La Costa se afana en limpiar sus playas para sacar partido a los últimos días de verano

Los municipios de la Costa Tropical afectados por la tormenta y las riadas del pasado 7 de septiembre se afanan durante los últimos días en limpiar todos los restos vegetales -y de todo tipo- que los ríos y barrancos expulsaron al mar ese día y que el mar está devolviendo a las orillas de las playas. Pueblos como Almuñécar, Salobreña, Motril o Castell de Ferro trabajan a destajo para tratar de dejar sus litorales impolutos y así poder aprovechar los últimos 'coletazos' del verano en unos días donde los turistas siguen dejándose ver por la Costa Tropical. En principio, este fin de semana se presenta con buen tiempo como para disfrutar del mar, por lo que los distintos ayuntamientos han reforzado los dispositivos de limpieza en la última semana con el objetivo de retirar los residuos que aún devuelve el Mediterráneo.

En Almuñécar y La Herradura, a la tareas de recogida por tierra que desarrollan una decena de operarios con ayuda de medios mecánicos, se han sumado las tres embarcaciones del operativo de limpieza de las aguas del municipio sexitano que mantiene la Concejalía de Medio Ambiente y Playas.

En Motril, su alcaldesa Flor Almón (PSOE), acompañada por los tenientes de alcalde delegados de Urbanismo y de Limdeco, Antonio Escámez (PA) y Francisco Sánchez-Cantalejo (PSOE), detalló que la tormenta «ha dejado nuestro litoral en mal estado, aunque ya se está procediendo a la limpieza de las playas», al tiempo que señaló que el Ayuntamiento pedirá a la Delegación del Gobierno y a la Delegación Provincial de Costas una actuación para paliar los efectos.

En Salobreña, el dispositivo de limpieza del Área de Playas se mantendrá funcionado hasta mediados de octubre, incluso después de las fiestas locales, según avanzó el concejal de Playas, Manolo Guirado.

Los problemas, no obstante, no acaban en las orillas. Según el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Motril, Ignacio López, ellos también se sienten «perjudicados» porque las riadas y el arrastre de residuos han «inutilizado el caladero».