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Pablo Sycet, comisario, y Juan Antonio Jiménez, director del Instituto de América, ante Marilyn.
La herencia de Warhol se expone en Santa Fe

La herencia de Warhol se expone en Santa Fe

El Instituto de América acoge una muestra con obras del artista y su 'escuela española'

JOSÉ ANTONIO MUÑOZ

Jueves, 23 de febrero 2017, 15:38

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Andy Warhol murió ayer. Ayer hizo 30 años. Y 30 años no son nada, y mucho menos cuando un arte, como el suyo, creado para dar color al momento vivido, empieza a ver pasar el tiempo. Y sigue fresco. Sin rastro para el sepia, una tonalidad que nunca pesó en el ideario de alguien que vivió la vida a tope y para quien la existencia era una sucesión de trazos en colores fuertes. El pensamiento de Warhol, su espíritu, su ideario, y no sólo algunas muestras de su creación plástica, están muy presentes en la muestra 'Warholiana' abierta al público en la tarde de ayer en el Instituto de América de Santa Fe.

Una muestra puesta en pie en tan sólo 48 horas, uno más de los milagros que, de cuando en cuando -ya ocurrió con la muestra permanente sobre la historia de la ciudad, igualmente creada en un tiempo récord-, se ven en este edificio de la plaza de España santaferina.

¿Qué decir de la muestra? Lo primero, no se pierdan el catálogo. Cabe en un bolsillo, porque es una colección de postales con algunas de las más selectas obras que integran la colección, donde por otra parte, están inscritos nombres de oro de la creación artística contemporánea de nuestro país, empezando por lo más inmediato, esa 'Júpiter y Kairos' del pintor granadino Joaquín Peña-Toro, y llegando, por supuesto, al propio Warhol, del que podemos ver varias de sus obras, entre las que brilla con luz propia una serie de Marilyn Monroe que preside el testero principal, y que aprovecha un mural de la anterior 'inquilina' de la sala, Irene Sánchez Moreno, que continúa, de este modo, presente en la sala, vida después de la vida, arte después del arte.

La muestra, como afirma Juan Antonio Jiménez, director del Instituto de América de Santa Fe, «tiene una vocación claramente multidisciplinar. No sólo nos hemos centrado en la obra propiamente gráfica del artista, sino que hemos buscado conectar con la visión multidisciplinar del artista, gracias a la proyección de sus trabajos audiovisuales, y la utilización del espacio como guía de un itinerario plástico que abarca todas las artes: pintura, fotografía, escultura, objetos de consumo...».

Catalizador de la movida

Mucho se ha hablado de los elementos catalizadores de la movida madrileña. Un tiempo -finales de los 70-, unas circunstancias políticas -el inicio de la democracia-, y un caldo de cultivo idóneo para la transgresión. Esta muestra ofrece las claves que sirven para entender la enorme influencia de Andy Warhol en el fenómeno cultural por excelencia del último cuarto del siglo XX en nuestro país.

Fotografías de Ouka Lele, referencia absoluta de la sala de revelado; cuadros de Carlos Berlanga donde el malogrado componente de Alaska y Dinarama utiliza a su manera la iconografía seriada de Warhol; el propio Carlos Berlanga disfrazado de Audrey Hepburn en 'Desayuno con diamantes'... La iconografía de la elegancia encarnada por la actriz de Hollywood llevada al extremo con un retrato de Jaime Gorospe que muestra a la propia Alaska y a Nacho Canut travestidos, entre abrigos de pieles...

Y luego, claro, el cine. La estética de lo kitsch, presente en carteles como el de 'Entre tinieblas', la película de Pedro Almodóvar cuya imagen principal pintara Iván Zulueta en 1983. Y como contraposición, la estética mucho más lineal, casi naïf en comparación con lo anterior, pero manchada de los colores fuertes warholianos, que ofrece el cartel de 'Matador'. Y en medio, cuadros de artistas del Renacimiento trasladados a ese siglo XX de cambalache, con la presencia estelar de Tino Casal, warholiano en su estética personal, en sus letras, a veces excesivas, y en ese remedo de 'Saturno devorando a sus hijos' que nos interroga desde la pared. Un solo Warhol, y 150 piezas para entenderlo, todas verdaderas.

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