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'La vida de Mahoma': Un cómic islámico no blasfemo aceptado en los años 60

'La vida de Mahoma': Un cómic islámico no blasfemo aceptado en los años 60

Salah al Din Munajjid dibujó la historia del profeta en una obra destinada a los niños musulmanes

diego callejón

Sábado, 24 de enero 2015, 00:16

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Hace medio siglo. Cincuenta años antes de la masacre de Charlie Hebdo. Cinco décadas antes de que algunos terminaran definitivamente de confundir islam y terrorismo. Diez lustros antes de que todos supiésemos irrefutablemente que dibujar a Mahoma es pecado y está prohibido. Por aquel entonces, cuando aquí aún se vivía bajo la dictadura, un intelectual musulmán publicó un cómic en el que dibujaba explícitamente al profeta Mahoma. Y su obra no sólo no fue considerada una blasfemia, sino que el libro se destinó a la educación de los niños musulmanes del mundo entero. ¿Cómo ha cambiado tanto la historia?

En primer lugar, lo que ocurre, es que la representación de imágenes no está prohibida en el Corán. Aunque hoy día se dé por hecho, esa es tan sólo una interpretación de algunas facciones islámicas. Es más, desde el siglo XV y durante años, Mahoma fue representado sin que ocurriera nada al respecto.

Un ejemplo de ello es 'La vida de Mahoma', el primer cómic de Salah al Din al Munajjid dedicado a las grandes biografías del islam. Esta obra, publicada en los años 60, mostraba al profeta montando a caballo, hablando con sus discípulos y cumpliendo con sus mandatos, como una forma de acercar la vida de Mahoma a los niños musulmanes.

Sin embargo, dicho cómic, publicado originalmente en Beirut por el intelectual musulmán, no solamente no fue considerado una blasfemia, sino que fue aceptado y difundido por numerosos colegios islámicos, con una clara motivación cultural e histórica.

Aunque esta historia suene difícil de creer hoy día, a tenor de lo ocurrido en Francia, lo cierto es que, durante la mayor parte de la historia del islam, las representaciones de Mahoma eran hechas por los propios musulmanes y estaban generalmente aceptadas.

Sin embargo, todo cambió con la publicación de 'Los versos satánicos' (1988) de Salman Rushdie, un libro que encendió los ánimos de los musulmanes más tradicionales y que dio lugar a una corriente de protestas y prohibiciones contra la citada obra en la mayoría de países islámicos, como India, Pakistán o Qatar.

A partir de aquel libro, las referencias al islam y a su mayor profeta empezaron a mirarse con lupa por parte de las facciones extremistas islámicas, y las prohibiciones se volvieron algo común, afectando a las representaciones gráficas de Mahoma.

El punto de inflexión fue la prohibición, por parte del Consejo Superior Islámico de Túnez al musulmán Yusef Seddik, de publicar el Corán en viñetas, con el fin de acercarlo a los más jóvenes. Desde entonces, dibujar a Mahoma se estableció como sinónimo de pecado, hasta el punto de que hoy día todos, incluso los no creyentes, lo hemos asumido como tal.

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