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Imagen de los invernaderos que se extienden en la localidad de Motril.
Motril prepara un plan para regularizar sus invernaderos y conseguir 600 hectáreas más

Motril prepara un plan para regularizar sus invernaderos y conseguir 600 hectáreas más

La Junta no regularizará una veintena de las 200 hectáreas alegales por cuestiones medioambientales y de protección del litoral

Laura Gautier

Lunes, 16 de enero 2017, 01:52

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Hace poco más de dos años, el Ayuntamiento de Motril, con el gobierno de la popular Luisa García Chamorro a la cabeza, decidió apostar por el incremento de la superficie cultivable de la localidad, una actividad económica predominante en la zona. El objetivo era entonces aumentar el terreno para invernaderos con un total de 600 hectáreas más. De forma paralela se elaboró un informe para tratar de normalizar la situación de las 200 hectáreas de cultivos bajo plástico que se encontraban en situación alegal.

La intención del Consistorio era normalizar estos invernaderos ,que se vieron en una especie de limbo administrativo después de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 2003. Ni esta regularización ni la ampliación del terreno cultivable cumplieron su objetivo. Ambas iniciativas se dieron de bruces con la nueva normativa de la Junta, que entró en vigor en agosto del año pasado y que echó por tierra el expediente a pesar de haberse aprobado en febrero de 2015. Quedó paralizado por el sobrevenido plan de protección del litoral de Andalucía y los nuevos estudios ambientales que pedía la Junta. Una maraña urbanística que se enredó aún más con la famosa sentencia de Marbella, que ralentizó el proceso.

Desde entonces, el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Motril trabaja en la elaboración de un nuevo informe para que la Junta dé luz verde a la actuación, cuyas peticiones han costado al Ayuntamiento un retraso de entre 18 y 24 meses. «En febrero de 2015 se aprobó el expediente, pero se paralizó porque la Junta cambió la ley y solicitó un nuevo estudio de impacto ambiental que nos exigió rehacer todos los informes», explicó Antonio Escámez, teniente de alcalde de Urbanismo en Motril.

Además de todas estas trabas, la Junta trasladó al Consistorio la necesidad de realizar estudios arqueológicos en las zonas que se iban a ampliar. Esto se debe a los criterios de la delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, que entiende que al afectar la ampliación a suelos no urbanizables podrían encontrarse restos bajo la tierra. «Nos pidieron perforaciones en el suelo en terrenos donde se pensaba que podrían existir restos arqueológicos y esto también retrasó un expediente ya de por sí complicado», aseguró Escámez.

Tras todo este retraso acumulado, el edil de Urbanismo espera tener el expediente listo para someterlo para su aprobación en pleno el próximo mes de febrero. Y de ahí a la Junta, que tendrá que dar el visto bueno definitivo a la ampliación de terrenos y la regularización de invernaderos. En cualquier caso, lo que no se resolverá será la situación de alrededor del 10% de esas 200 hectáreas que aún quedan por 'legalizar'. Se encuentran, según apuntó Escámez, en la zona sur de la Vega de Motril o en el Parque de la Caña. «Intentamos que la Junta admitiese un trámite especial, pero no habrá manera de que la situación de estas 20 hectáreas se arregle, precisamente por esos criterios ambientales de la Junta y por el plan de protección del litoral de Andalucía», informó Antonio Escámez.

Los que se regularizarán

Sí conseguirán la normalidad administrativa los propietarios que cuentan con cultivos bajo plástico en la zona de La Nacla y el área norte, algo que, según apuntó Escámez, «ya conseguimos con otras zonas como Carchuna o Las Azucenas».

Si la situación evoluciona según lo previsto, alrededor de 180 hectáreas de invernaderos alegales podrían ver revertida su situación y solicitar, por ejemplo, las ayudas de la Junta para modernizar sus instalaciones, a las que este año no pudieron acogerse. Eso si el pleno aprueba el nuevo expediente y la administración autonómica da su visto bueno tras haber pasado más de veinte meses desde que Motril decidiese aumentar sus terrenos cultivables y afianzar los que ya tenía.

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