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La ex directora de la fábrica charla con Manuel, uno de los trabajadores que resultaron heridos y hermano de la víctima mortal del accidente, en el palacio de justicia de Motril. Javier Martín
"No quiero ver a nadie en la cárcel, si esto no se acaba es porque ellos no quieren"

"No quiero ver a nadie en la cárcel, si esto no se acaba es porque ellos no quieren"

El juzgado aplaza para el próximo mes de abril el juicio por el accidente mortal de la fábrica de Ron Montero mientras las partes no alcanzan un acuerdo con las indemnizaciones

mercedes navarrete

Viernes, 2 de marzo 2018, 02:03

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La incomparecencia de un testigo obligó ayer a suspender el juicio previsto por el accidente laboral mortal que tuvo lugar en julio de 2014 en la fábrica de Ron Montero de Motril y en el que perdió la vida un trabajador de 45 años. Además en el incendio que se produjo tras la deflagración de un depósito de alcohol resultaron gravemente heridos otros dos empleados, uno de ellos hermano de la víctima. El titular del juzgado de lo Penal número 2 de Motril, comunicaba, hora y media después de la hora fijada para el inicio, la suspensión de la vista y su aplazamiento para los próximos días 5 y 6 de abril, al no presentarse ayer en los juzgados uno de los testigos propuesto por la empresa que se encargaba de la prevención de riesgos laborales en la fábrica.

Los representantes legales de los dos heridos en el accidente confirmaron a IDEAL que mantienen abierta una negociación sobre las indemnizaciones económicas solicitadas que, si llegara a cerrarse, podría suponer la retirada de la acusación penal. Sin embargo, ayer, tras la suspensión de la vista, todas las partes –los abogados de la fábrica de ron y la empresa de prevención de riesgos laborales así como sus aseguradoras y por otra parte los dos heridos, representados por los letrados Ignacio Esteva y Ramón Soriano– mantuvieron una larga reunión en la sede del Colegio de abogados de Motril, sin que se llegara a pactar un acuerdo.

Los imputados

Por el accidente mortal están imputados la que por entonces era administradora de la fábrica de ron de Motril y el técnico de prevención de riesgos laborales de la empresa. Cada uno de ellos se enfrenta a una petición de la fiscalía de tres años y cuatro meses de prisión por un supuesto delito de homicidio por imprudencia profesional grave. Ayer, antes de que se suspendiera el juicio, el letrado que defiende a la ex gerente de la fábrica, Juan Mira, se limitó a reiterar que pedirían la absolución y después no quiso hacer declaraciones. En cuanto a los dos trabajadores que vieron sus vidas truncadas por el accidente, ayer volvieron a revivir la pesadilla. Cuatro años y ocho meses después del fatídico incendio las heridas siguen completamente abiertas. El cruce con los acusados en la puerta del juzgado y la hora y media de espera hasta que se anunció la suspensión del juicio dejó algunos momentos tensos, protagonizado por uno de los heridos, Miguel Lorenzo, que en un momento llegó a increpar a la familia propietaria de la fábrica de ron, a la que reprocha el sufrimiento que están soportando después del accidente.

Y es que, según explicó Lorenzo, los trabajadores heridos han tenido que enfrentarse incluso a una demanda de la que fuera su empresa en un intento por impugnar el recargo de prestaciones que les impuso la Seguridad Social. Miguel les recriminó en voz alta el sufrimiento de la familia de Manuel, el otro herido, que perdió a su hermano en el incendio y que ayer esperaba también en el palacio de justicia arropado por sus padres.

«Esto no se acaba ya porque ellos no quieren», reprochaba Miguel Lorenzo, que es licenciado en Derecho y trabajaba en la administración de la fábrica. En el incendio se quemó el 60% de su cuerpo y a día de hoy, después de siete intervenciones quirúrgicas mantiene secuelas graves  (pérdida de movilidad, perjuicio estético, estrés postraumático) y no puede trabajar. «Podría estar legitimado para querer que vayan a la cárcel y sin embargo no tengo ningún interés. Yo lo que querría es estar como estaba, pero la única manera de reparar ya es una indemnización y pedimos la que estableció el fiscal, ni siquiera más, queremos acabar con esto y pasar página pero la estrategia de la empresa es agotarnos emocionalmente, esto no va a acabar aquí ni en primera instancia», vaticinó.

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