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Una de las calles del Centro de Granada, abarrotada de veladores.
«Si quitamos la terraza van a venir hippies con sus perros y nada más»

«Si quitamos la terraza van a venir hippies con sus perros y nada más»

Turistas, clientes, vecinos, camareros y propietarios de bares opinan sobre la regulación de las terrazas en Granada

REBECA GARCÍA Y EVA NICOLÁS

Lunes, 12 de junio 2017, 01:48

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El Ayuntamiento de Granada prevé desarrollar un Plan de Regulación de Espacios con Terrazas (PRET) para reducir el número de mesas y sillas que se pueden observar repartidas por toda la capital. Actualmente, el proyecto se encuentra en una fase preliminar, en la que se han desarrollado diferentes propuestas, con medidas recogidas en un borrador, y que afectarían a tres plazas principales del centro granadino: Romanilla, Pescadería y Plaza Nueva.

Según este borrador, el espacio destinado a las terrazas en estos espacios sería rebajado en más de un tercio: Pescadería pasaría a tener 26 mesas menos, Plaza Nueva tendría que retirar un total de 43, y Romanilla pasaría de tener un total de 184 mesas a 89, lo que supondría una reducción de más del 50%.

Los dueños de los diferentes establecimientos que copan las zonas afectadas por el PRET muestran su inconformismo con el nuevo proyecto que planea el Ayuntamiento. Algunos son de la opinión de que sea la normativa que sea, no se va a cumplir ya que «cada uno hace lo que le da la gana».

Para el dueño de La Churrería, situada en Plaza Pescadería, no está en total desacuerdo si se obliga a cumplir la norma para todos los establecimientos hosteleros: «si se hace una ley es para cumplirla y si hay que poner una serie de mesas, que sean ésas, y no más, porque al final aunque las redujeran se pondrían ilegalmente. Los que cumplimos con eso estamos en desventaja. Al final te obligan a saltarte las normas a ti también».

Assim, trabajador del Nemrut Kebab de Plaza Nueva, está en contra de la propuesta porque «así está bien, queda mucho espacio, y si quitamos la terraza van a venir hippies con sus perros y nada más. Es para los clientes y los turistas. Si eso se despeja, la imagen de los hippies no interesará ni a la ciudad ni a los negocios».

La hostelería en general se muestra, sin embargo, escéptica con este tema, ya que lo consideran un proyecto difícil de impulsar por la gran cantidad de negocios que se verían afectados de manera negativa y porque, aseguran la mayoría «Granada vive de los bares y sus tapas».

«Lo ideal no es crear nuevas normativas, es cumplir las que ya existen»

La estatua del Aguador, a escasos metros de la catedral, apenas es visible por la gran cantidad de sombrillas y toldos que hay a su alrededor. Romanilla, donde se encuentra esta escultura de bronce, será una de las plazas que se vería afectada con el nuevo Plan de Regulación de Espacios con Terrazas. Ha sido una de las primeras en entrar en el borrador, junto a Pescadería y Plaza Nueva, pero el plan se prevé extender al resto de establecimientos hosteleros de la capital granadina que no utilicen el espacio público de manera cívica.

Entre los clientes no hay consenso. Por un lado, están aquellos que opinan que es positivo reducir el espacio que usan los bares en la vía pública, referenciando muchos de ellos no sólo las mesas, sino también a otros objetos como las mesas altas, quioscos, pizarras, maceteros, etc. «En muchos sitios se invaden las aceras y es muy complicado pasar, más aún cuando se trata de minusválidos o cochecitos de bebés. Tendría que haber una regulación, pero no sólo para sillas y mesas, porque hay carteles por la calle y te puedes tropezar».

También hay quien piensa que «sólo se quiere perjudicar a los negocios, ya no saben qué inventar», una opinión que toma fuerza ante la posibilidad de que los negocios vean reducidas sus plantillas ante la implantación del PRET. «Yo creo que con lo que hay es suficiente, lo que si debe de haber es un control para que se cumplan las normativas, no crear nuevas, que ya hay bastantes. Si un bar pone 10 mesas, que sean 10 mesas a cuatro sillas por mesa, no que luego sea 18 mesas a seis sillas», comenta Rafael Puerma, vecino de la zona.

Lo que sí es cierto es que paseando por algunas zonas, por la tarde-noche se hace complicado abrirse paso entre la gente y las terrazas que hay repartidas por las diferentes calles de la capital», lo que para algunos vecinos puede ser un problema el día que pase algo y, pese a que a mucha gente no le resulte incomodo esta situación «habrá muchos -personas mayores, gente con discapacidad o con niños pequeños, a los que les moleste».

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