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Del invernadero a las cunetas

Del invernadero a las cunetas

Los altos costes del transporte hacen que apenas un 25% de los agricultores de la Costa trasladen la basura orgánica a la planta que Diputación abrió hace diez años para tratarla. El problemón sigue ahí

Mercedes Navarrete

Martes, 28 de marzo 2017, 02:06

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El problemón sigue ahí. Diez años después de que se abriera una planta de tratamiento de residuos agrícolas en la Costa granadina, la eliminación ordenada de las más de 60.000 toneladas de basura orgánica que se calcula que producen cada año los invernaderos, desde Motril hasta Albuñol, sigue siendo la gran asignatura pendiente del pujante sector agrícola de la comarca. Los restos de matas o cultivos de las plantaciones bajo plástico se siguen acumulando en zonas de acopio ilegales, cunetas o quemándose... y en breve, cuando avance la primavera y los agricultores cambien de cultivos, el problema se incrementará.

Desde hace diez años en la Costa granadina existe una instalación para tratar la basura orgánica pero los agricultores, mayoritariamente, siguen sin utilizarla alegando que los costes son altos, por lo que optan por 'buscarse la vida' para destruir las matas o 'destríos' procedente del invernadero mediante otros métodos, ya sean legales o al margen de la ley. Fue la Diputación provincial la que en 2007, ponía en marcha la planta de tratamiento de residuos agrícolas para acabar con el descontrol y el problema de vertidos en el campo. La instalación, que supuso una inversión de más de cinco millones de euros, sigue perteneciendo a Diputación pero, a día de hoy, está gestionada de forma privada por la empresa FCC, por lo que, lógicamente, cobra unas tasas al agricultor, en función de los metros cúbicos de basura que entregue.

Trituradoras y un acceso a la planta desde la A-7 como soluciones posibles

  • ¿Por qué no se utiliza la planta de tratamiento de basura y qué medidas se pueden tomar para fomentar que los agricultores lleven allí los residuos vegetales que producen los 3.200 invernaderos de la Costa granadina? Las administraciones no son ajenas al problema y también se han hecho ya esta pregunta. El delegado provincial de Medio Ambiente, Manuel García Cerezo, explica que a través del 'Plan andaluz de residuos vegetales' se están planteando soluciones al problema. Se ha creado una mesa de trabajo en la que están representadas las consejerías de Medio Ambiente, Agricultura y la Diputación provincial y se están buscando alternativas. Por ejemplo, la posibilidad de solicitar al Ministerio de Fomento un enlace directo con la autovía A-7 que evite a los camiones que llegan desde la Costa oriental tener que entrar a la ciudad de Motril para llegar a la planta de tratamiento y poder alcanzarla ahorrando tiempo y dinero a través de un enlace directo. «Se ganarían 10 o 15 minutos y estamos hablando de un carril de acceso de apenas cien metros desde la A-7», apunta García Cerezo. El delegado señala que la posibilidad de la planta de transferencia desde la Costa oriental y no la consideran eficiente, «la distancia máxima desde La Rábita no la justifica, una vez abierta la A-7».

  • Las soluciones, en su opinión, pasan por mejorar la planta y aminorar el número de toneladas de basura que se quedan fuera del 'circuito oficial'. «Hicimos un diagnóstico en Granada y Almería y en el caso de Granada hay mucho margen para mejorar la capacidad de la planta, el objetivo es que llegue a un rendimiento del 70 o 80%», señala.

  • Otra de las posibilidades que desde la Junta están barajando es fomentar el triturado en el propio invernadero, incluyendo en las órdenes de ayudas agrícolas que lanza la consejería apartados específicos para primar a los agricultores que reduzcan los residuos vegetales.

  • Y otra medida que se baraja pasa por realizar actuaciones de mejora en la propia planta de tratamiento de la Diputación, por ejemplo techos que permitan la evaporación de los lixiviados, de manera que se reduzcan sus costes. «Seguimos trabajando en el diagnóstico y en las soluciones», asegura el delegado.

Pero lo peor, según los agricultores, no son las tasas que cobra la planta sino los altos costes de transporte que deben asumir para hacer llegar las toneladas de residuos orgánicos en camiones hasta la instalación ubicada en el término de Motril. Entre 700 y hasta 1.300 euros, según la organización agraria COAG, le cuesta a un agricultor de la Costa oriental mandar en camión a la planta los residuos que genera una sola hectárea, ya que se trata de basura voluminosa, que puede ocupar varios contenedores.

