Edición

Borrar
Francisco Contreras señalando en Navarrete (La Rioja) restos del monasterio de San Juan de Acre.
El hechizo del Camino

El hechizo del Camino

El último libro de la ruta jacobea es un recorrido alternativo por los enigmas del mítico itinerario entre el Pirineo y Finisterre

José Antonio Guerrero

Domingo, 31 de enero 2016, 07:20

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Abrir las páginas de un libro y encontrarse con una mochila, un cuaderno de notas, el viento, la lluvia y un farolillo en mitad de una noche de perros es un poderoso estimulante para continuar leyendo. Si lo que sigue discurre entre pueblos de piedra encogidos por el frío y templos medievales bajo la luz de las velas a uno le entran ganas de tener cerca una lumbre y arrimarse al fuego. Pasas las hojas como un suspiro, embrujado por una historia que avanza entre maizales, bosques, aldeas, santuarios y senderos cuajados de leyendas, sucesos prodigiosos, gestas guerreras, fuerzas telúricas, templarios y santosgriales.

Ficha del libro

  • Título Guía Mágica del Camino de Santiago

  • Editorial Luciérnaga-Planeta

  • Autor Francisco Contreras Gil

  • Páginas 380

  • Precio 17 euros

El libro que tenemos entre manos es el último fenómeno literario surgido al calor del Camino de Santiago, una guía que recupera los enigmas de la legendaria ruta jacobea. Lo ha escrito el periodista Francisco Contreras (Madrid, 43 años), a quien le gusta presentarse como detective de lo insólito y reportero del misterio, que por algo lleva 20 años dedicado a la investigación de fenómenos extraños y colaborando en revistas y programas del ramo (Cuarto Milenio, Milenio 3, Espacio en Blanco, Enigmas, Año Cero). Recién salido del horno, su Guía Mágica del Camino de Santiago (Luciérnaga) ya va por la segunda edición, señal que confirma el interés que sigue despertando en el lector ese halo de misterio que rodea a la milenaria ruta de peregrinación desde que en el siglo XII el monje benedictino Aymeric Picaud contara su viaje a Santiago en las crónicas de su Liber Peregrinationis, la primera guía oficial del Camino.

Con seis Caminos a sus espaldas a lo largo de los últimos diez años (todos ellos iniciados en el Puerto de Somport y finalizados mil kilómetros al oeste, en Finisterre), la travesía que nos propone Contreras es una aventura en busca de las claves ocultas de la ruta jacobea. También es un viaje a través de la naturaleza, el arte y la historia en el que junto a nombres, fechas, templos y enigmas, el periodista cuenta su propio viaje interior, con los momentos vividos, las dificultades y los logros, las anécdotas, los sueños y un puñado de preciosas reflexiones, como ésa que muchos peregrinos repiten como un mantra cuando alguien les pregunta qué les ha enseñado la experiencia: Que pensamos demasiado y sentimos muy poco.

Los lectores que acompañen a Contreras a lo largo de las páginas descubrirán, sentirán y vivirán el Camino con la intensidad que lo ha hecho él. Y casi me atrevo a decir que no tardarán en calzarse las botas, cargar la mochila y descubrir los misterios que el autor nos narra paso a paso, siguiendo las flechas amarillas, inseparables compañeras de viaje. Hacerlo sintiendo el viento en la cara o al calor del hogar es cosa de cada uno.

Contreras, incansable peregrino, seguirá volviendo al Camino. Una vez que lo descubres y recorres, siempre quieres volver, dice en esta entrevista, en la cuenta que hubo noches en la que se sintió como un peregrino medieval.

Dice en su libro que el Camino es un reencuentro con lo que somos; que el peregrino se arroja en brazos de la soledad y el silencio. ¿Mejor hacerlo solo que acompañado?

Lo importante es hacerlo. Solo o acompañado. Siempre he preferido recorrerlo solo, con la compañía de los peregrinos con los que te encuentras, y con los que caminas días y días. Cuando el tiempo lo ha permitido, he dormido al raso. Por norma siempre escojo albergues especiales, diferentes. Primero de donativo-religiosos, luego municipales y por último, privados. En los primeros se vive la experiencia de una forma distinta.

Ha cubierto seis Caminos enteros. Elija un instante y un lugar del Camino.

Sí, seis. El último lo realicé los pasados meses de octubre y noviembre. El quinto sirvió para cotejar los datos que fui recogiendo en todos los anteriores. Lo hice entre marzo y mayo del 2015, y en total, con desvíos incluidos, fueron 1.150 kilómetros en 45 días. Y sí, todos los Caminos los he cubierto enteros, no por etapas. Si tuviera que elegir un instante, sería la noche que pasé en el interior del navarro templo de Santa María de Eunate. Fue durante mi primer Camino de Santiago, en octubre de 2004, hace una década, cuando era reportero del programa Milenio 3 en la Ser, y semana a semana conectaba en directo para hacer el diario de un peregrino. El albergue, hoy desaparecido, estaba cerrado y la iglesia templaria, abierta. No había luz eléctrica, llovía intensamente, encendí las velas y pasé una noche en el interior como un peregrino del siglo XII. Fue una experiencia única, algo que he podido repetir en otros templos posteriormente. Un regalo del Camino.

