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Por autovía, con un amplio dispositivo de seguridad, las aspas de molino eólico llegan desde Ciudad Real al puerto y tardan entre cuatro y seis horas.
Las palas escogen el puerto de Motril

Las palas escogen el puerto de Motril

La entrada directa por la autovía, el gran muelle de las Azucenas o las obras de prolongación del dique favorecen a este tipo de mercancías

LAURA UBAGO

Miércoles, 7 de octubre 2015, 02:12

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Con la caída de la construcción llegó el momento de seleccionar otro tipo de mercancías, más allá del hormigón, que diesen al puerto alternativas y que evitaran que las estadísticas se desplomaran. Entonces surgió un transporte limpio -también aparatoso- que no deja indiferentes a los conductores que realizan el trayecto Granada-Motril por la A-44. Se trata de las piezas eólicas, esas inmensas palas de hasta 62 metros de longitud, que recorren la carretera para tomar un barco rumbo a cualquier parte del mundo.

Estas piezas eólicas, junto con la biomasa, han ido cambiando el perfil del puerto motrileño que ha ido transformándose cada vez más en 'verde'.

Las circunstancias físicas del puerto de Motril le han convertido en imbatible a la hora de transportar aspas de aerogeneradores. El que más despunta en toda España, según indican desde la Autoridad Portuaria. Las piezas salen de una fábrica de Ciudad Real y bajan hasta Granada con toda facilidad gracias a la reciente mejora de Despeñaperros. Antes, con las curvas, era imposible realizar los giros. Hasta el puerto motrileño llegan en autovía y gracias al nuevo acceso y a la nueva puerta de entrada a la dársena, se plantan en el muelle de Las Azucenas en un periodo de tiempo de entre cuatro y seis horas.

En este proceso intervienen un grupo logístico que organiza el transporte -con toda la comitiva de vehículos de seguridad y de la Guardia Civil- y también el consignatario. Todo un engranaje perfecto para que la pala salga de Ciudad Real y acaba montada en un barco en el puerto de Motril.

Según explica el presidente de la Autoridad Portuaria, Francisco Álvarez de la Chica, el puerto ofrece dos ventajas más: el muelle de Las Azucenas que es muy espacioso para operar o almacenar las aspas de molino eólico y las nuevas mejoras de prolongación del dique y dragado de la dársena, que han conseguido que los barcos más grandes se sientan cómodos realizando operaciones y que haya más días de calma dentro de la dársena para poder trabajar.

De Motril parte un barco cada quince días -aunque las palas se van acumulando casi a diario- con destino África, Sudamérica, Norteamérica, Europa o Marruecos, hasta puntos donde se potencian las energías renovables y están en plena instalación de parques eólicos.

El puerto comenzó a mover palas eólicas en el año 2010, desde entonces, hasta septiembre de este año ha transportado 1.447 piezas. En el 2011, se recibieron 337 palas y en lo que llevamos de 2015 ya se han embarcado 491 por lo que los datos van en aumento.

«Para nosotros es actualmente un tráfico muy importante, limpio, que por nuestra ubicación debemos aprovechar. Además de convertirnos en un puerto 'verde', genera puestos de trabajo y movimiento de mercancías que es el objetivo final de estas operaciones», indica Francisco Álvarez de la Chica que se ha marcado como meta que el puerto se convierta en un motor de empleo para toda la provincia. De hecho, el puerto se encuentra ahora potenciando su zona de actividades logísticas -de 350.000 metros cuadrados- donde cabría perfectamente una fábrica de producción de piezas eólicas. Quien sabe si con el tiempo se harán aquí molinos de viento.

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