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La zona de puestos de pescado en el mercado municipal de Motril.
«Aquí no se ha invertido en 25 años»

«Aquí no se ha invertido en 25 años»

El Ayuntamiento de Motril busca fondos europeos e inversores privados para arreglar el mercado

Mercedes Navarrete

Martes, 10 de mayo 2016, 02:02

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En el mercado municipal de Motril no olvidan el día de Nochebuena de hace tres años. Una señora que se había acercado a hacer sus compras resbaló en el patio del mercado y resultó herida, con una fractura importante. En el mercado se armó un revuelo. Uno de los enfermeros del equipo de urgencias que fue a socorrerla, también se cayó y se rompió un brazo. Los propietarios de los puestos relatan que los días de lluvia cuentan por decenas los accidentes. Y es que las baldosas del suelo del mercado municipal de Motril son un peligro y al mínimo contacto con el agua se convierten en una pista de 'patinaje sobre hielo'. Y por desgracia no es el único achaque del edificio. Los azulejos de las columnas de los patios centrales han desaparecido, la fachada está desconchada y muestra un aspecto penoso, las puertas de entrada rotas, las columnas acaban en picos peligrosos, hay problemas de accesibilidad... El edificio del mercado pide a gritos una reforma, al menos un lavado de cara. Pero el Ayuntamiento de Motril no logra dar con la fórmula para acometer la inversión. El pasado mes de enero sacó a concurso el pliego de condiciones para remodelar el edificio y transformar la primera planta -actualmente infrautilizada, con los puestos cerrados y apenas visitada por los clientes- en una zona de gastrobares, pero el concurso se ha quedado desierto. El ayuntamiento ofrecía a los inversores un concesión de 20 años, prorrogable cinco más, con un canon de explotación de 484.323 euros. Este es el dinero que la empresa concesionaria tendría que aportar para transformar la planta superior en una zona de restaurantes y bares con terraza, pero a nadie le ha seducido la oferta. El Ayuntamiento ha declarado el concurso desierto y ahora toca buscar un 'Plan B'.

El teniente de Alcalde Urbanismo, Antonio Escámez, es plenamente consciente de las deficiencias del edificio y asegura que desde que se hicieron cargo del gobierno municipal están buscando fórmulas para poder acometer las reformas que necesita. De hecho, no tira la toalla con la idea de los gastrobares y asegura que volverá a preparar los pliegos para sacar la remodelación a concurso, buscando inversones privados. Pero además cree que las empresas enmarcadas en el proyecto 'Smart City' (red de ciudades inteligentes), que testean proyectos innovadores para mejorar la gestión y la calidad de vida de la ciudad, pueden ser la solución, ese 'plan B' para el mercado. Y existe una tercera posible solución para el mercado, según Escámez, al que le queda un as en la manga. Se trata de los fondos europeos que Motril ha solicitado a través de la Estrategia Edusi. El proyecto que ha presentado la ciudad es solvente y el teniente de alcalde se muestra confiado en que Motril conseguirá ayudas potentes que puedan transformar el mercado.

Pero los puestos están hartos de esperar soluciones que no llegan y piden al Ayuntamiento que actúe ya con la partida de 300.000 euros de fondos municipales que el anterior gobierno municipal del PP dijo que tenía destinada al mercado. «¿Cómo no va a estar hecho una pena el mercado? Aquí no se ha invertido nada en 25 años», sentencian en el puesto de los Hermanos Terrón, una de las pescaderías más emblemáticas de Motril. Aseguran que llevan años exponiendo los problemas del mercado al Ayuntamiento sin recibir soluciones satisfactorias. Los propietarios de los puestos creen mayoritariamente que los gastrobares servirían para dan vida al mercado, pero cuestionan que la idea salga adelante. «Lo de los gastrobares no ha funcionado ni en Granada capital, dudo que funcionara aquí en Motril, pero la prioridad es que reformen este edificio y acaben con sus eternas deficiencias», subraya Daniel Terrón. Recuerda que el mercado, podría ser un revulsivo económico y turístico y sin embargo los puestos tienen que luchar cada día por prestigiar su producto en un edificio decadente.

«Aquí no se ha matado alguien ya de milagro, todos los años hay caídas por culpa del suelo, las esquinas son un peligro, cuando llueve de la cúpula del techo caen caños de agua», relata Jorge Fortes, propietario de otro puesto de pescado. «Si es que no le han echado un euro. El anterior gobierno del PP nos dijo que iba a hacer una reforma y ahora nada. Si el dinero está librado, que le hagan ya unas reformas, no es pedir mucho», insiste. En la planta superior, los pocos negocios abiertos lo tienen aún más crudo. La zona está muerta. «Llevo aquí dos años y he visto venir a preguntar a mucha gente que quería abrir tiendas porque son más baratos que los alquileres del centro. Esto podría estar vivo, pero no les dan las concesiones, yo fui la última», denuncia Rosa Griñán, de la cafetería Alma Bio en el mercado. Para ella, lo peor es convivir con la falta de información. «No sabemos qué planes tienen, si no van a reformar o si me van a decir vete mañana». Los puestos de abajo, coinciden en lamentar el «abandono y falta de cariño» en el mantenimiento del edificio: «No riegan ni las macetas».

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