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Clientes en el chiringuito 'El Espeto' que acometerá una transformación completa. MARINA ZAFRA
La reforma iniciada por los chiringuitos da un salto de calidad a la playa de Poniente

La reforma iniciada por los chiringuitos da un salto de calidad a la playa de Poniente

El cambio de imagen ya es evidente con la llegada de locales como Bambú y aún faltan las reformas del Sunahra, El Espeto y Hoyo 19. En total van a invertir casi dos millones de euros

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Martes, 15 de agosto 2017, 00:19

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Se acabó lo de ser la 'hermana pobre' del litoral. La motrileña Playa de Poniente, que tenía los chiringuitos más antiguos y necesitados de reformas, ha iniciado un proceso de transformación una vez recibidas las concesiones que están permitiendo a los empresarios de playa ir ejecutando, de forma progresiva, las obras de reforma de los locales. Tras años de incertidumbre en los que no podían echarle dinero porque no sabían si iban a quedarse con sus establecimientos, la llegada de la renovación de las concesiones por otros 30 años ha dado tranquilidad a los chiringuitos de todo el litoral para mirar a largo plazo y acometer importantes inversiones para adaptar los locales a la normativa actual.

El 'Bambú Beach', abierto este mes de agosto en el espacio que ocupaba la antigua Tomatina, es el buque insignia de esta metamorfosis iniciada por la playa de Poniente y el ejemplo del cambio de concepto que se pretende llevar a cabo en el litoral motrileño. Adiós a los chiringuitos 'de batalla' y hola a los 'beach clubs' con una oferta de calidad diferenciada y todo tipo de servicios. En la misma línea, están pendientes transformaciones importantes como las del Sunahra o El Espeto, que se derribarán y se construirán nuevos. «El resultado será espectacular», avanzan entusiasmados sus propietarios.

Con las obras de reforma de los chiringuitos, Poniente sigue los pasos de playas como La Herradura, la primera que experimentó una transformación gracias a la inversión privada de sus empresarios y que ya el pasado verano se tradujo en un impulso turístico para el destino y un aumento general de clientes, que han respondido a las mejoras, según constatan los empresarios de playa.

Desde la Asociación de chiringuitos de la Costa Tropical que preside Francisco Trujillo apuntan que en todo el litoral ya apenas quedan cuatro concesiones pendientes y destacan la calidad de los proyectos de los nuevos chiringuitos. La inversión por local es variable. Hay reformas más modestas pero la mayoría de los empresarios ha apostado fuerte con inyecciones de entre 300.000 y 400.000 euros, lo que significa que cuando estén acabadas todas las reformas previstas en Motril, se habrán invertido alrededor de dos millones de euros sobre la arena de Poniente. Entre los que han tirado con 'pólvora de rey' está Bambú Beach. Sus propietarios ya tienen dos establecimientos con la misma marca en La Herradura y confían en repetir ahora el éxito en Motril. «Surgió la oportunidad y hemos arriesgado, no nos conformamos con una pequeña reforma», explica Darío de Haro, convencido de las posibilidades de desarrollo que tienen aún el litoral motrileño. «Motril tiene 70.000 habitantes y 150 restaurantes, mientras que en La Herradura hay más de 250 restaurantes», apunta De Haro, que está ilusionado por la apertura motrileña. «Venimos a sumar con una oferta diferenciada. Gastronomía, producto de primera calidad, espectáculo en vivo y playa son nuestras señas de identidad», apunta.

Totalmente convencido de que los nuevos chiringuitos van a darle un subidón a la imagen de Poniente está también Reto de Vita, empresario de El Espeto. Su establecimiento se derribará para retranquearse 15 metros y se levantará con un nuevo proyecto «espectacular». «La inversión de los empresarios va a darle a la playa un valor añadido, sin duda», opina. Absolutamente entusiasmados también están los dueños de Sunhara, que el próximo mes de octubre quieren comenzar las obras del chiringuito de sus sueños. En su caso podrán ampliar la terraza hacia el mar. «Llevamos un año visitando los mejores beach clubs de toda España para coger ideas, queremos hacer algo grande», comenta Elisabeth Ganesa, propietaria de Sunhara.

«Sunahra será un beach club en el que convivirán copas y cocina vanguardista... con aire caribeño pero integrado en el entorno», avanza Eli, convencida de las posibilidades de Motril. «Este debe ser el principio del gran cambio turístico para Motril y que Poniente deje de ser el patito feo», concluye.

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