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Martes, 19 de junio 2018, 02:11
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Un invierno de temporales ha dejado las playas en modo salvaje. Hay zonas donde la arena se ha esfumado y se han quedado al aire grandes piedras, muy poco apetecibles. En otros puntos, no hay espacio ni para extender la toalla y los escalones están a la orden del día. Los bañistas ya han hecho su aparición en un fin de semana en el que las playas han estado a tope... y muchas sin acondicionar.
Esto, habitualmente, tenía remedio: un plan de mantenimiento a pocas semanas de empezar el verano solía salvar la temporada y dejar las playas decentes. Pero este año, no llegará ese dinero tan esperado por los municipios de la Costa Tropical.
El cambio de Gobierno –de quien es dependiente Costas– ha dejado a las playas del litoral granadino, y de otros muchos puntos del país, sin ese lavado de cara que las preparaba para el verano. Y en algunos pueblos están que trinan.
Según explican desde la dirección provincial de Costas, con los presupuestos recién estrenados, se han quedado sin tramitar administrativamente las partidas de cada servicio. No ha habido nadie que termine de asignar ese dinero para el mantenimiento de las playas.
Desde la dirección provincial de Costas indican que este dinero podría llegar para septiembre u octubre y que ahí se aprovechará para hacer trabajos de mantenimiento y que ahora, los ayuntamientos salvarán la papeleta haciendo ellos pequeñas actuaciones en las playas. Desde este órgano exponen que el mantenimiento de antes del verano se lleva haciendo unos siete años y que era frecuente que su adjudicación llegase tarde, como hace unos veranos, que las máquinas llegaron a las playas en pleno mes de julio, algo que no sentó bien a los municipios.
Según cuenta la alcaldesa de Castell de Ferro, Antonia Antequera, para su pueblo ha sido un desastre no contar con el mantenimiento de las playas de antes del verano. «Los turistas vienen y no quieren saber si es Costas o es el Ayuntamiento, quieren tener la playa bien y tendremos que buscar la fórmula para solucionarlo», señala la regidora que cuenta que en la Punta del Rincón, en el Sotillo, hay una escollera que se ha quedado sin arena con todas las piedras al aire. No se puede poner la sombrilla y el Ayuntamiento tendrá que buscar unos 3.000 euros de donde sea para arreglarlo antes de que lleguen los bañistas.
Castell de Ferro arreglará sus playas la semana que viene, tapará con arena las piedras al aire, la moverá de sitio dentro de la misma playa. En el mantenimiento de la costa le cuesta a este Ayuntamiento unos 15.000 euros. «Este verano no quedará más remedio que pasar menos la máquina para poder afrontar ahora esta actuación especial», dice la alcaldesa indignada que ha denunciado esta situación junto con diputados nacionales de su partido.
Antonia Antequera confía en la llegada del espigón que le cambiará la vida. El suyo está ya dibujándose. «El proyecto ya está elaborándose. A ver si para mediados del año que viene se pudiese estar ejecutando», ruega esta alcaldesa que se ve agobiada con la playa en mal estado a pocos días del comienzo oficial del verano.
También lo lleva mal Concepción Abarca, presidenta de la ELA de Carchuna-Calahonda, que tiene una playa a la que se le ven las tripas. «Desde la Perla hasta la Chucha no hay playa, es totalmente inaccesible. Da igual que haya pasarelas, no se puede acceder al mar», expresa indignada sobre la playa de Carchuna donde se han quedado al aire grandes piedras en la orilla.
Concepción Abarca está indignada y considera que es competencia de Costas hacer esos arreglos y que ellos no tienen capacidad. Al no ser Ayuntamiento, tienen menos poder de respuesta. «Nosotros, como mucho, podemos allanar, pero no mover arena de un sitio para otro de la playa», expone con enfado. «También me dijeron que me iban a arreglar el paseo blando para que la gente no tenga que ir por la carretera y nada... con esto le dan la puntilla a la playa de Carchuna», cuenta pensando en alguna movilización vecinal para exigir mejoras para esta zona de la Costa.
Matías González el alcalde de Polopos-La Mamola está «resignado» arreglando las playas con fondos propios. La máquina despedregadora está funcionando en la playa de La Mamola que se regeneró con arena de rambla hace pocos años y lo necesita; están perfilando los espigones y hará todo lo que pueda para mejorar su franja de costa. Hasta donde llegue. «En Castillo de Baños no hay playa pero nosotros no tenemos capacidad para mover arena. Ya vamos a gastarnos unos 15.000 euros en los arreglos y, aunque quisiera, necesitaría permisos para mover los áridos en esta playa», explica el alcalde que dice que los pueblos tienen que tener las playas lo mejor posible porque son a ellos a los que los turistas piden cuentas.
En Almuñécar, el Ayuntamiento se encargará de mover la arena en la playa de Velilla con 10.000 euros, según apunta el concejal de Playas Luis Aragón, que indica que Costas ya ha terminado la escollera de Reina Sofía pero que se siguen «negando» a arreglar la zona Este de este sistema de protección, que pega al Aquatropic. El arreglo de la escollera se hizo como obra de emergencia así como la regeneración de Playa Granada que ha quedado mejor que nunca. La playa de Poniente (Motril) también se ha quedado perfecta, no como otras zonas de la Costa que habrá que arreglar.
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