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La periodista y escritora Mónica Carrillo.
Mónica Carrillo: «Mirarse al espejo y descubrir las huellas de lo vivido es una buena sensación»

Mónica Carrillo: «Mirarse al espejo y descubrir las huellas de lo vivido es una buena sensación»

Mónica Carrillo, periodista y escritora

JOSÉ ANTONIO MUÑOZ

Miércoles, 22 de febrero 2017, 17:29

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La ilicitana Mónica Carrillo ha reunido en 'El tiempo. Todo. Locura' (Planeta) una panoplia de microcuentos a 'vuelateclado' donde se reflejan alegrías y decepciones. Muchas son dardos que van al bulto y hacen daño. Otras, caricias. La autora lo presenta mañana jueves a las 19 horas en Fnac.

Las suyas son reflexiones urgentes. ¿Se escribe y se lee tan rápido como se vive?

Depende del lector. Los hay que leen estos pensamientos despacio y los rumian durante días. Los hay que leen compulsivamente y vuelven sobre los pensamientos al cabo de los días. La escritura me sale de forma impulsiva, en un instante que suele ser nocturno. Pero luego reflexiono, les doy vueltas. No escribo con una rutina fija. Comencé sin premeditación, y hasta aquí hemos llegado. Son 700 los lanzados, y los más importantes están en este libro.

¿Qué busca con su escritura?

Sorprender al lector, emocionarle. Jugar con los dobles sentidos, la musicalidad de las palabras, expresar el amor al propio lenguaje. Doy mucha importancia al contenido, pero también al continente. He pretendido cuidar la forma, pero también que se cuide el aspecto externo del volumen. Por eso va entelado en la cubierta, con un papel de calidad, y sólo hay un microcuento por página, para permitir precisamente eso, el disfrute emocional.

¿El tiempo es un bálsamo o un castigo?

Es un bálsamo, que alivia el dolor, las cicatrices. El tiempo no es tan poderoso para hacernos olvidar lo que nos ha sucedido, pero mirarse el cuerpo y descubrir en la carne y en el alma las huellas de lo vivido es una buena sensación. El problema es sufrir de manera circular, sin avanzar hacia ningún sitio.

Es un cambio de registro, tras sus novelas.

Es una vuelta a los orígenes. Empecé escribiendo microcuentos en Twitter, y fueron quienes los que los leyeron quienes me animaron a hacer algo más largo. También en las novelas he buscado emocionar, mezclando la prosa con la poesía, con las imágenes... Es un guiño a los lectores que me siguieron desde el principio.

¿Vivimos una sobreexposición merced a las redes?

Quizá sí, pero yo les encuentro una gran utilidad. A mí me ha permitido lanzar estos mensajes, estar en contacto con los lectores, y en mi trabajo como periodista, con los espectadores. Es una fuente de información muy útil. Pero hay que saber educar en su uso.

¿Cuál es el comentario más bonito que le han dicho?

Cualquiera que implique compartir sus emociones conmigo.

¿Hemos relativizado el amor hasta convertirlo en un objeto de consumo?

Espero que no. Eso sí, pienso que tendemos a saciarnos antes de todo. El exceso de oferta impele al cambio. Pero no está todo perdido.

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