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Imagen de Granada desde la Silla del Moro, donde se aprecia perfectamente la contaminación lumínica.
La contaminación lumínica sólo deja ver 250 estrellas en Granada

La contaminación lumínica sólo deja ver 250 estrellas en Granada

El exceso de claridad nocturna, que va a más, acarrea trastornos en el sueño y un mayor gasto energético

Jorge Pastor

Sábado, 3 de septiembre 2016, 00:19

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Les presento a Aristarco de Samos. Fue un astrónomo y matemático griego nacido en la localidad de Samos en el siglo III antes de Cristo. Los historiadores lo sitúan como la primera persona que propone el modelo heliocéntrico del Sistema Solar. También tuvo la paciencia de contar, una por una, las estrellas se pueden observar a simple vista. Le salieron unas 1.800. El bueno de Aristarco no lo tuvo fácil. Muchos 'puntitos'. Algunos de ellos, prácticamente solapados. Si Aristarco fuera un hombre del siglo XXI y realizara nuevamente este ejercicio, no lo tendría complicado. Lo tendría sencillamente imposible. En una ciudad como Granada podría sumar más de doscientas siempre que se situara, eso sí, en un sitio oscuro. Se toparía con una especie de escudo llamado 'contaminación lumínica', cuya principal causa es un uso ineficaz e ineficiente del alumbrado, con lámparas orientadas hacia ninguna parte o simplemente hacia donde no es necesario. No es un asunto menor por múltiples motivos.

En el caso de Granada, por ejemplo, porque interfiere en la labor científica que desarrollan instituciones como el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA) -también, por proximidad el observatorio almeriense de Calar Alto-. Pero se podrían citar otros de carácter más general que también tienen una incidencia en la población en forma de trastornos a la hora de dormir o sobre el reino animal al modificarse sus hábitats naturales.

Según Alejandro Sánchez, investigador del IAA, en Granada se pueden ver sólo 250 astros de los 6.000 que, en teoría, se podrían atisbar con el sencillo 'experimento' de mirar hacia arriba desde cualquier emplazamiento donde no hubiera mucha luz.

Saturno, Marte y Júpiter

Sánchez explica que los cuerpos más visibles son Saturno, Marte y Júpiter -los dos primeros toda la noche y el último sólo al principio-, mientras que las estrellas más llamativas en esta época del año son Vega, en la constelación de Lyra; Altair, en la del Águila; y Deneb, en la del Cisne. Las tres conforman el denominado 'triángulo de verano'. Tampoco pasa desapercibida Arturo, en Boyero; y Antares, en la del Escorpión.

Y poco más. Los ciudadanos de Granada y los que viven en grandes núcleos urbanos se pierden el espectáculo del cielo estrellado. Una visión que tiene mucho de 'poético', pero también de económico. El mercado del turismo astronómico está en auge y ya hay zonas cercanas a Granada, como la Sierra Sur de Jaén, que atraen a muchos visitantes gracias a este reclamo.

Según Alejandro Sánchez, resulta muy complicado analizar si la contaminación lumínica va a más o va a menos. No hay inversiones para financiar estas líneas de investigación. A pesar de ello, sí se manejan determinadas variables que apuntan claramente hacia la primera tendencia. Un dato para la reflexión. El gasto que supone encender las farolas públicas en España pasó de trescientos millones de euros en 2005 a mil millones en 2004. La proporción es similar en el caso de Granada. Alejandro Sánchez manifiesta que las soluciones están claras y que sólo la implementación de determinadas medidas, cuya eficacia se ha demostrado, reduciría este problema en un noventa por ciento. En Alemania se lo han tomado muy en serio y los resultados son muy positivos.

Sánchez advierte de que frente al ahorro que supone la instalación de tecnología led, se ha comprobado que los haces azulados que entran por las ventanas son más perjudiciales que los tonos anaranjados a la hora de conciliar el sueño, con todas las consecuencias que esta circunstancia puede tener sobre la salud. A estos efectos habría que sumar otros como la atracción de mosquitos o como las alteraciones en los animales cuyo ciclo biológico necesita la penumbra.

Las más relucientes

Este tema también inquieta a entidades como la Sociedad Astronómica Granadina, que tiene entre sus objetivos precisamente la divulgación de lo mucho y bello que se pueden contemplar ahí arriba. «En Granada, desgraciadamente, tan sólo podemos divisar las estrellas alfa, que son las más relucientes, y poco más», dice Jesús Carmona, secretario de este colectivo que lleva funcionando desde el año 1981.

Para disfrutar del firmamento en toda su plenitud hay que salir de Granada, donde autovías, rotondas, polígonos industriales y polideportivos se han convertido en grandes focos de claridad. «Tenemos que ver por dónde vamos y garantizar la seguridad, pero no tiene ningún sentido que los parques estén encendidos en todo el horario nocturno cuando están cerrados o no pasa nadie», dice Jesús Carmona, quien destaca que tomando decisiones para aminorar la contaminación lumínica se limita el derroche energético y se ahorra mucho dinero.

Las zonas de la provincia de Granada con la atmósfera más limpia son las cimas de Sierra Nevada y también las comarcas situadas más al norte.

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