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"No pude ni entrar. Mi chiringuito era una isla"

"No pude ni entrar. Mi chiringuito era una isla"

Los afectados relatan cómo fue el temporal que este lunes volvió a convertir Playa Poniente en una enorme piscina | Las olas llegaron hasta el paseo marítimo y arrastraron contenedores y pasarelas

Laura Gautier

Martes, 21 de febrero 2017, 15:26

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Motril amaneció este martes con la resaca del fuerte temporal de levante que este lunes dejó espectaculares imágenes, sobre todo en Playa Poniente, que se convirtió, una vez más en una enorme piscina. El agua, que ya está desapareciendo de la zona ha dejado paso al barro y, ahora, mientras los curiosos se acercan a hacer fotos, llega el momento de evaluar los daños. Las olas alcanzaron prácticamente el paseo marítimo y se llevaron a su paso contenedores y dejaron a muchos chiringuitos rodeados de agua, como fue el caso de La Tomatina, que se convirtió prácticamente en una isla en mitad del mar.

José, uno de los propietarios del establecimiento se acercó este martes para ver hasta qué punto el agua había hecho mella en el local. El chiringuitero, que no recuerda una situación similar desde los años 80, cuenta que sólo han tenido que lamentar la pérdida de una nevera. Pero podría haber sido peor. José estaba pendiente de hacer obras y tiene el local prácticamente vacío. "Ayer no pude ni entrar para ver cómo estaba aquello, fue espectacular. Mi chiringuito era una isla, pero hemos tenido suerte porque no ha entrado tanta agua como pensábamos". Eso sí, José no se quiere ni imaginar lo que hubiera pasado si el temporal se hubiese producido después de hacer esas obras que tiene en mente. "Si esto llega a pasar con el chiringuito reformado habría perdido 130.000 euros. Imagínate, para coger una cuerda y ahorcarse", relata.

Ante las constantes inundaciones, José se muestra prácticamente resignado. "¿Qué vamos a pedir? No se puede luchar contra el mar", algo que comparte con los trabajadores del bar Natalio, que vivió el temporal desde una posición privilegiada, puesto que este local se encuentra en plena Playa de Poniente, pero en una zona más elevada. "Estamos acostumbrados a esto, es un problema que tenemos desde siempre, pero nadie pone una solución". "Yo llevo aquí 30 años viendo inundaciones y lo que tendrían que hacer es gastarse el dinero en arreglar esto de una vez", reclama uno de los camareros, que deja una incógnita en el aire. "Lo de ayer fue impactante y menos mal que no llovió, si no..."

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