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Dos diagnósticos sobre la fusión

Dos diagnósticos sobre la fusión

Médicos con opiniones distintas sobre la reordenación hospitalaría exponen sus puntos de vista

Carlos Morán

Domingo, 16 de octubre 2016, 15:12

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Javier Salmerón. Médico del aparato digestivo

«Yo estoy a favor de los enfermos;hay que solucionar todo lo que sea necesario por el bien de los pacientes»

«Dicen que hay que tener paciencia, que todo mejorará, pero los procesos graves no pueden esperar»

Javier Salmerón es médico experto en el aparato digestivo y catedrático de esa misma especialidad en la Universidad de Granada. Ahora mismo sigue trabajando es jefe de sección en ese limbo temporal que es el antiguo Hospital Clínico. Su destino final es el Virgen de las Nieves conocido popularmente como Ruiz de Alda, pero la mudanza aún no se ha producido. Junto a los integrantes de los servicios de neumonología, cardiología y oncología del viejo San Cecilio que están en la misma situación de interinidad, son los últimos de Filipinas, según la descripción más optimista, o la orquesta del Titanic, para los pesimistas.

Javier Salmerón estará hoy en la manifestación que recorrerá la ciudad para cuestionar la polémica fusión hospitalaria. Estas son sus razones.

¿Por qué es contrario a la fusión hospitalaria?

Más que una respuesta, daré un decálogo. Para empezar, entiendo que la distancia próxima a los diez kilómetros entre un hospital (PTS) y el otro (la Caleta) junto al futuro materno infantil (actual Traumatológico) dificulta enormemente la división de los hospitales por especialidades. Lo primero que tiene que hacer el enfermo es no equivocarse, diagnosticarse con acierto y después ir al hospital correspondiente. Y si tiene varios problemas pues estará de un hospital al otro. De broma, se dice que el taxista tendrá que saber diagnosticar para llevar al paciente al hospital adecuado.

Lo curioso es que antes se afirmaba con rotundidad que era necesario un hospital en cada zona, sur y norte, y que estaban los dos hospitales en el área norte. Había que acercar el hospital al enfermo. Ahora, en cambio, se dice que lo importante es que todos los granadinos reciban el mismo tipo de asistencia médica, pero para ello no se necesita este tipo de fusión. La patología más frecuente se tiene que atender por igual en cada hospital, es decir, los dos hospitales tienen que ser generales y no divididos por especialidades. En cambio, la patología más rara, menos frecuente, o la más costosa sí tiene que estar centralizada en un solo hospital.

Se dice que hay que tener paciencia, que todo funcionará mejor. En medicina la paciencia se puede aplicar para los procesos que son leves, se puede esperar. En cambio, los procesos graves no pueden esperar,

Más. Con la duplicación de unidades, una en cada hospital, se hacía bueno el principio de competencia.

Tampoco conocemos un estudio serio de viabilidad de este proyecto, en donde se incluyan los aspectos de salud y económicos, que hay que resolverlos urgentemente.

De su decálogo se deduce que, a su juicio, los pacientes no han recibido la información que precisaban...

Sólo los profesionales que estamos implicados en este proceso sabemos en qué consiste la fusión, que algunos llaman la confusión. Los enfermos que yo atiendo en el Clínico, piensa que nos vamos al PTS, cuando en realidad nos vamos al Hospital de la Caleta. Incluso, al PTS le llaman el nuevo Clínico, y el Hospital del Campus o PTS no es el nuevo Clínico, ojalá lo fuera. Hasta los taxista cuando les dices lléveme usted al Clínico te preguntan: ¿al nuevo o al antiguo?

¿Y no ve ningún aspecto positivo en el proceso?

