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'El Cortijo la Cuesta' de Albuñol celebra a lo grande su fiesta patronal en honor a la Virgen de Fátima

'El Cortijo la Cuesta' de Albuñol celebra a lo grande su fiesta patronal en honor a la Virgen de Fátima

A la hora del almuerzo los vecinos y visitantes degustaron paella, carne de cerdo y asadura aliñada acompañada de pan casero, vino del terruño, cerveza y refrescos

Rafael Vílchez

Miércoles, 31 de mayo 2017, 17:37

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En El Cortijo la Cuesta, preciosa aldea perteneciente al municipio alpujarreño de Albuñol, se ha celebrado la fiesta patronal en honor a la Virgen de Fátima. Hubo misa oficiada por vez primera en este lugar por el estupendo sacerdote titular de la iglesia de Albuñol, nacido en Busquistar, Fernando Rodríguez Fernández, procesión, degustaciones de paella, barra, carne de cerdo y asadura, y baile con el grupo Embrujo Costero de Balanegra. El célebre y próspero dulcero de Ugíjar, Pedro Ibáñez Aguado, también se acercó a esta fiesta para no perder la costumbre y vender sus ricos productos artesanos.

María Amalia Contreras García explicó que nació en el cortijo El Madroño perteneciente al municipio de Sorvilán pero como se encuentra el cortijo más cerca de El Cortijo la Cuesta de Albuñol que de Sorvilán acudí a la escuela de este lugar que también alberga la ermita de la Virgen de Fátima. Recuerdo que el edificio lo construyeron a principios de los años sesenta del pasado siglo. A la escuela acudían más de una veintena de niños andando de esta aldea y de otras zonas. La maestra, que vivía en esta aldea, era muy buena y se llamaba Josefa. Algunos niños precisaban realizar más de cinco kilómetros, entre la ida y la vuelta, para asistir a clase. También, recuerdo cuando se procesionaba la imagen de la Virgen de Fátima hasta llegar a la distante zona rural de Los Chaulines. En aquellos tiempos vivían muchas personas en este lugar.

Otra mujer llamada Mercedes Moreno Rodríguez indicó que ella se crió en El Cortijo la Cuesta de Albuñol. Yo nací en este lugar y he estado muchísimos años en la tierra que me vio nacer, crecer y ponerme mayor. Ahora resido en la zona de Almería. Cuando yo era muy joven residían en esta zona y en el cercano Cortijo de Abajo unos veinte vecinos. A este lugar también le llaman La Cuesta el Maurel. Antes acudía a la fiesta andando y en caballerías mucha gente de Albuñol, Sorvilán, Alfornón, Albondón y de todos los cortijos que había por los alrededores. Y se hacía una gran comida con carnes de cerdo y jabalí para que todos pudieran almorzar, recordó.

Mercedes también dijo que antes, hace muchos años, venia una mujer andando desde Albuñol con una cesta repleta de comestible, quincalla y cosas para coser. Ella quedó viuda y tuvo que trajinar mucho realizando muchísimos kilómetros por estos cerros para sacar adelante a sus siete hijos. También acudían andando recoveras y mujeres de la Rábita con canastos de pescado, y luego vendida la mercancía, en este y en otros lugares, si era el tiempo de la uva, los higos y las almendras pues rebuscaban lo que podían por los campos para llevar alguna comida a su familia. Algunas de estas mujeres realizaban más de 25 kilómetros andando y con mucho peso. Recuerdo que le dábamos algunas cosas de la matanza del cerdo porque eran personas con pocos recursos y había que ayudarlas. Eran otros tiempos.

Mercedes Moreno indicó también que antiguamente la imagen de la Virgen de Fátima, metida en una pequeña hornacina de madera que ahora se encuentra en la ermita, iba de casa en casa. Después, mi hermana Gracia, que tuvo un accidente y que echó una promesa, compró la imagen que se procesiona cada año en El Cortijo la Cuesta. En esta ermita en otros tiempos se celebraron las primeras comuniones de los niños. La gente de este lugar cuando fallecía era trasladada en ataúd a hombros hasta el lejano cementerio de Albuñol. Antiguamente, también se celebraban muchas veladas de baile y música de cuerda para alegrar un poco la sufrida vida en el campo. Para la fiesta venía El tío del Helado con la moto. A los niños los trasladaban a Albuñol subidos en bestias y metidos en las aguaderas para ser vacunados. El marido de Mercedes fue el primero que compró un vehículo familiar y muchas veces se metían en él diez o doce personas apretujadas para ir al mercadillo de Albuñol. Mi tía compró el primer aparato de televisión y toda la aldea acudía a verla. Ahora, la familia Escudero, principalmente, se encarga de organizar la fiesta por todo lo alto y con la colaboración de otras personas, terminó diciendo.

El entrañable y servicial abogado, Juan Francisco López (dedicado al tema de transportes) con hondas raíces en El Cortijo la Cuesta recordó que un servidor y Juan Escudero, al que yo llamo el alcalde de El Cortijo la Cuesta porque es una persona muy buena y preocupada por su terruño, y Raimundo, en el año 2005 recuperamos la fiesta en honor a la Virgen de Fátima para también recaudar fondos para el arreglo de la ermita porque se encontraba en malísimas condiciones. Pues bien, el primer año acudió poca gente y perdimos dinero, pero en los años siguientes acudieron muchas personas a la fiesta y pudimos juntar el dinero necesario para la reparación de la ermita que hace años sirvió también de escuela. Aquí en la tierra de mis ancestros residen ahora pocas personas, pero los hijos de esta aldea suelen acudir siempre que pueden para no perder el contacto con sus raíces, terminó diciendo.

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