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Gonzalo Tafalla, uno de los responsables de Discos Bora-Bora.
«El vinilo no es una moda, su sonido es insustituible»

«El vinilo no es una moda, su sonido es insustituible»

Gonzalo Tafalla, uno de los responsables de discos Bora-Bora, asegura que el éxito del vinilo está en la calidad del formato y su durabilidad

Pablo Rodríguez

Lunes, 4 de enero 2016, 00:52

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Los locos de lo físico tienen una cita obligada en Discos Bora-Bora. La tienda, situada en la plaza de la Universidad, se ha convertido en poco tiempo en un imán que atrae a los amantes de los formatos no digitales. En su interior se venden -y se piden al extranjero- vinilos de toda clase, desde clásicos con más de cinco décadas hasta estrenos recientes. Es el paraíso del fan más acérrimo de la música y no hay mejor lugar para pulsar si efectivamente el vinilo ha vuelto.

«Sí, el vinilo está de regreso», asegura Gonzalo Tafalla, uno de los responsables de Bora-Bora. Las razones de esta vuelta al formato pasan por la calidad de lo registrado y su durabilidad. «Creo que todo el mundo se da cuenta de la calidad del sonido y del formato. El CD muere pronto: sea por el hongo, por la pérdida de la pinturilla... Es igual, el CD tiene fecha de caducidad. Sin embargo el vinilo aguanta mucho mejor el paso del tiempo. Aquí en la tienda tenemos algunos del año 1957 y suenan igual de bien que el día que se grabaron en el estudio», asegura.

Además de la diferencia de calidad, Tafalla encuentra otros motivos en el subidón de ventas: el romanticismo y el coleccionismo. «El vinilo vale cada día más caro, cada año va ganando. Un día vendes un vinilo por 40 euros y el año que viene ya vale 50. También es verdad que es un objeto de colección, incluso cuando no lo estás escuchando. Cuando estás aburrido coges la carpetilla y te pones a leer lo que los grupos han dejado ahí, la letras...», afirma.

Como reconoce Tafalla, son muchos los clientes que adquieren discos de vinilo en el local. El río de personas es incesante. Ayuda la vecindad con la Universidad y con otro de los polos del 'indie' granadino, el Bar de Éric. De las 'tribus' que habitan ambos lugares recibe clientes. «No existe un tipo de comprador. Lo mismo vienen chavales de 18 años comprando Led Zeppelin y catedráticos que vienen a por el mismo disco», cuenta.

Tampoco es una cuestión de sexo. Hace unos meses una productora brasileña grabó un documental en el local y se sorprendió de la cantidad de mujeres que adquirían sus discos en la tienda. «Les alucinó que fueran tantas las chicas que compraran discos, pero es lo normal. Aquí vienes desde que te empieza a gustar la música hasta que deja de gustarte, seas un adolescente, una chica o una señora mayor», explica.

Los reyes son Pink Floyd

¿Y qué compran los clientes? La respuesta no sorprende: «Gustan muchos los clásicos. Los reyes son Pink Floyd, su disco 'Dark side of the moon' fue un éxito total en su época y hoy en día sigue siendo así. También gustan mucho grupos como The Beatles, Dire Straits, ACDC o Queen», confirma.

Tampoco quedan atrás los grupos actuales. La vinculación con el espíritu 'indie' de Bora-Bora se percibe en el amplio catálogo de piezas de grupos granadinos actuales, especialmente de Los Planetas. «Lo que más se vende ahora mismo es la música actual, de artistas que están grabando ahora. Se han dado cuenta que los CD no se compran y se han volcado al vinilo, que les permite una calidad de sonido mejor y que tiene buena salida», asegura Tafalla.

Pero es en las rarezas donde el coleccionista centra su búsqueda. Sorpresivamente, lo más difícil de encontrar es la música de los 90. «Los discos de los 90 son de la explosión del CD y se hacían muy poca tirada en vinilo. Son difíciles de conseguir. Por menos de 25 euros es difíciles de encontrarlos», confirma. Aparte apenas hay nada a la venta, algo que tiene explicación más allá de las tiradas. «Lo poco que se hizo está en manos de aquella generación que recibió un tocadiscos de sus padres y que no vivió el cambio de la explosión digital».

Tafalla cree que este regreso del vinilo no es una muda y que ha venido para quedarse. «El sonido no es sustituible y la calidad del formato tampoco». ¿Y lo mejor del vinilo? «Las caras, sin duda. Hay gente que lleva diez años buscando un disco y cuando lo encuentran, alucinan».

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