La patrulla de rescatadoras caninas

«Han encontrado en la calle a seis cachorros recién nacidos y a su madre. Otro cachorro más ha muerto». La llamada telefónica de alerta activa de inmediato a las cuatro voluntarias de la Asociación de Defensa Animal de Motril Costa Tropical que se ponen en marcha. Como en el caso de la popular la patrulla de perritos de los dibujos animados, no hay nada imposible para estas rescatadoras caninas. Son Paqui Lorenzo, Lourdes Morales, Rosario López y Carolina Béjar que dedican su tiempo a rescatar animales de la calle. Bienvenido, marido de Paqui, también les ayuda en las tareas.

En el caso de los perritos de Almuñécar hay suerte y pronto les encuentran una familia «buenísima» que se quiere quedar ¡a los siete! en el motrileño barrio de San Antonio. Final feliz.

Sin embargo, las voluntarias de esta asociación animalista lo tienen mucho más crudo en otras ocasiones. Cumplir con su misión de dar segundas oportunidades a los perros olvidados y buscarles adoptantes o familias de acogida temporal es un reto difícil, por la falta de fondos y de voluntarios. La asociación sin ánimo de lucro opera en toda la Costa, son solo cuatro, no tienen apenas ingresos y no dan abasto. Empezaron en el año 2014 y desde entonces calculan han sacado de la calle y buscado familias a 300 perros abandonados. Pero el sacrificio y la entrega que exige su labor ha hecho que algunos voluntarios que empezaron con ellas tiren la toalla. Ya solo quedan ellas cuatro que trabajan y tres socios más que aportan cuotas.

Lotería y rifas

Y además del alquiler de las instalaciones donde tienen a los animales, tienen que financiar los tratamientos de los perros, sus cuidados y la alimentación. Por eso lanzan un SOS a las personas que aman a los perros para que colaboren con donaciones económicas o acogiendo animales de forma temporal, mientras ellas les buscan una familia definitiva en Europa.

«Vendemos loterías y hacemos rifas pero no tenemos más fondos, es muy difícil. Nos llaman muchísimo para que recojamos perros, todos los días dos o tres mínimo, pero la gente no colabora y nosotras no ppodemos hacer más», apunta triste Carolina Béjar, que admite que es muy difícil no desmotivarse con este panorama. Las voluntarias insiten en la necesidad de concienciar a la población para que esterilice a sus perras, de manera que no haya que recoger luego camadas enteras de cachorros abandonados. «Necesitamos ayuda, no solo económica, pueden ser donaciones de pienso o familias de acogida que nos den un poco de margen de tiempo», explica Carolina. Y es que vacunar, esterilizar y cuidar a un perro rescatado de la calle puede suponer un importe de 220 euros, que ellas no pueden afrontar en solitario.

Paqui Lorenzo anima, por su parte, a las familias a que adopten a uno de los doce perros que ahora mismo tienen en sus instalaciones del puerto. «Son todo amor, ya verán que se convierten en un miembro más de la familia», explica Paqui. «En el caso de los perros grandes es más difícil, tenemos a algunos que llevan dos años y medio con nosotras», apunta. El día que, como en el caso de la camada de Almuñécar, les encuentran una familia «¡nos volvemos locas!».

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