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José Torres Hurtado, Isabel Nieto y Manuel Lorente, observan un plano en septiembre de 2008.
La Policía Nacional vigiló a Torres Hurtado cuando era alcalde por la 'Operación Nazarí'

La Policía Nacional vigiló a Torres Hurtado cuando era alcalde por la 'Operación Nazarí'

Manuel Lorente, otro de los investigados sometido a seguimientos policiales, compró a tocateja tres pisos por 700.000 euros

Carlos Morán

Lunes, 14 de noviembre 2016, 00:44

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A principios de 2016, José Torres Hurtado, por aquel entonces todavía alcalde de Granada, estaba 'hipervigilado' por agentes de las fuerzas de seguridad. Eso sí, la misión de unos, sus escoltas de la Policía Local, era protegerlo y la de otros, los miembros de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), investigarle. Una situación cuando menos chocante. Torres Hurtado seguía llevando las riendas de la ciudad sin saber que estaba siendo sometido a seguimientos por funcionarios policiales expertos en la lucha contra la corrupción.

Fue en enero de 2016, tres meses antes de que el que regidor fuera detenido, un tiempo en el que Torres Hurtado tenía asignados de forma permanente dos guardaespaldas a diario y otro más que cubría los descansos de los anteriores.

Lo curioso es que, al parecer, ninguno de esos escoltas cayó en la cuenta de que había personas -de paisano, por supuesto- que, al menos en tres ocasiones, observaron los movimientos de Torres Hurtado en las inmediaciones de su domicilio de la capital granadina e, incluso, tomaron fotografías. Los 'fotógrafos' eran integrantes se la sección operativa de apoyo de la UDEF, según detalla el colosal sumario de la 'Operación Nazarí' -cerca de 15.000 folios de pesquisas y declaraciones- que ya desmenuzó IDEAL en su edición de ayer sábado.

Por cierto, en esa primera entrega publicada por este periódico aparecía un resumen de la declaración de Torres Hurtado ante la juez instructora del caso, María Ángeles Jiménez. A lo largo de ese interrogatorio, que duró casi dos horas, el exalcalde -que fue suspendido de militancia por su partido, el PP, cuando estalló el escándalo- eludió cualquier responsabilidad en las operaciones urbanísticas que están siendo investigadas por la justicia y que, según la UDEF, habría supuesto un quebranto económico para la ciudad de Granada de unos veinte millones de euros. Torres Hurtado afirmó ante la magistrada que había delegado sus funciones en materia urbanística en la exconcejala Isabel Nieto, otra de las personas investigadas en la 'Operación Nazarí' y, seguramente, su más estrecha colaboradora en el Ayuntamiento. De hecho, la Policía la sitúa, junto al propio Torres Hurtado, en la «cúspide» de una supuesta trama corrupta que, presuntamente, se habría dedicado a favorecer a varios empresarios de la construcción -todos ellos imputados en el caso- y a sus propios familiares y allegados.

Pues bien, Torres Hurtado insistió en que el era un ignorante en temas urbanísticos y señaló a la exedil. En este sentido, parece que esa será la línea de defensa que va a mantener el exalcalde: escudarse tras su amiga Isabel Nieto, que, por cierto, también fue sometida a seguimientos por parte de la Policía Nacional.

Sin embargo, los testigos de la acusación y los propios agentes de la UDEF afirman que, lejos de mantenerse al margen de los asuntos relacionados con el 'ladrillo', al final se hacía lo que decía Torres Hurtado. Y ponen algún ejemplo, como cuando un funcionario ajeno al presunta trama corrupta cuestionó ante Torres Hurtado una operación que, según él, podría conllevar un perjuicio millonario para Granada y propuso una alternativa más prudente para los intereses de la ciudad. «El alcalde manifestó que eso no podía ser, sin dar explicación alguna, acabando sin más la reunión», describe el sumario el supuesto comportamiento del exregidor.

En otro documento de la gigantesca investigación, la UDEF señala que Torres Hurtado «no solamente tendría conocimiento de las irregularidades existentes en la Concejalía de Urbanismo y beneficios conseguidos por los empresarios Roberto García Arrabal, José Julián Romero y Enrique Legerén y sus respectivos entramados empresariales, sino que habría sido directamente beneficiado en este tipo de decisiones urbanísticas adoptadas de forma injusta».

El párrafo reproducido va acompañado de una fotografía en la que aparece Torres Hurtado junto a Enrique Legerén y García Arrabal.

Pago en metálico

Además de el exalcalde y la exconcejala de Urbanismo, la UDEF también montó dispositivos de vigilancia para seguir los movimientos de Manuel Lorente, un alto cargo municipal de Urbanismo al que los investigadores catalogan como la segunda persona en importancia, tras Torres Hurtado, en la presunta «organización criminal» que existirá en el Ayuntamiento de la capital granadina. Esto es, que incluso, y supuestamente, 'mandaría' más que la propia Isabel Nieto en la trama. «Siempre junto a Isabel Nieto -describe el sumario- se sienta Manuel Lorente, siendo el que de forma clara y evidente lleva la voz cantante y decide en dichas reuniones -las del área de Urbanismo-, no produciéndose nunca discrepancias entre Isabel y Manuel Lorente».

El caso es que este último fue objeto de vigilancia policial al menos cinco veces. En uno de esos seguimientos fue visto fotografiando el «Pabellón Mulhacén», una instalación investigada también en la 'Operación Nazarí'.

De otro lado, Lorente compró a tocateja tres pisos por más de 700.000 euros en una promoción de García Arrabal.

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