Y en el caso de los productores que tienen más de una hectárea de invernaderos hay que multiplicar gastos. De ahí que sean pocos agricultores de la Costa los que la utilicen. Lo corroboran los datos oficiales. Concretamente, el pasado año 2016, la planta recibió un total de 22.418 toneladas de residuos orgánicos depositados por 563 agricultores distintos, la mayoría asociados a las cooperativas y grandes hortofrutícolas de la comarca.

30 toneladas

Según los propios cálculos del área de Medio Ambiente de Diputación, son el 25% de los agricultores de la Costa los que están llevando los residuos a la instalación. Teniendo en cuenta que cada hectárea genera una media de ente 30 y 35 toneladas de residuos orgánicos anuales, la planta asume los residuos de unas 750 hectáreas de cultivos. A las organizaciones agrícolas no les hacen falta siquiera las estadísticas para constatar que la gran mayoría de los productores no llevan allí su basura.

«De la Costa Oriental no se trae ni un camión. Quitados los de Motril y Calahonda, porque no tienen otro sitio, los demás agricultores no la utilizan», admite el secretario provincial de COAG, Miguel Monferrer. «Los años en los que la planta funcionó en pruebas y era gratis iban todos. Pero ahora la entrada por tonelaje sumada al transporte en camión de los contenedores supone unos gastos inasumible para los agricultores de zonas como Castell o Albuñol», apunta Monferrer, que cree por tanto que los vertidos ilegales «se acabarían con unas tasas más económicas».

El responsable provincial de COAG recuerda, además, que los agricultores de la Costa Oriental no tienen una planta de transferencia acondicionada para hacer acopio provisional de la basura y poder trasladarla días después, empaquetada con un volumen más reducido, a la planta de tratamiento de Motril.

Higiene rural

«Hay que admitir que el problema no está solucionado. La planta fue una gran inversión y no está sirviendo. La gente se busca la vida y otra vez se está viendo el campo sucio, vertidos en bancales o terraplenes... y eso hubo años que desapareció. No nos podemos permitir tener un problema de higiene rural», añade Monferrer, que recuerda que hoy en día la eliminación del plástico sí es un problema absolutamente resuelto, ya que éste sí es un residuo rentable y hay empresas que los recogen en los propios invernaderos.

Por su parte, el coordinador de Medio Ambiente de la Diputación de Granada, Francisco Ríos, considera que el tratamiento de esta basura en la Costa granadina tiene para los agricultores un precio muy por debajo al real de mercado o al que tendrían que asumir si la instalación, en lugar de propiedad de la Diputación, fuera totalmente privada.

«Deficitaria»

Ríos señala además que la instalación es deficitaria para la empresa que la gestiona, que tiene que asumir fuertes costes eléctricos y, sobre todo, el caro tratamiento de los lixiviados -el líquido que sueltan los residuos vegetales- que tiene una difícil evaporación y forma balsas en la instalación. Estos lixiviados se retiran de la planta en cisternas y tienen un tratamiento costoso para su eliminación, «entre 15 y 20 euros por metro cúbico».

La basura se convierte en 4.500 toneladas de abono

  • Con las más de 22.418 toneladas de basura orgánica que recibe al año, la planta de tratamiento de Motril fabrica compost, un abono orgánico que requiere tres o cuatro semanas de producción y utiliza un sistema tecnológico muy avanzado. El pasado año se produjeron 4.570 toneladas. «Se vende el 100% de lo que se produce en la planta», explica el coordinador de Medio Ambiente de la Diputación, Francisco Ríos. Además de los grandes costes energéticos de la planta, el tratamiento de los lixiviados -que tardan en evaporarse por la humedad de la Costa- es el gran handicap que encarece el tratamiento de los residuos procedentes de los cultivos en la instalación de Motril.

