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«En Estados Unidos la gente le tiene miedo a la poesía»

«En Estados Unidos la gente le tiene miedo a la poesía»

El poeta Richard Blanco acaba de presentar en Miami el libro 'Looking for the Gulf Motel', que edita la granadina Valparaíso

JORGE IGNACIO PÉREZ

Domingo, 15 de enero 2017, 00:31

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El poeta cubano-estadounidense Richard Blanco, cuya voz resonó en la toma de posesión de Barack Obama en 2013 y en la inauguración de la embajada en La Habana en 2015, afirma que en Estados Unidos «la gente le tiene miedo a la poesía». «En los Estados Unidos la poesía no se entiende muy bien, la gente le tiene miedo, y en parte tiene que ver con la educación. No enseñan poesía contemporánea en high school (nivel secundario), señala en una entrevista.

Blanco, nacido en Madrid en 1968, pues saliendo de Cuba sus padres pasaron por la capital española antes de instalarse en Miami, ha presentado en la Feria Internacional del Libro de esta ciudad 'Looking for the Gulf Motel' (Buscando el Motel Golfo).

Aunque publicado inicialmente en 2012 por la Universidad de Pittsburgh, el libro se ha reeditado en una edición bilingüe, a cargo de la editorial Valparaíso, de Granada. Blanco, que se hizo famoso al recitar su poema «One Today» (Un hoy) en la ceremonia de toma de posesión de Obama como presidente para un segundo mandato en la Casa Blanca, ha decidido, después de haber pasado toda una vida buscando una identidad específica, que es un «cuban-american» y lo dice en inglés, no en español.

Para llegar a esa conclusión tuvo que visitar siete veces Cienfuegos, la ciudad de sus orígenes, ubicada en el centro-sur de Cuba, pero sobre todo pararse en el atril de los oradores -también a leer un poema ('Matters of the Sea', Cosas del mar)- durante la inauguración de la Embajada estadounidense en La Habana, el 14 de agosto de 2015. «Fue como un 'turning point', un punto de giro bien grande. Hasta ese momento todavía estaba pensando que tenía que ser americano o cubano, pero nunca las dos cosas», dice.

Como símbolo de integración cultural, de haber alcanzado ese sueño de progreso que los exiliados cubanos fueron buscando desde el principio de la década de los sesenta, Blanco fue elegido para esa ceremonia oficial de alto nivel, cargada de simbolismos tras 50 años sin relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.

«Me crié en Miami, entre dos mundos reales e imaginarios a la vez; el mundo de mis padres, de esa Cuba que añoraban, esa Cuba donde el azúcar era más dulce y la sal más salada», explica este ingeniero civil, convencido de que proyectar un puente es como plantearse un poema, teniendo en cuenta que en ambos casos se necesita una estructura.

Símbolo de diversidad sexual

El autor se muestra muy contento, con un ejemplar entre las manos de su libro en edición bilingue. «La poesía se traduce muy poco. Valparaíso ha traducido últimamente a varios poetas contemporáneos estadounidenses», comenta este autor que dedica las tres cuartas partes de su tiempo a viajar por Estados Unidos, ofreciendo charlas en lugares tan diferentes como universidades y sindicatos de enfermería.

Pero Blanco no solo viaja como conferencista literario, sino también representando la diversidad sexual. «A veces llego a comunidades que no tienen acceso a alguien que representa lo que represento yo; están encerrados en un mundo cultural muy diferente al que hay en ciudades como Nueva York y San Francisco». «Y eso es lo que ha pasado con las elecciones, que nos ha sorprendido mucho el resultado de votantes que viven en un mundo muy particular, al que también hay que escuchar».

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