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Diego Quero
Lunes, 9 de octubre 2017, 15:43
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La memoria puede ser traicionera, pero en la mayoría de los casos es un aliado que te saca del pozo de la rutina para mirar con perspectiva el día en el que estás. Al despertarse, muchos habrá mirado el móvil hoy para ver que es 9 de octubre y San Luis. Una coincidencia que 17 años después se clava en el corazón de todos los granadinos y de todos los han defendido siempre la razón, la justicia, el entendimiento. Porque hace 17 años mataron a Luis Portero, el día de su onomástica, un día soleado, tranquilo, cercano a un día festivo. Pero ese día no fue uno más y está llamado a permanecer en la memoria de todos los que han querido seguir luchando para que no haya pistoleros en la calle matando por no sabemos qué.
Hoy 9 octubre fue asesinado mi padre x ETA n portal d mi aún casa d Granada.No descansaremos hasta q haya justicia cn 379 casos sin resolver
— Daniel Portero (@daniel_portero) October 8, 2017
El 9 de octubre de 2000 moría Luis Portero, el primer fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, con sede en Granada. Seguro que leyendo estas líneas puede usted recordar con nitidez aquel día, aquellos momentos de angustia, de incomprensión, de unión entre demócratas por encima de todo. Luis Portero llegaba ese día a su vivienda de la calle Rector Marín Ocete después del trabajo como cualquier final de jornada, sin escolta. El fiscal jefe la había pedido hacía unas semanas pero no había recibido respuesta alguna, a pesar de que su imagen se había encontrado en documentación incautada unos meses antes en una operación contra ETA.
Luis tenía cerca a los desalmados mercenarios de la banda terrorista, aunque no sabía cuánto. «Yo sé que es difícil que vengan a por mí, pero si a esa gente se le mete alguien en la cabeza, no se les va escapar», le había dicho unas semanas antes Luis Portero a su mujer, Rosario de la Torre. Ese día Luis llegó caminando hasta su domicilio, y se disponía a celebrar su onomástica con su mujer y sus dos hijas, Charo y Aixa. Fue a las 14:15 horas cuando accedió al portal, cuando se cruzó con un vecino que iba a sacar a su perro, y cuando dos asesinos lo esperaban en un recodo del portal. Sin palabras, sin alma, sin sentido, uno de los mercenarios disparó a Luis Portero en la cara, "un tiro a cañón tocando la piel", como declaró uno de los forenses en el juicio. El disparo le seccionó la médula espinal y le salió por la mandíbula, provocando un ruido ensordecedor en todo el edificio.
La vida se le iba a Luis en medio de un charco de sangre mientras los asesinos huían del lugar. El vecino que había salido minutos antes a pasear al perro se encuentra de bruces con la escena del crimen. Acto seguido, ruido de puertas y de timbres, y una noticia que darle a Rosario de la Torre, con sus dos hijas en casa.
Luis Portero fue trasladado hasta el Hospital de Traumatología donde le practicaron maniobras de reanimación durante cuatro horas. No se pudo hacer nada por su vida. No pudo aguantar.
La muerte dio paso a la reacción de la ciudadanía. Granada no había visto nunca una manifestación de esas características. 200.000 personas llenaron la ciudad para mostrar su repulsa por el asesinato de Luis Portero. La ciudad de la Alhambra se convirtió esos días en un clamor contra ETA, contra la incomprensión de una muerte más que se recuerda cada 9 de octubre.
El que fuera fiscal jefe del TSJA se ha convertido desde entonces en un símbolo para la lucha contra ETA, pero también ha servido de ejemplo en otros temas, como la donación de órganos, ya que se decidió que las válvulas del corazón, el hígado, los dos riñones y los ojos podrían ayudar a alguien. Incluso existe la Fundación Luis Portero, centrada en la investigación y divulgación de donación, extracción y trasplante de órganos y tejidos, así como de los cuidados paliativos de pacientes con enfermedades crónicas o terminales. También se creó Dignidad y Justicia, la organización que durante años ha investigado todo lo que hay detrás de ETA, la trama civil, económica y social de apoyo a la banda terrorista.
Diez años después del asesinato, en 2010, Rosario de la Torre concedía una entrevista a IDEAL en la que hablaba, entre otras cosas del perdón y del olvido. "Se puede perdonar, pero no se puede olvidar. Una cosa es perdonar y otra olvidar. Lo normal sería que te pidieran perdón. Tú puedes perdonar el hecho en sí, pero no perdonar a la persona si ella no te pide perdón".
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