«La ley obliga a los agricultores a tratar sus residuos», recuerda el coordinador de Medio Ambiente, que insiste en que la correcta eliminación de la basura orgánica debe ser asumida como un coste más de la actividad agrícola. Precisamente las exigentes normativas de trazabilidad europeas, que exigen la certificación de todo el recorrido que realiza por ejemplo un tomate, desde la mata hasta cómo se destruyen los residuos que generan, han provocado que las grandes empresas productoras de la Costa granadina hayan realizado una ingente labor de educación en materia de higiene rural, cambiando la mentalidad de los agricultores que hoy en día están mucho más concienciados. De hecho, la dimensión del problema de los vertidos no tiene nada que ver con la que tenía hace quince años, por ejemplo. Pero es innegable -y basta darse una vuelta por las zonas de invernaderos de Carchuna, Castell o Albuñol para comprobarlo- que en los meses finales de producción miles de toneladas de residuos se siguen acumulando en el campo.

I+D

«Las propias empresas hortofrutícolas impulsamos proyectos de I+D para abordar el problema», explica Emilio Maldonado, el responsable de los agricultores del Grupo La Caña, una de las más importantes empresas hortofrutícolas de la Costa. Maldonado señala, por ejemplo, que además del «grupo pequeño» de los agricultores que destinan la basura a la fabricación de compost, otros muchos productores tienen acuerdos con ganaderos de la zona para meter las cabras en el invernadero. Pero en la Costa granadina no quedan cabras para limpiar tanto invernadero.

Otra opción alternativa son las trituradoras que reducen el volumen de la basura, pero este método también requiere una inversión y no está extendido. «El camión les sale muy caro así que la mayoría utiliza las cabras o quema la basura, para lo que hay que pedir permiso a la Guardia Civil y realizarlo de forma controlada», asume Maldonado.

Los protagonistas

  • Miguel Monferrer. COAG

  • «De la Costa Oriental no se manda ni un camión porque los costes son inasumibles. Se vuelve a ver el campo sucio »

  • Francisco Ríos. Coordinador Medio Ambiente Diputación provincial

  • «La instalación es deficitaria, si fuera privada los costes serían mucho más altos que ahora»

  • María José Sánchez. Alcaldesa de Albuñol

  • «El problema de los residuos nos supera, esto hay que cortarlo, hay que abaratar los costes de la planta y el transporte»

  • Antonia Antequera. Alcaldesa de Castell

  • «He acabado con el punto de la rambla que se usaba para acopiar porque era un descontrol y mis vecinos no lo podían soportar»

  • Emilio Maldonado. SAT La Caña

  • «Se está arrojando basura a taludes en Castell y esa imagen horrible el sector no se la puede permitir»

  • Manuel García Cerezo. Delegado Agricultura Junta

  • «Se están estudiando opciones como incentivos para que se triture la basura en el invernadero»

Desde las empresas son muy conscientes del grave problema que esto supone para la imagen de la agricultura de la Costa. «En zonas como Castell se está arrojando basura a taludes y esa es una imagen horrible para el sector, aparte del problema sanitario por las plagas», alerta el responsable del Grupo La Caña.

Los residuos que se acumulan en sus términos municipales también son un quebradero de cabeza para los Ayuntamientos de la Costa Oriental. En Castell, por ejemplo, se prohibió verter en una rambla que se utilizaba como punto de acopio. «Ahora lo tenemos controlado. Agricultores de todos los pueblos lo llevaban ahí, venían de Rubite, de Calahonda... y estaba ya descontrolado, con el peligro de fuego que eso supone en verano. Mis vecinos no lo podían soportar», comenta la alcaldesa Antonia Antequera.

La regidora señala que se han propuesto a la Junta mejoras, como un acceso más rápido a la planta de Motril, a través de un enlace directo con la autovía, pero «mientras tanto, no queda más opción para los agricultores que llevar a Motril la basura». «Se que se les exige mucho, pero deben asumirlo como un coste mas de su actividad», opina Antequera. La alcaldesa de Albuñol, María José Sánchez, sin embargo, considera que hay que tomar medidas inmediatas desde las administraciones para abaratar los costes de los agricultores. «En Albuñol somos los que tenemos un problema mayor porque estamos más lejos. Llevar un contenedor les cuesta más de 150 euros, eso es insoportable. Necesitamos una planta más barata, si no seguirá siendo más fácil darle 60 euros a un transportista para que se deshaga de la basura en un vertedero incontrolado», advierte Sánchez. «Desde el Ayuntamiento intentamos sancionar pero el problema de los residuos vegetales nos supera. Esto hay que cortarlo, la Junta tiene que intervenir con un plan», concluye.

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