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La muestra que acoge el Centro Lorca expone, entre otras piezas, 73 títeres de la compañía 'I piccoli' del célebre Vittorio Podrecca.
Granada se reencuentra con su legado titiritero

Granada se reencuentra con su legado titiritero

El Centro Lorca acoge una exposición que reivindica el trabajo de Hermenegildo Lanz

Pablo Rodríguez

Jueves, 11 de mayo 2017, 03:31

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«Aquel día cambió la historia», decía Enrique Lanz y no exageraba. Aquel 6 de enero de 1923 en un piso de la Carrera del Darro que pertenecía a la familia Lorca, Manuel de Falla, Federico García Lorca y Hermenegildo Lanz divirtieron a un puñado de niños con una función de títeres de cachiporra. La labor previa había sido esmeradísima. Los tres intelectuales, figuras clave de su generación, adaptaron piezas clásicas y remozaron los textos para divertir a los más pequeños. El resultado se les escapó de las manos. Aquel día los tres reavivaron las ascuas de una tradición centenaria: el arte del títere, la maravillosa ficción en la que el guiñapo cobra vida y siente y respira y se mueve... Y el fuego de los Lanz, Lorca y Falla aún resplandece.

La prueba, en el Centro Lorca. Allí Granada se ha reencontrado con su legado titiritero de la mano de 'All string atached', un proyecto que pretende reivindicar la labor de los tres grandes pioneros del arte europeo de los títeres: Milan Klemencic, Vittorio Podrecca y Hermenegildo Lanz. El ciclo, apoyado por la Unión Europea a través del programa 'Europa Creativa', se compone de un ciclo de conferencias, talleres de restauración y una gran exposición que pone en valor el arte del títere.

El episodio del 6 de enero de Lanz, Lorca y Falla tiene amplia presencia en el programa. Algunos de los diseños realizados para la función se exponen en la muestra, que acoge ya el Centro Lorca y que comparte espacio con piezas originales, fotografías y grabados que revelan una cara poco conocida de Hermenegildo Lanz.

Así lucen fotografías que recuerdan la influencia que el trabajo del artista tuvo en el desarrollo del proyecto de La Barraca, fotografías que revelan su pasión por la cámara o bocetos y cartas que permiten acercarse al proceso de creación de proyectos como 'Cuento de brujas' (1923), 'El retablo de Maese Pedro' (1923 a 1925) o 'Curro Vargas' (1932).

«Sobre mi abuelo hay muchos capítulos sin escribir y con esta exposición queremos hacerlo», reconocía Enrique Lanz, responsable de la compañía de títeres Etcétera junto a Yanisbel Victoria Martínez. El granadino celebraba este martes la puesta de largo de un proyecto que reivindica la figura de su abuelo, el gran desconocido de aquella Granada de principios del siglo XX.

Lanz rememoraba aquella función del 6 de enero -«punto de partida para muchas otras experiencias de mi abuelo»- y destacaba la implicación de la sociedad granadina en el impulso del arte del títere. «Aquel día no solo participaron Lanz, Lorca y Falla, también colaboraron personas de todos los ambientes de Granada que intentaron hacer avanzar la cultura de la ciudad y aquí hay buena muestra de ello».

Klemencic y Podrecca

Otros dos gigantes del títere acompañan a Lanz en 'All string atached'. El programa recupera la obra de Milan Klemencic y Vittorio Podrecca, artistas cuya influencia se dejó sentir en toda Europa y cuyo trabajo, concretamente el del italiano, pudo traer en vida a la propia Granada. Ambos serán protagonistas de conferencias de aquí a final de mes y están representados en la muestra que acoge el Centro Lorca.

Como Lanz, Klemencic (Solkan, 1875 - Liubliana, 1957) abarcó muchas artes en torno a sí. Pintor, fotógrafo y escenógrafo, su pasión por los títeres se tradujo en la creación de un tipo de muñeco de pequeño tamaño adaptado a funciones de marionetas en miniatura.

Su labor, coetánea a la del granadino y el italiano, fue revolucionaria gracias a piezas como 'El príncipe encantado', 'El rey Lavrin', 'Gaspercek el pintor' o 'Los trillizos de Damasco', espectáculos en los que el esloveno narró complejas historias y diseñó cada uno de los elementos que empleaba en las funciones. Algunas de las piezas se exponen en el Centro Lorca, donde los espectadores pueden hacerse una idea de lo que pudo ser contemplar a Klemencic en acción.

Lo mismo ocurre con Podrecca. El italiano (Cividale del Friuli, 1883 - Ginevra, 1959) fue uno de los grandes revolucionarios de los títeres. Su gran creación fue 'I piccoli', una compañía de teatro de marionetas que viajó por todo el mundo con éxito y que tuvo un impacto gigantesco en la tradición titiritera hispanoamericana.

Podreccallegó a reunir más de un millar de títeres. Algunos de ellos, felizmente restaurados, se exponen en Granada ahora. «Son una muestra del gran valor patrimonial que reside en los títeres», explicaba, por su parte, Yanisbel Victoria Martínez. La representante de Etcétera celebró la implicación de las instituciones y especialmente de la UGR en el proyecto. «La entrada de los títeres en la universidad, a través de un programa que permitirá formar a restauradores, es ya de por sí una restauración del arte de títeres en sí», dijo.

Yanisbel Martínez destacó también la dimensión de un programa «que ha sido como escribir la carta a los reyes y cumplir un sueño: reivindicar a Hermenegildo Lanz, a Milan Klemencic y a Vittorio Podrecca, y hacerlo además con una clara voluntad de alcanzar la ciudadanía». La artista aseguró que «esto no lo hacemos por vanidad» y reivindicó una apuesta que es hija del profundo amor por el títere y que busca que el arte brille con más fuerza». Ese arte que una tarde de enero Lorca, Lanz y Falla avivaron con fuerza en el salón de una casa de Granada y que ahora se reencuentra con la ciudad.

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