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Carolina RODRÍGUEZ
Martes, 6 de diciembre 2016, 01:56
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El compendio de los problemas que sufre el Albaicín se concentran en una calle. Concretamente en un punto, el cruce existente entre la calle Elvira y la calle Correo Viejo. Una vía, esta última, de poco más de dos metros, que se encuentra a escasa distancia de una de las arterias principales de la ciudad -Gran Vía- y que aglutina «falta de seguridad, iluminación, limpieza y problemas de convivencia». A estos aspectos denunciados públicamente por la Asociación Bajo Albaicín se le suma uno más: «El haberse convertido en un punto de venta de droga», tal y como afirma la presidenta de la asociación Lola Boloix y corroboran vecinos anónimos que residen en la zona.
No es la primera vez que el colectivo alerta del estado de la pequeña vía. Hace un año, explica Boloix, la asociación ya denunció las cantidades ingentes de basura que se acumulaban en la calle, un detalle que ha sido el comienzo de todo lo demás. «Logramos que vinieran a limpiarla», explica la presidenta, pero el buen estado duró poco.
La cuestión es que los problemas nunca vienen solos y a la falta de limpieza se le han unido otros aspectos que han hecho que la calle se haya convertido en un punto negro. Según Boloix, en la zona hay muchas casas que están deshabitadas y que hacen que la vía no sea muy transitada, tampoco hay una buena iluminación y todo unido ha provocado que ese cruce esté marcado por el abandono y sea conflictivo. «Venden droga todo el día y a cualquier hora. El propio mercadeo ha generado un problema de convivencia porque, lo más grave, son las peleas entre subsaharianos y marroquíes que hay a la vista de todos por llevarse la venta».
Las palabras de Boloix las corroboran vecinos anónimos que viven en la zona y que señalan que han presenciado fuertes enfrentamientos entre los dos bandos por quedarse con la esquina en cuestión; los residentes advierten además del miedo y la inseguridad que producen estas fuertes riñas en el barrio.
Dejadez municipal
Es por eso que desde la Asociación Bajo Albaicín lamentan la dejadez municipal que hay «aún sabiendo los problemas que existen». La presidenta confiesa que lo que ocurre en Correo Viejo es el ejemplo perfecto de los grandes problemas que sacuden al barrio Patrimonio de la Humanidad. «No entendemos cómo a pocos metros de la Gran Vía ocurren estas cosas y no hay manera de frenarlas», afirma Boloix.
Los vecinos consultados mantienen que la policía es consciente de lo que ocurre e insisten desde la asociación que hay familias que quieren vivir en el barrio y que se están viendo obligadas a marcharse.
Como advierten los vecinos, la policía es consciente del problema en Correo Viejo. El jefe de la Policía Local, José Antonio Muñoz, explica que aunque las competencias en esta materia no son de la Policía Local siempre están en colaboración con la Policía Nacional para intentar erradicar este mercadeo. La Policía Nacional también es consciente del problema del mercadeo. Fuentes del cuerpo reiteran que el Bajo Albaicín siempre ha sido un punto frágil y que se realizan controles allí y en otros puntos de la ciudad. Aseguran que uno de los problemas es la facilidad que tienen «los vendedores» de moverse de un sitio a otro y de salir «indemnes» de estas ventas menores «a pesar de que se trabaja en erradicarlas». En cualquier caso, los residentes del Bajo Albaicín exigen soluciones y reclaman ayuda para frenar todos los problemas que hay en tan sólo dos metros de calle.
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