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El Padre Damián.
El 'sister act' del Padre Damián

El 'sister act' del Padre Damián

El cura de 'La Voz' es, a sus 28 años, un joven que vive con pasión las dos vocaciones de su vida, la música y el apostolado

Pablo Rodríguez

Jueves, 2 de abril 2015, 01:54

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Hollywood nos tiene acostumbrados a estas cosas. Hace ya varias décadas que una Whoopi Goldberg vestida de monja encandiló a millones de personas con 'Sister Act'. La película, en la que la actriz estadounidense encuentra a Dios a través de la música, tuvo tanto éxito que se grabó incluso una secuela. Ambas aparecen entre las películas favoritas de Damián María Montes, el sacerdote granadino que ha revolucionado la televisión con su actuación en el programa 'La Voz'. El joven redentorista, congregación religiosa de la que forma parte, se montó su propio 'Sister Act' ante una audiencia que catapultó su nombre a lo más alto de las redes sociales.

Sacerdote por vocación, artista por tradición

  • A Dios lo sintió en el Perpetuo Socorro. Allí templó su vocación de sacerdote, su necesidad vital de darse por completo a los demás y cambiar, en primera persona, a mejor el día a día de los más necesitados.

  • La música, sin embargo, le vino por otros derroteros. La abuela de Damián, María Montes, es la popular 'Elisa la del Horno'. La cantaora, nacida en Aldeire el mismo 8 de mayo en que veía la luz este periódico, inculcó en su nieto la pasión por las canciones. Lo hizo a base de saetas y colombianas, cantes con los que se enfrentó a los duros arrebatos de la vida que le impidieron dedicarse a la música en la juventud.

  • Lo contaba ella misma a IDEAL hace una década. Tras quedar su padre en silla de ruedas, la cantaora tuvo que arremangarse para traer sustento a una familia con seis hermanos. Elisa montó un taller de corte y confección donde tejía mantillas, que luego vendía ella misma al público.

  • Cuando el brillo de los escenarios se esfumaba, Elisa se atrevió a buscar otro escenario en el que mostrar la tremenda voz que atesoraba en el secreto de su taller. Lo logró de la mano de la asociación de vecinos Camino de Ronda. Desde entonces Elisa Rueda, su verdadero nombre, se transmutó en 'Elisa la del Horno', la cantaora que subió a las tablas a Damián.

Pasada la efervescencia del momento queda la persona. Damián, que nació en Granada hace 28 años, es un joven que vive con pasión las dos vocaciones de su vida: la música y el apostolado. La primera la porta prácticamente en los genes. Es nieto de 'Elisa la del Horno', una cantaora arraigada en la ciudad. Aquí se ha hecho un nombre a base de saetas y, dicen, exquisitas colombianas. No es el único familiar con apego por la música. También cantaban su bisabuelo y los primos hermanos de este.

El testigo lo tomó Damián a los cuatro años. Según confesó la propia Elisa a IDEAL en 2005, el ahora cura de 'La Voz' le acompañó en los escenarios desde esa edad. «Mi nieto canta conmigo desde los cuatro años y lo hace de maravilla», decía entonces.

Ya en aquel tiempo, Damián daba más pasos en la música. Estudiaba piano y canto en el Conservatorio, algo que compaginaba con los estudios previos a la Universidad. Una década después de aquellas palabras de su abuela, Damián es una realidad. Su voz asombró a Antonio Orozco y a Malú, quienes se giraron ante la interpretación de 'Angels', el tema que popularizara Robbie Williams. Precisamente ese es otro de los detalles que sorprende de él, su versatilidad. Por tradición familiar siente apego por el flamenco, aunque en su Facebook se muestra también como un gran fan de Pablo Alborán, Beyoncé, Adele y, como no, Robbie Williams.

Misionero

La segunda de sus pasiones, el sacerdocio, le asaltó en Granada. Su círculo cuenta que sintió la llamada de Dios en el Santuario del Perpetuo Socorro. Entre los altos muros del templo se afianzó en la idea de que su vida debía ser un acto de amor. Y qué amor más alto que el de la entrega voluntaria a los demás. El espíritu misionero le llevó por la India, donde emuló a Santa Teresa de Calcuta ayudando a los más necesitados, y Honduras.

El viaje le marcó profundamente. «Allí aprendió que hay que mirarse menos el ombligo, que hay que acompañar con cercanía y una sonrisa a todo el mundo». Eso aseguran en la comunidad que le acompaña en la madrileña Casa del Perpetuo Socorro. El cura de 'La Voz' regresó imbuido en un espíritu idealista, con la intención de arreglarlo todo y vivir una vida justa. «Quería quedarse solo con un pantalón y una camisa», dice uno de sus hermanos.

Finalmente decidió embaucarse en la última de las aventuras, la conjunción de sus dos pasiones. Junto a miles de españoles luchó por cumplir uno de los sueños de su vida, subir a las tablas de 'La Voz'. Superó los castings, pero antes tuvo el acierto de pedir la venia a sus superiores. Sus hermanos explican que habló con el líder de su congregación y que este le dio el visto bueno. Su prudencia y lealtad le llevaron al arzobispado también, donde consultó al responsable de la diócesis acerca de su intención de saltar al escenario. La propuesta fue acogida con alegría.

Los nervios, evidentes al subir las escaleras del escenario, no obstaculizaron su 'brother act' en La Voz. Como la Goldberg, Damián arrasó. Ahora el público, que desde entonces se suma por cientos a su cuenta de Twitter y Facebook, desea ver la secuela.

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