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Rafael Amargo regresa a la ciudad de la que se marchó a los 16 años para conquistar los teatros de todo el mundo.
«Lorca me pilla muy de cerca, tenemos cosas parecidas»

«Lorca me pilla muy de cerca, tenemos cosas parecidas»

bailaor y coreógrafo

Pablo Rodríguez

Lunes, 20 de julio 2015, 00:12

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El amor calma. Que se lo digan a Rafael Amargo (Valderrubio, 1975). A horas de subirse a las tablas del Generalife con 'Poeta en Nueva York' asegura que se encuentra muy tranquilo. No es solo que el bailaor y coreógrafo regrese a la ciudad como 'profeta en su tierra', es que además se declara nuevamente enamorado de Granada. No es cosa del redactor, él mismo lo percibe en los detalles. «Mira tú que estamos en el Albaicín, enfrente de la casa de mi padrino Curro Albaicín, viendo la Alhambra y la Catedral, haciendo una entrevista para el periódico IDEAL y escuchando el Omega de Enrique Morente. ¡Más 'granaíno' imposible!». Aunque es amor lo que siente ahora, confiesa que no siempre fue así. Durante un tiempo se «enfadó un poco» con Granada. La historia desgraciadamente habitual: duras críticas y falta de reconocimiento. Aquello quedó atrás y el artista se subirá a las tablas del Generalife con 'Poeta en Nueva York', una reposición de uno de los grandes éxitos de su carrera con la que espera reconciliarse con el público granadino en su regreso. Tiene todo el verano para disfrutarlo.

Vuelve a la ciudad como protagonista del Lorca y Granada. ¿Se siente profeta en su tierra?

Sí, pero me ha costado. Siempre estaba quejándome de que nunca me habían dado nada en Granada y creo que el que está arriba me lo ha dado en el momento que me toca. Al final hay una cosa que es la sabiduría del tiempo, que te asienta en lo que tienes que estar. He llegado a Granada y he visto que hay muchísima promoción, que la gente se ha desbordado conmigo y eso me gusta.

Tras tanto tiempo fuera, ¿qué recuerdos le quedan de Granada?

Estudié en Granada, en el Mulhacén, pero tengo etapas de mi vida que como que las he borrado. He tenido otras tan grandes que han tapado esas otras. Hoy tengo muy buenos recuerdos, pero ha habido una época en la que he estado muy peleado con Granada.

¿Por qué?

Porque he intentado venir a bailar muchas veces y no han querido, porque decían que estaba muy loco, que si tan mediático me había hecho... Date cuenta que he sido un poco controvertido y aquí nunca se me ha dado un reconocimiento (Nota: es Premio IDEAL desde el año 2002). Soy Hijo Predilecto de la Ciudad de Barcelona, la Llave de la Ciudad de La Plata y aquí la vez en Granada que viene a bailar tuve que alquilar el teatro y pagar, que lo hice para que me viera la parte de mi familia que no puede viajar. ¡Qué malafollá! Pero este año después de Navidad me llamaron y me dijeron que había ganado el concurso público, que me iba a pasar mes y medio en el Generalife y que no le dijera nada a nadie. En ese mes y medio en el que no he podido decir nada me volvieron muchas cosas y me enamoré de nuevo de Granada.

La vuelta le trae a un ciclo en el que actuaron genios de la talla de Gades o Maya, ¿infunde respeto?

Es una responsabilidad muy grande porque este concurso público, entre 14 proyectos más, lo he ganado yo y los anteriores han sido gente que también se lo han ganado con el sudor de su frente. Unos más conocidos, otros menos conocidos pero los que has citado son mis dos maestros referentes, a los que yo amo, por ahí por donde han pisado yo voy detrás.

Llega de la mano de Lorca, ¿qué papel ha jugado el poeta en su vida?

Lorca me pilla muy cerca. Tenemos cosas muy parecidas por el sitio en el que hemos nacido, por las familias que los dos tenemos y por el aire y el aroma que hemos respirado. También porque personalmente somos muy parecidos en muchas cosas. Somos valientes contando nuestra vida sin miedo a nada. Además nado muy bien en su obra, me la conozco desde pequeño.

De él trae 'Poeta en Nueva York', una reposición del montaje de 2002. ¿Por qué eligió esa obra?

La escojo porque era un aval seguro, estaba montada y eso me iba a hacer ganar puntos porque no había que gastarse más dinero del concurso público. Tiene hecha la escenografía, el vestuario...

Dicen que se interesó por ella después de hablar con Gades, ¿es así?

La obra surge porque me fui a hablar con Gades para que me diera 'Bodas de Sangre' y él me dijo. «No te la voy a dar por dos razones, primero porque hace una semana que se la he dado a José Antonio con el Ballet Andaluz para que la represente en los Jardines del Generalife en Granada, y segundo porque, ¿tú no eres el chico este que tanto sale en los medios de comunicación que dice que va a triunfar? ¿Para qué me necesitas a mí? Si puedes, hazla tú solo». Me dio como un ataque de ira. Pensaba, «este hombre, como me ha hablado así con lo que yo lo quiero». No lo comprendí. Me fui a mi casa y me dije, «vamos a montarla». Estuve solo un día trabajando en ella hasta que me di cuenta de que si la hacía siempre iba a haber agravio comparativo. Decidí que tenía que hacer algo que no hubiese hecho ninguno. Revisé la obra y lo vi claro. Me dije, «se van a enterar, voy a hacer 'Poeta en Nueva York'».