¿Cree que la primera vez en recorrer el Camino es la buena o esto es como El Quijote que cuando se relee se disfruta más?

La primera vez, y la segunda, y la tercera, y la cuarta cada vez que he ido al Camino ha sido la buena. Una vez que lo descubres y recorres, siempre quieres volver. Echas de menos el Camino. Seguro que todas las personas que hayan hecho el Camino de Santiago me entenderán. Cada vez es diferente. Vivirás experiencias únicas y descubrirás lugares, rincones y personas únicas.

En su libro, las piedras del Camino parecen hablar, como si nos contasen los enigmas que encierran, como si revelasen su pasado ¿cuál diría que es el lugar más mágico?

Las piedras hablan porque quienes las tallaron y colocaron lo hicieron para hombres que no sabían ni leer ni escribir. El peregrino medieval sabía leer, interpretar, los símbolos tallados en esas piedra y lo hacía en templos vivos ya que los gremios de constructores erigían máquinas de espiritualidad bajo una visión terrestre-cósmica, eligiendo antiguos lugares de cultos paganos con características especiales. Todos los templos que conforman el Camino son mágicos. Encontraremos dos arquitecturas, el románico el estilo de la peregrinación y el gótico la arquitectura del esqueleto. Y por destacar, desde las catedrales de Jaca, Burgos , León y Compostela, pasando por monasterios como el de Leyre y Samos, e iglesias como Santa María de Eunate, La Real de Sangüesa, San Juan de Ortega

Enero y febrero son posiblemente los meses más duros para recorrer el Camino. Frío, nieve, viento, lluvia, anochece antes, pocos peregrinos es como que hacerlo en esta época le añade épica

Elegir la fecha es un aspecto clave. En función de la estación que elijamos nos encontraremos ya no solo un clima u otro, sino con tipos de peregrinos y propósitos distintos. Los meses de verano son los de mayor afluencia de peregrinos, con saturación en los caminos y albergues, con caminantes con metas diversas, lúdicas, culturales o deportivas. Siempre recomiendo primavera otoño e invierno. Se evita el calor veraniego y las aglomeraciones. Y concentran a peregrinos espirituales y religiosos. El Camino se muestra diferente en cada estación: verde pletórico en primavera, ruidoso y multitudinario en verano, silencioso y ocre en otoño...

Se perdió alguna vez siguiendo las flechas amarillas

Me he perdido unas cuantas veces, y me volveré a erder más veces seguro. Es parte del Camino. Despistarte y salirte de la ruta puede pasar. Y es más, cuando uno se pierde encuentra lugares, personas y vive experiencias mágicas, diferentes, especiales. Perderse en alguna ocasión es parte del Camino de Santiago.

¿Cuál diría que es el mayor enigma del Camino de Santiago?

El propio Camino de Santiago, y nosotros, el ser humano.

Una guía diferente

El libro hará las delicias de los que buscan explicaciones simbólicas al Camino más oculto. Pero también hay datos más prosaicos con información muy útil de albergues y direcciones ¿qué le animó a juntar las dos cosas?

La Guía Mágica del Camino de Santiago ha nacido al pie del Camino. Se ha ido conformando Camino a Camino, nace de los cuadernos de campo de los caminos que he recorrido en estos diez años. Cuando emprendí mi primer Camino de Santiago con el fin de preparar esta guía no encontré ninguna obra que plasmara a la vez la parte ortodoxa, la oficial, y la heterodoxa, la mágica, enigmática, legendaria y la misteriosa. Aquí el lector encontrará la información básica ( albergues, kilómetros), además de historia y arte, pero también la información legendaria, mágica y misteriosa.

Como periodista especializado en misterio y fenómenos insólitos, ¿cree que España da juego en este terreno?

España entera desprende magnetismo, magia, leyenda y misterio, y llevo dos décadas como reportero -cámara, cuaderno y grabadora en ristre-, recorriendo miles de kilómetros en busca del misterio. Y en el Camino, las cinco comunidades que atraviesa el Camino de Santiago son mágicas y enigmáticas por diferentes aspectos que se descubren en el libro.

¿A qué época se trasladaría a hacer el Camino?

¡Hay tantas épocas! La de su nacimiento y vertebración, en los siglos IX X y XI. Durante su expansión en los siglos XII y XIII. Durante el siglo XIX en el que fue olvidado y solo era recorrido por literatos y exploradores en busca de aventuras. Y en los años setenta, cuando autores como Sánchez Dragó o Atienza lo recorrieron -sin infraestructura alguna como hoy-, para recuperar la mágica y heterodoxa senda. Pero la realidad es que me ha tocado hacerlo ahora. Así que, aquí y ahora.

