El desagradable momento en el que te das cuenta de que nos han robado Puerta Real
El desmadre de las despedidas de soltero ha pasado, de largo, lo aceptable
josé e. cabrero
Miércoles, 24 de mayo 2017, 18:40
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josé e. cabrero
Miércoles, 24 de mayo 2017, 18:40
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El desmadre de las despedidas de soltero ha pasado, de largo, lo aceptable. Sí, es cierto que si yo tuviera la desgracia de no vivir en Granada también vendría siempre que surgiera la oportunidad. Y una despedida de soltero es una oportunidad más que golosa. Pero, carajo, es que se están cargando nuestros fines de semana con una singular invasión de "que me quiten lo bailao, yo he venido a darlo todo". Y ya.
Aunque se ha hablado mucho de las molestias del ruido y la suciedad, las despedidas de soltero en Granada están minando uno de los elixires vitales para disfrutar la ciudad: los paseos en fin de semana. Las despedidas dejaron hace tiempo de ser un despiporre nocturno y ahora viven bajo el yugo del 'non-stop', de la apariencia de que la fiesta no puede terminar bajo ningún concepto. Eso ha hecho que sea prácticamente imposible no encontrarse, a cualquier hora del día, con un grupo de piratas o una banda de princesas de Frozen o a Súper Mario, el Hombre Polla, la Mujer Almeja y otros hitos pop.
Todo esto nos lleva a que estoy cabreado porque el sábado por la tarde, a eso de las cinco, estábamos paseando (mi familia y otras tropecientas familias, claro) por Puerta Real y no podíamos andar: la acera parecía un punto de recogida de BlablaCar el 23 de diciembre. Allí, a las puertas de una discoteca, varias despedidas de soltero formaban un irritante carnaval de disfraces cutres y camisetas horteras con mensajes sacados del primer resultado de una estúpida búsqueda en Google. El resto de la zona estaba impregnada por un aire a garrafa y malboro que choca de frente con la idea de un tranquilo paseo por el centro de Granada.
Una semana antes, en el mismo sitio y a la misma hora, varios agentes de policía separaban a un tipo vestido de sevillana que había pegado a un troglodita mientras una chica con tutú y un Popeye intentaban reanimar a un gandul visiblemente borracho que vestía una camiseta roja en la que se podía leer: "Juanma se nos casa DEP".
Todos los años, con el buen tiempo, nos roban Puerta Real. Y, de paso, nos han secuestrado el resto de barrios con un turismo tóxico. Una pena que paguen justos por pecadores -estoy seguro de que hay pandillas que vienen a divertirse sin que nos enteremos más de la cuenta-, pero esto se nos ha ido de las manos.
Pero como no podemos vencerles, he aquí mis propuestas:
1.- 'La tasa del albergue'. Como en el Camino de Santiago. Como peregrino no estás obligado a pagar nada, pero si te quedas a dormir en el albergue de Cebreiro y disfrutas de la estancia, dejas la voluntad. Así, nos inventamos una 'Ruta de las Despedidas de Soltero' y colocamos un 'pozo de la suerte' en la Plaza del Carmen en el que haya una tradición milenaria de dejar unos euricos para dar suerte al futuro matrimonio.
2.- Lanzamos este mensaje por whatsapp y que el mundo viral haga su magia: ATENCIÓN!!! Granada ha prohibido celebrar despedidas y te pueden multar con 500 euros si te pillan con un pene colgando en la cabeza, PÁSALO!!
3.- Publicamos un decreto por el que toda despedida de soltero está obligada a invitar a unirse a la fiesta con todos los gastos pagados a cualquier granadino o granadina que así lo exija.
4.- Nos llevamos Granada a otro sitio, en plan Springfield.
5.- Inocular el virus zombie en el garrafón y que sea lo que Dios quiera.
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