real como la vida misma.

Dijo ayer Remedios Sánchez, profesora, crítica y codirectora del Festival Internacional de Poesía Ciudad de Granada, que «la poesía es una forma de construirse por dentro». Y lo dijo en la presentación de 'Manumisión', un poemario de José Cabrera Martos editado por Valparaíso. Una obra comprometida, y a la vez exquisita en su factura, con una foto de portada de Joaquín Puga. «Un trabajo de orfebre», dijo de él la presentadora. Tempestades emboscadas en las páginas mientras por la tarde los niños hacían tronar la música rodada de sus patinetes, ajenos a un mundo, grande y pequeño a la vez, formado por muchos mundos individuales, que periódicamente vive sumido en la zozobra.

Mientras, en la Sala Zaida, se hablaba de digitalización y futuro. Pero también de pasado, como forma de conservar la tradición en un soporte fiable y aprender de ella. A la misma hora, las seis de la tarde, la Fundación Euroárabe acogía la presentación de un entrañable volumen de cuentos de la tradición oral del norte de Marruecos, editado en terna torera por la UGR, el Patronato de la Alhambra y la propia Fundación Euroárabe, escrito por la autora Siham Benchekroun. Por cierto que tras la misma, hubo un cuentacuentos muy concurrido -por adultos y niños- en la caseta central de la Fuente de las Batallas, donde Luis Britos, con su voz, y Suhail Serghini, con su laúd y su propia voz también, interpretaron -fue mucho más que una lectura-, dos de los cuentos que integran la obra.

La otra cita musical de la tarde la protagonizó Alfonso Díaz, uno de los miembros del grupo Airbag, que presentó 'Amor y ciencia ficción', editado por Chelsea Ediciones, arropado por la indómita cabellera blanca de Alex Cooper, una de las presencias ya imprescindibles de la Feria con sus libros que suenan nada más abrirlos. Un concierto a dúo con su compañero Pepillo -excepcional porque lo de ir desenchufados no les va mucho- nos llevó a orillas del mar.

Mientras Fernando de Villena firmaba ejemplares de 'El rostro de San Juan', su nueva novela histórica y Jesús Ortega hacía lo propio en la caseta de IDEAL con el libro de relatos cortos 'Granada imaginaria', Juan Manuel García Ruiz cosechaba otro lleno en la Carpa de la Ciencia hablando de la edad del orbe. 4.560 millones de años, millón arriba o abajo. Casi nada.

Nuestro compañero Jesús Lens hizo doblete ayer. Primero, un club de lectura con Ripley, ese turbio personaje de Patricia Highsmith, como protagonista, y luego, su traslación al femenino, en la piel de la asesina a sueldo descrita por Patricia Moreno en 'La tercera planta', editada por Artificios.

Sesudo final de la jornada en la Madraza, con la presentación de una nueva edición facsímil de la UGR, prologada por Manuel Barrios y Mauricio Pastor, sobre el engaño de los libros plúmbeos del Sacromonte. Nada mal para un lunes de resaca.

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