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El paso de cebra de la calle Molinos a la altura de la Cuesta de los Monteros.
Ni una más 'Ni unx menos'

Ni una más 'Ni unx menos'

El Realejo y la Catedral aparecen con pintadas de contenido feminista

Javier F. Barrera

Lunes, 5 de diciembre 2016, 00:51

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Ni una más «Ni unx menos». Ni una pintada más en las que se lea «Ni unx menos». Los granadinos están hartos. La última oleada de vandalismo ha cubierto paredes, fachadas y monumentos del Centro y del barrio del Realejo con este tipo de pintadas de contenido feminista, aunque no se sabe nada de sus autores ni de sus fines u objetivos.

Por supuesto, al estar en el casco histórico, las pintadas están afectadas por la protección denominada Bien de Interés Cultural (BIC) que busca la protección y mantenimiento de los monumentos, lo que acarrea que sean especialmente perseguidas este tipo de acciones.

De igual forma, los vecinos y comerciantes consultados por este periódico, en el caso del barrio del Realejo, criticaron con dureza la aparición de estas pintadas en la noche que va del jueves al viernes pasado, jornada del 24 de noviembre, cuando se celebró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

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El comentario más común es que «no es una buena forma de defender sus objetivos» y, además, «deslegitiman el importantísimo trabajo que se realiza para concienciar a la ciudadanía durante este día»

La cuestión es que afean, ensucian, manchan, degradan la imagen del centro histórico y afectan de forma determinante el patrimonio histórico, cultural y monumental de la ciudad, con el consiguiente perjuicio de contaminación visual para los propios granadinos y para todos los que visitan la ciudad, que se encuentra, de golpe y porrazo, por ejemplo, con la pintada que dice «Ni unx menos» en la mismísima entrada a la Catedral.

Ahí está, bien visible, en la base de uno de los grandes pilares de la maravillosa fachada de la Catedral que se contempla desde la Plaza de las Pasiegas, con un fuerte color azul chillón. Puertas adentro, el encargado de las entradas para visitar el templo confirma lo sucedido: «Me fui el domingo por la tarde y cuando volví el lunes por la mañana aquí estaba la pintada».

No está sola

Frente por frente, en la fachada del Palacio Arzobispal que da también a la plaza de las Pasiegas, este pasado viernes apareció otra que dice: «El miedo va a cambiar de bando», acompañada de los conocidos símbolos de la feminidad y la masculinidad, fundidos en uno solo. Se da la circunstancia de que tanto en la Catedral como en el palacio Arzobispal han aparecido recientemente pintadas temáticas.

En el caso de la Catedral, la Policía anunció en febrero de este año que buscaba al autor del letrero que decía «Podemos», aunque el partido político rápidamente se desvinculó de la autoría. En la misma fachada del Palacio Arzobispal, un mes antes, en enero de este año, prácticamente se batió un récord cuando apareció una pintada de diez metros, esta vez sin temática alguna reconocible.

Por todo el barrio

La madrugada del jueves al viernes pasado resultó una fiebre de pintura y las calles y plazas del Realejo amanecieron con multitud de pintadas con esta temática feminista que no se sabe si ayuda o deja de ayudar. La fachada de la casa de hermandad de La Cañilla, en la calle Santiago, fue completamente pitorreada, aunque al punto de la mañana, la pared fue repintada de blanco de nuevo.

La marea de pintadas prosiguió por la calle Molinos, y los autores pintaron sobre el paso de cebra existente a la altura de la Cuesta de los Monteros, donde se lee: «Sólo yo derramaré mi sangre». Más adelante, en la esquina de la misma calle Molinos con Panaderas de San Cecilio, en la pared de la pescadería la pintada dice: «Stop feminicidio». En todas ellas, además, se añade el símbolo feminista.

La plaza del Realejo tampoco se libró de esta oleada de pintadas por el barrio del Realejo y en otra pared la pintada dice, otra vez, «sólo yo derramaré mi sangre». Los vecinos del barrio están especialmente irritados por la pintada realizada sobre el frontis del pilar que hay en la Cuesta del Realejo. Una vez más, como en la catedral, la pintada dice «Ni unx menos». Se da la circunstancia de que este pilar ha sido recientemente restaurado, ya que data de 1616. La última de las pintadas en el barrio está en la Cuesta de Santa Catalina, y se repite el lema «Ni unx menos».

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