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Daniel Olivares
Jueves, 23 de febrero 2017, 15:38
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La Alhambra ha inspirado a poetas y escritores, a viajeros y turistas, a vecinos y foráneos. Sus palacios, jardines y fortaleza han sido admirados por millones de personas a lo largo de sus siglos de historia, desde que en 1238 Al-Ahmar decidió reconstruir las antiguas ruinas de la colina de la Sabika y trasladar allí la sede de su corte nazarí. Y entre esos millones de ojos se encuentran los de los estudiantes y profesores que han pasado por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura (ETSA) de la Universidad de Granada desde que se fundara el centro en 1993, quienes han tenido en la ciudad palatina una gran 'maestra' para aprender con ella a escudriñar el pasado de la arquitectura. La exposición 'Escuela Alhambra' se ha encargado de recopilar una selección de trabajos e investigaciones realizados por docentes y alumnos de la ETSA sobre el recinto de la Alhambra y su entorno, que se ha convertido en lugar de aprendizaje, inspiración e influencia para muchos de los profesionales que se han formado en las aulas del centro universitario en el último cuarto de siglo y también para sus formadores.
Los organizadores de la exposición han indagado entre los armarios de la ETSA para dar forma a un proyecto que se completará con un seminario de tres jornadas de reflexión en torno a la docencia, la investigación y la transferencia, impartido por personal del Patronato de la Alhambra, profesores y estudiantes de la escuela técnica. Como dijo ayer el director de la muestra, Juan Domingo Santos, «hemos reciclado material de la propia escuela» para el montaje.
Dibujos, levantamientos planimétricos, maquetas, vídeos, proyectos desarrollados en los talleres, trabajos de investigación, proyectos fin de carrera y trabajos fin de máster, artículos, libros y otros documentos realizados desde la docencia, la investigación y la creación artística forman parte de 'Escuela Alhambra'. «Es una exposición que teníamos pendiente hacer desde hace ya tiempo. Con ella seguimos viajando al pasado. En este caso, la Alhambra se convierte en un lugar de inspiración. Este es un cúmulo de trabajo que tiene distintas perspectivas, una mirada variada. Y una forma de sacar a la luz el trabajo que hacemos todos en la escuela en los distintos departamentos», explicó Juan Domingo Santos durante la apertura de una muestra que estará abierta hasta el 14 de abril y en la que ha contado con Tomás García Piriz y Carmen Moreno Álvarez como compañeros de comisariado.
Estrechar la colaboración
A la presentación acudió el director de la Patronato de la Alhambra, Reinaldo Fernández, quien recordó que la relación del monumento con los arquitectos se remonta a 1492, cuando los Reyes Católicos conquistan Granada y la Corte empieza a dedicar partidas para la restauración de determinadas estancias, unos trabajos que se incrementarán con el emperador Carlos V. «La Alhambra ha sido un territorio conservado pero también reinterpretado por parte de los arquitectos», apuntó Fernández, quien resaltó también que el conjunto palatino ha sido protagonista de numerosas polémicas de los movimientos vanguardistas de arquitectura, como ocurrió con «los restauradores románticos, que reinventaban el pasado, frente a una escuela de restauración más rigurosa que encabezaba Leopoldo Torres Balbás».
El director de la ETSA, José María Manzano Jurado, puso de manifiesto que la exposición es un punto de inicio de la relación fluida que el Patronato de la Alhambra y el centro universitario pretenden mantener «desde que Reinaldo Fernández me trasladó el interés por colaborar con la escuela». Llamó la atención sobre el cartel de la muestra, «toda una declaración de intenciones» que representa, gráficamente, «una mirada hacia la Alhambra (desde uno de los talleres del edificio de la ETSA) y no se ve el hotel Alhambra Palace, sino la Torre de Comares». Y recordó a aquellos «arquitectos locos que se encerraron en la Alhambra y reflexionaron sobre el monumento» para dar lugar al primer 'Manifiesto de la Alhambra', del que leyó un fragmento de un artículo de Oriol Bohiga, en su primera edición, y otro de Joaquín Casado Amezúa, profesor de la ETSA, ya fallecido, a quien homenajeó en el arranque de la muestra. Un acto en el que el vicerrector de Investigación y Transferencia de la UGR, Enrique Herrera, ahondó en la idea de potenciar la relación entre Alhambra y Universidad con un «centro mixto que visualice la investigación».
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