Edición

Borrar
El Bolshoi actuará esta noche por segunda vez dentro de esta edición del Festival.
Rusos en Granada

Rusos en Granada

El Bolshoi recuerda la visita de Diaghilev a la capital nazarí

ANDRÉS MOLINARI

Lunes, 27 de junio 2016, 01:46

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Hoy lunes el Ballet del Teatro Bolshoi de Moscú completará su programa en el Generalife, que comenzó este sábado, con el que la célebre compañía rusa recuerda la presencia de Diaghilev en Granada, de cuya visita se cumplen ahora cien años.

Ciertamente aquel paseo de los Ballets Rusos por la Alhambra, con toda la compañía ataviada con el vestuario de Shéhérezade y encaramada a la Fuente de los Leones se plasmó en una famosa fotografía que dio la vuelta al mundo. Con sus repercusiones turísticas. Pero además dicho contacto entre lo ruso y lo hispano supuso una inflexión en la estética y en la temática de la danza europea, a cuyo desarrollo no sería ajeno Manuel de Falla, al que los Ballet encargaron algo muy 'español'. El gaditano, a punto de instalarse en Granada, pensó en un granadino, como Pedro Antonio de Alarcón, que había escrito un cuento sobre una Molinera de Arcos de la Frontera, en Cádiz. Y así se unieron los tres 'picos' del sombrero: Rusia, Granada y Cádiz. Así son los granos de esta Granada: cada manojillo con su telilla de independencia, pero todos bien trabados en la dulce fruta de estirpe oriental.

Pero en conmemoración tan señalada, bueno será extender la memoria a otros rusos que vinieron a Granada, para demostrar que amistades entre países tan lejanos no son flor de un día. Aunque menudean las noticias anteriores sobre rusos aquí, el primer compositor de allí que visitó la Alhambra fue Mijail Glinka, el cual escribió emotivas cartas desde Torres Bermejas en febrero de 1846. Un acierto el que el pasado viernes la orquesta de la BBC comenzase su concierto con una obertura de este músico enamorado de España y una escuela musical de nuestra ciudad lleva con orgullo su epónimo. Veinte años después su compatriota Rimsky Korsakov pasó varios días en Cádiz y se dice que expresó su deseo de visitar Granada, pero no pudo abandonar su trabajo naval como funcionario de la marina rusa. Sin embrago algo de 'granaíno' se percibe a lo lejos en su Capricho Español.

De la larga lista de artistas rusos que sí visitaron Granada en la segunda mitad del siglo XIX destaca el pianista Anton Rubinstein, agasajado por los granadinos tanto en el concierto público que ofreció el día 3 de marzo de 1881 en el Teatro Isabel la Católica, el que estaba en la Plaza de los Campos y que ardió en 1936, como en el otro, más en privado, en la Cuadra Dorada de la Casa de los Tiros, con obras propias y de su admirado Chopin.

Corpus

Los famosos Conciertos del Corpus, que comenzaron en La Alhambra en 1883 y que son el precedente de este Festival nuestro, se limitaron a incluir en sus programas obras de autores rusos, sin que se sepa de la presencia de intérpretes de aquella nacionalidad como solistas. No obstante los grandes, desde Tchaikovsky hasta el mismo Glinka se hicieron esperar, tanto en el atril de Bretón como en el de Arbós. Hasta 1905 no se escuchó al autor de Cascanueces y en 1911 se estrenó Sadko de Rimsky. El 23 de junio de 1916, el jueves pasado hacia cien años, se escuchó, tal vez por primera vez, en Granada, Shéhérezade, por el maestro Saco del Valle, que luego volvería al Festival decenas de veces.

Tras la mencionada presencia de los Ballets, habrá que esperar hasta el Festival de hecho para poder escuchar a artistas rusos en La Alhambra y no sólo de sus partituras. El primer conjunto ligado con el ámbito soviético en aquella Granada 'con sus Coros y Danza de la Sección Femenina de Falange', fue el cuarteto húngaro Végh, allá por 1953. Y lo mejor se vio en 1968 en la danza de Rudolf Nuréyev que había escapado de la Unión Soviética siete años antes.

Decenas de solistas y de directores han pisado el Festival, desde Rostropovich en 1978 o Rubisntein entre 1958 y 1973, hasta La Filarmónica de Moscú en 1978 o los Virtuosos de Moscú en 1983. Hablaríamos largo rato, y con suma delectación, sobre la música hecha e interpretada por rusos en las noches del Festival de Granada. Estos días se pone guinda a esa presencia de más de siglo y medio, con uno de los mejores ballet del mundo congeniando, por ejemplo El Lago de los Cisnes con el Sobrero de Tres Picos, símbolo de amistad entre Rusia y España, más allá de coincidencia programáticas.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios