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Kersten, el 'Oskar Schindler' que salvó miles de vidas haciendo masajes

Kersten, el 'Oskar Schindler' que salvó miles de vidas haciendo masajes

La editorial Glénat presenta un cómic sobre el fisioterapeuta de Himmler, una figura clave, aunque desconocida, en la Segunda Guerra Mundial

diego callejón

Sábado, 28 de marzo 2015, 01:35

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"La mejor arma política es el terror. La crueldad impone respeto. Los hombres podrán odiarnos, pero no queremos su cariño, sólo su miedo". Este sadismo exacerbado dibuja la personalidad de una de las figuras más crueles del último siglo: Heinrich Himmler, la mano derecha de Adolf Hitler. Este muniqués, Comandante en Jefe de las SS y ministro del Interior del Tercer Reich, fue el encargado de gestionar la matanza de millones de judíos, gitanos y homosexuales, entre otros colectivos repudiados por el régimen nazi. Sin embargo, su exterminio pudo ser mucho mayor de no ser por Felix Kersten, una figura clave, aunque desconocida, en la Segunda Guerra Mundial.

Ahora, la editorial francesa Glénat trata de poner en valor la figura de este médico finlandés, nacido en Estonia, que fue el fisioterapeuta personal de Himmler durante los años treinta y cuarenta. Bajo el nombre 'Kersten, médico de Himmler. Pacto con el diablo', esta obra, escrita por Pat Perna e ilustrada por Fabien Bédouel, se adentra en la historia personal de un héroe olvidado que, al igual que Oskar Schindler, aprovechó su posición privilegiada para salvar la vida de miles de personas.

Así, mediante un trazo realista y una narración elocuente, el cómic de Glénat cuenta, a modo de thriller histórico-político, el relato real del fisioterapeuta Felix Kersten, a quien Himmler acudió en marzo de 1939, desesperado por un dolor estomacal crónico.

Gracias a su excelente labor profesional, Kersten logró paliar el malestar de Himmler con sus sesiones de masaje, por lo que el Comandante en Jefe de las SS quedó encantado con su servicio, y le rogó que pasara a ser su médico personal.

No obstante, aterrado por el fanatismo y la crueldad de Himmler, Kersten acudió a la embajada de Finlandia para pedir que le sacaran de la Alemania nazi. Y fue allí, precisamente, donde los diplomáticos fineses le convencieron de utilizar su influencia sobre Himmler para salvar vidas.

"¿Me pide usted que pacte con el diablo?", preguntó entonces el fisioterapeuta, tal y como recoge una viñeta del cómic en cuestión. "No tiene usted elección, señor Kersten. A partir de ahora la neutralidad es un lujo", le contestó un embajador de Finlandia. Entonces, empezó la heroica labor del olvidado médico.

Aunque Heinrich Himmler estaba tan encantado con los servicios de Kersten que podría haberle pagado una fortuna por sus masajes, el finlandés decidió cobrar sus honorarios en vidas humanas. De esta forma, al término de cada sesión, el médico le entregaba al mandatario nazi el nombre de un preso político al que quería que liberase.

Mediante este procedimiento, y gracias a sus continuas negociaciones con Himmler, el Congreso Judío Mundial calcula que Kersten salvó en torno a 60.000 vidas. Sin embargo, su labor no acabó ahí, ya que el fisioterapeuta finés jugó un papel clave también en la caída del régimen nazi.

Y es que, durante los últimos años del Tercer Reich, la dolencia de Himmler era tal que necesitaba los servicios de Kersten en cada uno de sus viajes. Y en ellos, el médico asistió a numerosas reuniones de dirigentes nazis de las que sacó informaciones privilegiadas para los servicios secretos aliados.

Finalmente, con los nazis arrinconados al término de la Segunda Guerra Mundial, el doctor finlandés también convenció a Himmler de no dinamitar los campos de concentración que iban dejando atrás, salvando la vida de otros cuantos miles de presos.

Sin embargo, y a pesar de su extraordinaria labor, Felix Kersten fue tratado como un criminal de guerra a su regreso a Finlandia, y no fue hasta varios años más tarde cuando se restauró su nombre. Pese a esta absolución final, y a las ocho fallidas nominaciones a Premio Nobel de la Paz, el nombre de Kersten quedó borrado de las páginas de la Historia. Quizá el octavo arte se encargue de devolver el respeto que merece este 'Oskar Schindler' finés que tuvo el valor de pactar con el mismísimo diablo.

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