Y se enteraron...

La gente me decía. «Estás loco, si 'Poeta en Nueva York' no tiene personajes». Date cuenta que no es una obra con argumento teatral, son poemas sueltos a los que yo metafóricamente le he hecho una dramaturgia.

¿La hace eso más compleja?

Tiene sus cosas buenas, te da licencia para hacer lo que te da la gana porque no te tienes que atar a nada. También tiene sus cosas malas, que tienes tantas cosas por hacer que tienes que afinar muy bien porque al final puede quedarse en una paja mental. Hay que jugar con lo que el poeta hubiera pensado, lo que tú puedes hacer, que sea comercial pero que a la vez sea elevado. Es muy complicado, pero es lo que me gusta, darle mil vueltas al torno hasta que la arcilla toma forma.

De aquella versión destaco una frase de una reseña: «quien no arriesga no gana». ¿Cree en ella?

Sí, creo que el que no arriesga no gana, aunque yo cuando arriesgo es porque sé que tengo el 95% ganado, si no no arriesgo. (Risas) Aquí lo bueno que traigo es que es una obra que no le pasa indiferente nadie. Tampoco se sobrexpone tanto. Es bonita, es una joya. Hay cosas que son muy pajilleras y la gente no entiende mucho, pero es 'Poeta en Nueva York', una obra que ya leyendo se entiende poco y si leyéndola se entiende poco, cómo vamos a pretender que seamos tan explícitos como para que se entienda.

Sin embargo, fue muy bien recibida. ¿Cómo valora aquello?

Creo que acerté por dos lados, por no hacer 'Bodas de Sangre' y por hacer 'Poeta en Nueva York' con una visión muy lorquiana, siendo el primero en introducir el audiovisual en el flamenco. Ahí me posicioné, hice mi marca y me empezó a respetar el sector de la cultura más 'high'. Desde entonces son ya 13 años montándola, es un clásico como la 'Carmen' de Antonio Gades o la 'Carmen' de Rafael Aguilar. Es decir, la pieza más clásica que tengo en mi repertorio.

Evolución

La obra que verán los granadinos a partir de mañana, ¿será igual o diferente al montaje del 2002?

Hay gente que estaba en 2002 en el equipo original, entre ellos yo, y que seguimos ahora. Han pasado 13 años y eso es mucho tiempo. El físico va cambiando y los que vamos siendo más mayores ya bailamos más de carácter que tan virtuosamente, pero he metido unos chicos jóvenes que bailan esa parte más virtuosa. La obra va evolucionando, aunque tampoco lo he querido tocar mucho porque como dicen en Márketing, lo que funciona no lo cambies. Entonces, ¿qué dedo me corto para que no me duela? Los bailarines ya no tenemos 13 años después los mismos cuerpos ni el mismo fondo físico ni nada. De los bailes que hacía solo en 2002, dos de ellos los vuelvo a hacer y otros dos los he cambiado por otros más lucidos para mí en este momento de mi carrera. La estoy amoldando, pero está muy bien.

¿Qué destaca del elenco?

Pues que es muy generoso. Tengo a Adrián Sánchez, un bailarín granadino que fue compañero de pequeño y que tenía muchas ganas de bailar con él; y luego están también Sandra Hita, una chica de Maracena, Lucía Garrido, la hija de Mariquilla, y Fran Vilchez, otro bailarín que es primo mío y es de Valderrubio. Más Toni Maya, María la Coneja, Antonio Jiménez Maya y Mayte Maya Altea. Tengo como nueve granadinos. He querido que algo se quede en la tierra.

¿En esta versión se mantienen los aires jazzísticos?

Sí. En 2002 la gente flipó con la mezcla de Flamenco y Jazz. Es más, te tengo que contar un secreto. Esa música nació con mucho dolor. Edith Salazar escribió las letras desde un sitio muy fuerte, muy duro, no sabía para qué eran. Cuando yo me la encontré, ella salía de este proceso y me dijo. «Mira esta música y a ver que podemos hacer con ella». Me vino como del cielo. Flipo porque cada nota tiene una daga.

Otro elemento a destacar son los recitados, de primer nivel.

Sí, están de nuevo. No están en directo, en cine. Es lo bueno, que está la profesión entera en cine de cuando se grabó y toda la profesión actual en el escenario. Hay dos generaciones, una en cine y otra en escenario, con lo cual se multiplica la gente. Es muy espléndido. Sé que otros años han venido compañías más justicas, pero es que esto es. espléndido.

¿Confía en que Granada la reciba como se merece?

Estoy muy tranquilo. Es una reposición y he comprobado que funciona muy bien. Creo que aquí no va a ser menos. Espero que no se cumpla el dicho ese que dice que Granada es la tierra de la malafollá. (Risas) No creo. De hecho la venta anticipada va muy bien. El viernes decía el director del 'Lorca y Granada' que es el año que mejor van las ventas anticipadas con lo cual estoy muy contento.

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