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La hija mayor del mítico cantaor albaicinero fue la estrella indiscutible del concierto
Estrella Morente, entre amigos y familia

Estrella Morente, entre amigos y familia

El flamenco granadino protagonizó la velada del domingo en el Palacio de Carlos V, cuya crónica puedes leer completa en ''

José manuel rojas

Lunes, 22 de junio 2015, 01:34

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Arrancó el flamenco otro año más en el Festival de Música y Danza de Granada con un espectáculo de cante, baile y guitarra que tuvo como maestra de ceremonias, y, a la vez, como principal protagonista, a Estrella Morente. La cantaora para la ocasión se presentó arropada por su hermano José Enrique también al cante y por su inseparable tío, Montoyita, al toque.

Sin embargo, lo más llamativo de esta gala, fue la orquesta de guitarras made in Granada reunidas para la ocasión. Miguel Ángel Cortés, David Carmona y Juan Habichuela Nieto acompañaron y lucieron con luz propia, demostrando una vez más la personalidad del toque de Granada y el bagaje del universo interior de cada uno de ellos. El cartel se cerraba con la presencia de dos hombres importantísimos dentro de sus respectivas disciplinas: por un lado, el bailaor Juan Andrés Maya y por otro, el violinista y director de la Orquesta Chekara, Jalal Chekara.

Más allá de nombres, arrancó la velada el flamenco más ortodoxo, ese donde el duende sólo necesita de una voz y una guitarra para aparecer. De esta manera Estrella se hizo acompañar por todos los tocaores de la velada. Con Juan Habichuela Nieto brilló por granaína de Chacón mientras que con David Carmona se lució, recordando al mismo cantaor, por malagueña. Y es que su padre siempre reivindicó al cantaor jerezano al igual que Montoyita reivindicó a su desaparecido cuñado citando a la Morente a los centros del Carlos V con una falseta de La Estrella. Con la guitarra de su tío, no solamente se acordó del ronco del Albaicín, sino que miró al cielo e incluso bailó a ritmo de Habanera imposible de Carlos Cano.

Estrella, de elegante blanco, y visiblemente emocionado se reunió con la última sonanta de la noche, la del también granadino Miguel Ángel Cortés. El habitual guitarrista de Esperanza Fernández y Arcángel meció los cantes de Estrella por tangos de Graná e imprimió una impronta llena de delicadeza y jondura a una seguirilla que debería haber durado algo más.

Pero todavía quedaba mucho espectáculo por delante, y desde la segunda planta del recinto renacentista la música andalusí y el flamenco unieron fuerzas con solamente la necesidad de un violín y dos voces en un acertado a la par que complicado juego polifónico. Primera ovación cerrada de la noche para un ejercicio multidisciplinar que dio relevo a una perla en modo de coreografía flamenca. Desde la oscuridad y de negro riguroso, Juan Andrés Maya bailó con una guitarra en las manos, sin caer en los excesos de lo contemporáneo ni lo reiterativo de la tradición. Un número que se hizo más redondo cuando la voz protagonista de la noche le cantó por soleá, acompañada por Montoyita y David Carmona.

Y ya, rozando la emotividad y el sentimiento llegó José Enrique Morente que, con un recital serio y contundente, firmó el momento más intenso de la velada cantando junto a su hermana Aunque es de noche. Dos voces que recordaron a un padre con la complicidad de unos compañeros que les animaron a un bis muy agradecido por un respetable que parecía con pocas ganas de abandonar sus asientos. Es lo que tiene el buen flamenco: siempre termina enganchando, más allá del conocimiento.

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