¿Qué le dijeron las meigas del Camino?

Que haberlas haylas y que me guardase de la Santa Compaña.

Los pequeños detalles son los que hacen las grandes cosas y las pequeñas anécdotas, los grandes reportajes... ¿cuál fue la suya?

Llevas razón Hice mi primer Camino de Santiago en octubre del 2004 para Milenio 3. Diez años y cinco caminos después, en octubre de 2014, me llamaron Laura Falcó y Vanesa, mis editoras, y me pidieron que hiciera la Guía Mágica del Camino de Santiago en Ediciones Luciérnaga-Planeta, y en octubre de 2014, lo recorría para el programa Más de Uno, en Onda Cero. En esos diez años se completó un ciclo, que duró el mismo tiempo que un aprendiz tardaba en ser maestro en los gremios de constructores medievales. ¿Casualidad? Como diría uno de los padres del periodismo de misterio, maestro de reporteros de lo enigmático, J. J. Benítez, yo creo que no.

El Camino le ha enseñado a vivir cada día como si fuera el último. Pero eso se olvida a los tres minutos e incluso a los dos déme una receta para no olvidarlo.

El Camino, la experiencia, el viaje de largo recorrido, caminar con la mochila una veintena de kilómetros a golpe de calcetín te enseña lecciones que solo se pueden experimentar. Me enseñó a ver y vivir la vida de otra forma me enseñó valores que en nuestro día a día, parecen perdidos, me ha enseñado a vivir la vida como un viaje.

¿Ha encontrado el Santo Grial que buscaba entendiéndolo no como una relioquia material sino algo más bien espiritual? ¿Ha encontrado lo que buscaba o sigue buscando?

Creo que soy de los pocos periodistas de investigación que ha podido tocar el Santo Grial, el que se encuentra en Valencia. He seguido su pista, ya no solamente en España, sino en Egipto, Jordania, Israel, Italia y Francia. Así que, sí, el Santo Grial físico, lo he podido tocar y sostener entre mis manos. Pero nunca he buscado, ni busco ése. El Santo Grial es símbolo de conocimiento y experiencia, relacionado con lo femenino, la madre tierra, la naturaleza y la alquimia. Para unos pude ser una copa, para otros un libro, incluso un lugar. Sea como fuere, es un objeto sagrado, un símbolo, que está presente en todas las religiones y culturas a lo largo del tiempo. Lo cierto es que el Camino de Santiago está marcado por ese símbolo y objeto. No en vano, la catedral de Jaca, erigida a la vez que la Catedral de Compostela, como inicio y final de la ruta pagana y mágica hasta el siglo XII, fue construida para guardarlo aunque acabó custodiado y venerado por templarios en el aragonés Monasterio de San Juan de la Peña, en plena ruta jacobea. Su mito y leyenda traspasó fronteras al estar en el Camino de Santiago y provocó, gracias a los trovadores, que su fama se expandiera por toda Europa y se creara un nuevo tipo de literatura, la griálica-caballeresca. En el libro, propongo al lector buscar los cinco griales que existen en el Camino de Santiago. Uno por cada autonomía que recorre la ruta jacobea. Y en cada una de ellas cada uno encontrará su particular Santo Grial que como bien dices puede ser desde un lugar, un objeto, una experiencia o un instante.

Pensamos demasiado y sentimos poco ¿se puede pensar el Camino o solo se puede sentir? ¿Qué le diría a alguien que A. No ha hecho nunca el Camino ni lo ha pensado hacer; B. Alguien que quiere hacerlo, pero no encuentra el momento; C. Alguien que lo ha hecho ya varias veces.

El Camino está confeccionado para experimentar y sentir, para descubrir la historia, el arte, la arquitectura, la gastronomía, para reconectar con la naturaleza y con nosotros mismos. Está confeccionado y te da la oportunidad de reflexionar, que es diferente a pensar. A veces pensamos demasiado, sentimos poco y no reflexionamos nada.

Si tuviera que citar a un hospitalero del Camino ¿a cuál elegiría? ¿Y un albergue?

No habría uno, habría muchos. Pilar en Arres, Javier en Leyre, Laura en Mansilla de las Mulas, José Luis en Tosantos, Tomas y Javier en Manjarín, Estefanía en Sarria y por supuesto Wolf. Respecto a los albergues, es mejor seguir tu intuición. Cada albergue es único y mágico.

Creo que cada vez que culmina el Camino, en Finisterre, se pone a bailar

Siempre que llego a Finisterre...salto y bailo al Sol al atardecer. Muchos bailan al Sol, otros guardan silencio... ese momento es diferente y cada uno lo vive de una forma. Yo, esté solo o no, siempre le he danzado al Sol.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios