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Así estaba el socavón del tramo Carchuna-Castell que se va a plantar en el verano sin arreglar.
La A-7 afronta el verano con un tramo 'hundido' por culpa de un papel que se pidió hace 5 meses

La A-7 afronta el verano con un tramo 'hundido' por culpa de un papel que se pidió hace 5 meses

Un embrollo burocrático entre Fomento y la Junta por un permiso de voladuras retrasa las obras de emergencia de Carchuna-Castell, con un socavón desde diciembre

Laura Ubago

Viernes, 2 de junio 2017, 11:34

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El último tramo de A-7 que se inauguró, el Carchuna-Castell de Ferro, ha sido el primero en estropearse. Está 'hundido' desde el mes de diciembre, cuando se cortó uno de los carriles en el kilómetro 344 por culpa de un deslizamiento que ha movido la autovía como si fuese mantequilla derretida. Y sigue roto, medio año después, a las puertas del verano.

No se arregla porque falta un papel; aunque la voluntad era la de repararlo cuanto antes, a través de unas obras de emergencia. En cuanto tuvo conocimiento, el Gobierno se tomó tan en serio la gravedad del problema que decretó que ahí se haría una intervención urgente por valor de 2,4 millones de euros. Una inversión significativa que no sólo incluía la reparación de la carretera en este punto sino también los estudios necesarios para decretar las causas del hundimiento y un plan de actuaciones para tratar de contener futuros movimientos que puedan volver afectar a la carretera en este tramo que tantos quebraderos de cabeza dio durante su construcción.

Las obras de emergencia deberían haber empezado en marzo pero a principios de junio ni están ni se les espera. Según indicó el subdelegado del Gobierno en Granada, Francisco Fuentes, que visitó ayer la Costa, el Gobierno está pendiente de una autorización que debe dar la Junta de Andalucía para iniciar las obras de reparación del tramo entre Carchuna y Castell de Ferro, que tiene un carril cortado y que soportará un amplio volumen de vehículos en verano al unir dos localidades turísticas.

Fuentes indicó que las obras de reparación dependen de una autorización por parte de la Junta para efectuar una voladura en la zona afectada y que hasta que ésta no llegue no se podrá comenzar. También destacó que, pese a los daños existentes, no va a ser necesario el corte total de esta vía y que las obras comenzarán de forma «inmediata» una vez llegue ese papel.

Pero ese trámite está más que atrancado. Las obras de emergencia se han topado con la burocracia y, pese a ser prioritarias, no arrancan por culpa de un papel. Desde Fomento dicen que esperan el permiso de Minas de la Junta, que a su vez, espera uno del Ministerio de Medio Ambiente para poder dar ese visto bueno.

El 17 de enero la constructora Carchuna Castell UTE solicitó permiso para un proyecto voladuras especiales en la A-7 a la Delegación de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo y ésta le pidió a la Delegación de Medio Ambiente los informes correspondientes para dar o no esa autorización. Y es la Junta la que pide al Ministerio de Medio Ambiente otros papeles y Fomento le echa la culpa a la administración autonómica en lugar de rclamar al ministerio que mande lo que se necesita. Nadie sabe dónde está el nudo ni el atranque, pero el caso es que el papeleo no fluye y la obra no puede comenzar.

El 31 de marzo, el jefe de servicio de protección ambiental de la Junta en Granada, Jesús Picazo, escribió a la Demarcación de Carreteras del Estado y le advirtió de que es el Ministerio de Medio Ambiente el «único competente» para decir si esa obra de emergencia está acogida a la declaración de impacto ambiental del tramo en sí o si supone una modificación del proyecto inicial que pueda tener efectos adversos significativos sobre el medio ambiente.

Es decir, la Junta insta al Ministerio a que le diga si con el filtro ambiental del tramo -de 2002- se puede dar el permiso de voladuras. Además el jefe de la delegación granadina solicita el documento técnico de la obra de emergencia porque tiene mucha envergadura.

300.000 metros cúbicos

Para entenderlo, se van a mover 300.000 metros cúbicos de arena y materiales, que es lo que se mueve en las minas de Alquife en seis meses. «Al ser la voladura de tanta envergadura, necesitamos saber, por ejemplo, dónde se van a ir poniendo los escombros», dice el jefe de Medio Ambiente de la Junta en Granada. «Una vez recibida esta documentación se procederá a emitir el informe requerido por la delegación de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta sobre el proyecto de voladuras», manifiestan desde la delegación granadina.

Desde la Subdelegación del Gobierno de Granada indicaron que están «a la espera» del pronunciamiento del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y del posterior informe del Servicio de Protección Ambiental de la Delegación Territorial de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía.

En este sentido indicaron que durante los diez años que duró la ejecución de la obra de la autovía los permisos de voladura de los distintos expedientes tramitados en esta obra se concedieron «sin precisar pronunciamiento expreso por parte del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente».

La obra del socavón consiste fundamentalmente en la estabilización del deslizamiento surgido en un desmonte mediante la retirada de la masa inestable y su transporte a vertedero. Dicho deslizamiento está originando una deformación que afecta a la rasante de la autovía.

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