Pues sí que veo aspectos positivos. Antes un hospital vivía a espaldas del otro, no se relacionaban, parecían dos mundos distintos, cada uno con su manera de trabajar. Eso era muy malo. Había que ponerlos de cara, que hablara un hospital con otro, lo que se consigue con la unificación de la gerencia y dirección médica y administrativa. ¿Estoy en desacuerdo con una integración de los dos hospitales?, por supuesto que no. Estoy en desacuerdo como se ha realizado esta unificación, por supuesto que sí. Insisto, hay unidades que deben estar unidas, como cirugía cardiaca, neurocirugía o torácica, que ya estaban en un solo hospital. Asimismo, estoy convencido que los aparatos muy costosos deben estar en un solo hospital. En definitiva, hay aspecto que se pueden unificar y otros no. Por tanto, no estoy en contra de unificar ciertos procesos, pero sí en contra de hacer una unificación completa.

¿Qué debería hacerse para revertir, cuando menos, los efectos que usted considera más negativos de la fusión?

Yo pienso que estamos a tiempo de cambiar las cosas que no funcionan. Es como si de pronto se interrumpe y se corta el suministro eléctrico de una ciudad y se comienzan a unir cables, pero hay zonas de la ciudad que están con poca luz o sin ninguna. Hay que solucionar esto, primero por el bien de los enfermos y, después, por el bien de los todos los profesionales sanitarios. Parece que estamos enfrentados a favor o en contra de la fusión. Yo sólo estoy a favor de los enfermos. Y hay que solucionar todo lo que sea necesario por el bien de los pacientes. Dejar a un lado los egos, no pensar en nosotros mismos y solo pensar en los pacientes. Tenemos que recuperar como sea la ilusión por trabajar en nuestro sistema sanitario, la ilusión se puede perder en un día, en cambio, se tarda mucho en recuperarla.

Hay quien dice que hay intereses políticos detrás de esta polémica e incluso un intento deliberado de favorecer a ala sanidad privada.

Yo sólo le puedo decir que mi vida la he dedicado a la sanidad pública, porque sólo he creído en este tipo de asistencia. Si la asistencia pública es excelente los pacientes no pensarán en la privada. Le aseguro que hay muchos profesionales que no tienen ninguna actividad privada y que están dedicados a nuestros hospitales públicos en cuerpo y alma. Son muchos los profesionales anónimos que están realizando una gran labor, desde aquí mi reconocimiento a tantos médicos, enfermeros, auxiliares, celadores y personal administrativo. Yo voy a la manifestación porque creo en la sanidad pública. Lo mejor para los enfermos es lo mejor para todos nosotros y para Granada.

Cristina López Espada. Cirujana vascular

«Mejora la equidad, los pacientes son atendidos con igualdad en los recursos»

«No se trata de echar marcha atrás a un gran proyecto como este, sino de solucionar los desajustes»

Cristina López Espada es cirujana vascular y opera en los nuevos quirófanos del flamante Hospital Parque Tecnológico de la Salud (PTS). En este sentido, asegura que disponen de una tecnología de vanguardia, de unos medios que no tienen países tan avanzados como Inglaterra o Alemania. Y lo dice con conocimiento de causa, porque ella ha trabajado en centros sanitarios de ambas naciones europeas. En cuanto a la polémica de la fusión hospitalaria, y al igual que su colega de profesión y de página, el doctor Javier Salmerón, no tiene una postura visceral, pero observa más ventajas que inconvenientes. Ella no se manifestará hoy.

¿Por qué está a favor de la fusión hospitalaria?

La fusión hospitalaria e una oportunidad de mejora. Implica un cambio, un momento de reflexión y de análisis. Supone una oportunidad única para analizar la asistencia que estamos dando a nuestros pacientes en nuestra provincia y plantearse los cambios y mejoras con una perspectiva de futuro. Es un punto de inflexión de cara al futuro. Todo este proceso en sí mismo ya supone un beneficio tanto para unos como para otros, porque algo diferente tiene que salir al final de esta crisis.

¿Cuál es la mayor ventaja de este proceso?

