Edición

Borrar
La madre de una de las niñas que perdieron la vida en patera en 2011, en el entierro.
Los 165 que nunca tocaron tierra

Los 165 que nunca tocaron tierra

La travesía entre Marruecos y la isla de Alborán se ha teñido de luto en una veintena de ocasiones

LAURA UBAGO JUANJO CERERO

Domingo, 23 de octubre 2016, 01:12

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La mirada perdida y dos palabras en constante repetición, hipnotizada por el dolor: «My baby». La patera estaba medio hundida, había gente en el agua. Un bebé de un año y un niño de tres no habían resistido y sus madres comenzaron a desmayarse muy lentamente. El sufrimiento era insoportable. Esta estampa es de mayo de 2011 y, aunque escueza, sirve para recordar la dureza de una travesía que, casi siempre, tiene final 'feliz', pero que puede acabar en drama, de ahí que se le siga llamando -nunca debe perder ese adjetivo- el drama de la inmigración.

Esta semana, 97 inmigrantes han sido liberados en Motril después de haber llegado en patera a la isla de Alborán. Ocho horas de viaje y penurias que terminaron como los tripulantes querían o anhelaban. Sin embargo, viajar en una lancha de goma sobrecargada puede tener un desenlace mortal.

Los datos han sido recopilados por periodistas e investigadores de todo el mundo, cuyas fuentes han sido Salvamento y otras instituciones. Los han recogido en la web 'themigrantsfiles' y sirven para poner el acento en este viaje -tal vez mortal- que debería ir extinguiéndose en lugar de crecer. Tan sólo este septiembre más de 400 inmigrantes han llegado a Motril... con vida. Las cifras de la muerte son menos pero no por ello menos relevantes. Según los datos recopilados, en aguas de la provincia granadina, han perdido la vida 165 criaturas, algunas de ellas, niños que no eligieron montarse en la patera ni pagaron a nadie por el viaje.

Estas muertes se han producido a lo largo de 15 años y es que, la inmigración por el mar, es ya algo histórico que va sumando años y viajes y, en este caso, fallecidos. Entre 2001 y 2016, hay fechas negras en este calendario de barcos que se fletan sin tener en cuenta el valor de una vida.

En 2010, en el mes de julio, una embarcación se hundió en el mar. Según los datos recopilados por los periodistas e investigadores, 50 personas desaparecieron o murieron en este naufragio. La ERIE psicosocial de Cruz Roja en Granada, que había actuado en tragedias como los atentados del 11-M en Madrid o el accidente del avión de Spanair, trabajó con las víctimas del hundimiento, en la que murieron -entre otros- tres mujeres, una al parecer embarazada, y dos bebés.

Al año siguiente, en 2011, otra tragedia -según las cifras recogidas- 46 personas vuelven a toparse con la muerte cuando buscaban una vida mejor. Las madres de dos niñas muy pequeñas fallecidas en el naufragio de la patera frente a la costa de Granada enterraron a sus hijas, Angel Mathew y Johana David, en el cementerio de Motril, arropadas por miembros de la Cruz Roja, concejales, personal de Salvamento Marítimo y vecinos, con los que compartieron el dolor. Se les paraba el corazón, se iban cayendo al suelo, no podían avanzar. El mar les había arrebatado la vida, con mayúsculas.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios