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Aguas cálidas

Aguas cálidas

Desde el corazón geológico de las sierras de Lújar y Lanjarón, afloran ríos subterráneos que llenan las acequias de Vélez | Los nacimientos hacen llegar el agua a la ruta de los molinos y los jardines nazaríes, y esculpen los travertinos del 'azud'

Juan Enrique Gómez

Jueves, 25 de agosto 2016, 01:09

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Las rocas que rodean la pequeña minilla de agua se tornan de un color ocre intenso que delata la presencia de minerales de hierro. Forman el canal por el que mana desde el subsuelo para recibir la luz del sol, alimentar ecosistemas y llenar acequias. Surge a borbotones y se remansa en las oquedades de las piedras calcáreas, entre yesos y mármoles, desde donde busca canales por los que acceder a cotas más bajas. Es la imagen y el sonido de los manantiales, que en algunas zonas rurales de la provincia de Granada llaman nacimientos porque es donde el agua comienza su recorrido sobre la superficie de la tierra, por lo que siempre fueron el centro de la evolución de los pueblos. En Vélez de Benaudalla, un territorio donde el agua es protagonista, han sabido interpretar y proteger el valor de sus principales manantiales.

Junto al centro del núcleo urbano, integrado en su callejero, se encuentra una de las surgencias en las que aflora el agua del acuífero subterráneo de las estribaciones de las sierras de Lanjarón (en las faldas de Sierra Nevada) y la cara oeste de la sierra de Lújar. Aguas carbonatadas, casi termales, que manan con una temperatura de 19 grados y gran cantidad de minerales en su composición. El río subterráneo que aparece en el Nacimiento de Vélez, viene desde otro manantial que se encuentra algo más alto y también cerca del pueblo, Fuente Nueva, que forma parte de un grupo de surgencias que aportan el agua necesaria para la totalidad de las acequias tradicionales de una población eminentemente agrícola, además de alimentar y dar energía al conocido como Jardín Nazarí de Vélez y los viejos molinos harineros, englobados en una ruta turística y senderista que podría denominarse Ruta del Agua y los Molinos, que debería terminar con la observación de los impresionantes travertinos calcáreos situados junto al llamado Azud de Vélez y el desfiladero de los Vados, en la antigua carretera de Granada a la Costa. ()

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