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F. W. Alanzor
Lunes, 20 de febrero 2017, 00:24
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Construida sobre la antigua torre del Aceituno, de época musulmana, la ermita pasó por momentos delicados a principios del siglo XIX cuando la ocupación francesa de Granada la mandó destruir.
Poco después se tuvo que remodelar convirtiéndose en uno de los puntos con mayores, y mejores, vistas de Granada. Además de un referente para todo aquél bohemio turista que se quiera enamorar definitivamente de la ciudad.
Por aquí pasan cientos de turistas que deben optar por subir andando desde el Albaicín, o utilizar la subida en coche y ahorrarse el maravilloso camino a pie que existe hasta llegar a la ermita.
Es común llegar un día cualquiera y encontrarse a visitantes, corredores, vecinos de la zona o soñadores que quieren inspirarse viendo Granada desde las puertas de la Ermita de San Miguel.
Uno de los lugares más queridos de la ciudad, al que acuden cientos de personas cada año en la espectacular romería del 28 de septiembre que se celebra con motivo de la festividad del Arcángel San Miguel.
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