Desde mi punto de vista la fusión aporta una mejor en la organización de la asistencia sanitaria en cuanto a la distribución de los recursos, la gestión de los mismos y en la eficiencia que se hace de su uso. Los tiempos han cambiado mucho. No es lo mismo la asistencia sanitaria que se podía prestar a la provincia cuando se fundó el Hospital Clínico o el Hospital Virgen de las Nieves. Las patologías han evolucionado, los recursos son diferentes y las necesidades de materiales, aparataje, etc. son tan espectaculares que no podemos seguir haciendo lo que se hacía hace 50 años. Hoy en día, hay tal grado de complejidad en el tratamiento a los pacientes que es preciso agrupar recursos para obtener mejores resultados. Estamos hablando de atención hospitalaria, donde las inversiones son tan altas que es mejor tener todo concentrado en una gran unidad clínica que dividido en dos con menos recursos. Además permite unificar criterios de diagnostico, de tratamiento y que los pacientes sean tratados por igual en la misma provincia, independientemente del centro al que acudan. Para mi, esta fusión permite aumentar la equidad, es decir, la igualdad en la que los pacientes van a ser atendidos tanto en recursos como en vías clínicas y por lo tanto, en los resultados en salud que es lo que buscamos.

¿Y no ve ningún aspecto negativo?

Por supuesto que sí. Sería absurdo verlo todo de color rosa... Creo que habría que haber invertido más dinero en la contratación de personal durante en estos meses críticos que estamos viviendo, aumentar el personal por turnos a todos los niveles o las guardias médicas. Los circuitos han cambiado, los compañeros no son los mismos, tenemos que acoplarnos unos a otros y a los nuevos espacios. Eso lleva un tiempo y no damos a veces a basto, a hacer nuestro trabajo habitual y a la vez, aprender lo nuevo. Un par de manos más para hacer lo mismo habría venido bien a todos, para hacer el trabajo con más tranquilidad y atentos a más aspectos que engloban la atención a los pacientes. No todo el mundo tiene la misma capacidad de adaptación a los cambios. Espero que gracias a todo el movimiento que se está generando en las redes, la administración nos eche una mano y entienda el malestar del personal en este aspecto. No creo que se trate de echar marcha atrás a un gran proyecto como este, si no de solucionar los desajustes que han ido surgiendo y que necesitan también ser escuchados. 

¿Están bien informados los usuarios?

Yo lo veo dividido en dos fases. Hubo una primera fase en la que se informó a la población a través de diferentes medios de comunicación de los nuevos edificios, autobuses, traslado, etc. Aspectos de la estructura, lo llamaría yo. Creo que esto ha sido muy difundido y ha habido mucha información. Ahora toca entrar en otra segunda fase más difícil donde los pacientes sepan redirigirse y cambiar la ruta habitual, saber adónde acudir y para que. Eso es lo nuevo y todavía pendiente de mejorar. Esta fase es más dificultosa. Va a costar mucho tiempo y esfuerzo llegar a cambiar las costumbres. Los pacientes están comenzando a entender el cambio más allá del edificio en sí. Debemos ponernos en el papel del paciente y ver cómo se lo hacemos ver más claro y fácil y contar con todas los redes de información disponibles. Es cuestión de tiempo. 

¿Hay quien dice que hay intereses políticos detrás de la polémica y hasta un intento de favorecer a la sanidad privada en detrimento de la pública?

Yo no soy político, ni militante, soy médico sin otro interés; igual que muchos otros que defienden la otra cara del problema. Yo no creo que en el origen de todo esto este el interés político. Creo que las ideas surgen de nosotros mismos. De profesionales que vemos y pensamos como podemos mejorar la asistencia que prestamos. Luego vienen los problemas, porque toda idea tiene sus ventajas e inconvenientes. Y ahí es donde en algunos casos, la política aprovecha la tesitura a posteriori para ver qué puede sacar cada partido de beneficio de todo esto. Pero en su origen, la política no creo que haya generado la polémica con una finalidad concreta. Somos los  profesionales los que debemos coger las riendas de este proyecto. Y la política respetarnos y echarse a un lado. Si nos ponemos de acuerdo entre nosotros mismos, la política no tiene ni tendría que decir nada en este tema. En realidad su papel debería ser ayudarnos a conseguir los recursos económicos para realizar este proyecto que debemos moldear y ajustar los profesionales sanitarios.

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