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Goretti con su maletín.
"Goretti llegó al Materno roja y con los labios morados"

"Goretti llegó al Materno roja y con los labios morados"

Una niña de 9 años con una alergia severa a la proteína va a todas partes con su maletín de emergencia

Ángeles Peñalver

Jueves, 1 de junio 2017, 02:50

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Mercedes Martín es la madre de Goretti, una niña de 9 años, residente en Valderrubio, con una severa alergia a la proteína de la leche de vaca desde que nació. Se la detectó su pediatra a los ocho meses, cuando empezó a tomar alimentos diferentes a la lactancia materna. La médico le puso una dieta libre de lácteos y mejoró. Aún así, la familia sabe muy bien que yendo a todo pedal en el coche, hay una eternidad desde su casa al Materno de Granada. Esos 20 minutos a todo trapo los han hecho más de una vez con la niña padeciendo una grave reacción alérgica que le compromete la respiración y le provoca grandes erupciones cutáneas, entre otros síntomas.

Goretti entró hace un año en un programa de desensibilización y toma pequeñísimas cantidades de leche a diario, según le pautan sus alergólogos del Materno, para que vaya disminuyendo la intensidad de sus reacciones. Cuenta su madre que tras probar la leche ha tenido varias anafilaxias, desde urticarias leves con algo de dificultad respiratoria que arrancan con estornudos y picor de ojos, hasta respuestas muy alarmantes. «Uno de los días narra emocionada Mercedes la tuvimos que llevar al hospital, pero por el camino ya estaba totalmente roja, con los labios hinchados y morados y no podía ni hablar porque le faltaba la respiración y tenía la garganta cerrada. Yo no sabía si llegábamos».

«Goretti está educada en que es alérgica y en cuanto se nota algo diferente lo dice y abre su maletín de emergencia (lo lleva a todos lados y tiene uno siempre en el colegio) y se toma antihistamínicos, si respira mal usa el ventolín y vamos a urgencias valorando si le pinchamos adrenalina o no», narra la madre.

La casa de Goretti es «libre de lácteos». «Sólo hay un cartón de leche, porque tengo otros dos hijos», apostilla la madre.

«El impacto de la alergia alimentaria en los propios enfermos, en la familia y la sociedad es muy importante, ya que limita seriamente las actividades sociales, escolares y laborales de quienes las padecen destaca Ángel Sánchez, presidente de la asociación de pacientes. Aspectos como la escolarización de un niño con una alergia grave o situaciones meramente de ocio, como comer fuera de casa con un alérgico o realizar un viaje, son sólo algunos ejemplos de actividades cotidianas que se tornan verdaderamente complicadas para los afectados».

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