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Un estudiante se afana en dejar bien candada su bicicleta en los paseíllos universitarios.
Los usuarios denuncian el robo sistemático de bicicletas en los paseíllos universitarios

Los usuarios denuncian el robo sistemático de bicicletas en los paseíllos universitarios

La UGR anuncia que va a estudiar este problema y que va a instalar jaulas como las que ya existen en Informática o en Ciencias de la Educación

Javier F. Barrera

Lunes, 25 de julio 2016, 00:13

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Las bicicletas vuelan en los paseíllos universitarios. No porque vayan a toda velocidad sino porque son robadas sistemáticamente. Lo denuncian los usuarios, quienes al mismo tiempo reclaman a la Universidad de Granada que active algún tipo de medida para evitar los robos. La institución académica, por su parte, se declara dispuesta a tomar medidas para atajar de raíz este problema, confirman oficialmente desde el Rectorado.

Los paseíllos universitarios, cuyo verdadero nombre es Paseo Profesor Juan Ossorio, concentran un elevado número de alumnos y de usuarios, desde los que asisten a las clases en las facultades allí instaladas hasta los que hacen ejercicio en las instalaciones deportivas.

El diseño de los paseíllos universitarios plantea dos entradas por sus dos extremos. Uno por la Calle Severo Ochoa y el otro que da a Gonzalo Gallas. Ambos tienen vallas con puerta, por lo que el control de entrada y salida parece que puede resultar sencillo, dado el malestar generado a lo largo de este curso entre los usuarios por la oleada de robos de bicicletas.

Consejos

  • -Documentación. Guarda siempre la factura de la compra de la bicicleta y el número de bastidor (de serie) del cuadro.

  • -Descripción. Guarda fotografías de tu bicicleta y toda la información, como marca, modelo, año de fabricación y todos los elementos adicionales.

  • -Candado. Y la cadena, que deben ser inseparables y la recomendación es que le pongas dos y en forma de u.

También hay una novedad. Este mes de julio quedaron unidos los dos tramos del Metropolitano, el que viene de Albolote y el que viene de Armilla. Y el punto de unión se encuentra precisamente en los paseíllos universitarios, ya que la línea del Metro llega por la estación de tren de la Renfe y conecta en este lugar con el tramo que se dibuja hacia el Camino de Ronda, que es subterráneo.

Esta nueva situación significa que los paseíllos universitarios contarán con una nueva entrada, que igualmente quedará cerrada por la noche. Los usuarios consultados que han sufrido el robo de sus bicis comentan que los paseíllos universitarios «aunque hay vigilantes jurados, son un lugar perfecto para robar las bicis porque los aparcamientos se encuentran diseminados y lejos de la vista y acción de estos agentes».

También critican que los aparcabicis «se encuentran fuera de las instalaciones», con lo que las máquinas quedan expuestas y pueden ser robadas con relativa facilidad.

Este contexto les lleva a pedir a la Universidad de Granada que «pongan soluciones». Por ejemplo, «las entradas cuentan con cámaras de vigilancia, por lo que se puede ver perfectamente quién ha salido con mi bicicleta».

Jurídicamente, esta opción tiene su miga. «Es verdad, hay que presentar la correspondiente ante la Policía Nacional y son los agentes exclusivamente los que pueden ver las cintas grabadas. Pero yo mismo he denunciado el robo de mi bicicleta hace ya más de tres meses y todavía no me han dicho absolutamente nada al respecto», confirma a este periódico uno de los afectados.

Si cuenta sin embargo que la Policía Nacional ha contactado con él para contarle que «han debido ir de ronda por los establecimientos tipo 'Cash Converter' y cualquiera de segunda mano, pero que no hay nada». De igual forma, el afectado echa un buen rato cada día en los diversos foros en Internet.

Los hay de dos tipos. Unos en los que puedes denunciar el robo de tu bici, donde añades una fotografía, el número de serie del cuadro y los detalles como el color y marca, para que alguien de la comunidad te ponga sobre la pista. Otros son los de anuncios de segunda mano, «para ver si algún caradura pone a la venta tu bici y lo pillas».

Pero hay pocas esperanzas. «Si una bicicleta de las buenas y nueva cuesta, por ejemplo, mil euros; de segunda mano puedes llegar a sacarla por seiscientos euros. Y si es robada, te la pueden dejar en cien o doscientos euros, con lo que la atracción tanto por robar como por comprar una bici robada es enorme por lo baratas que pueden llegar a salir».

Muy baratas, sí. Pero se puede pagar un alto precio. Las bicicletas cuestan, por norma general, más de cuatrocientos euros, con lo que su robo no está considerado como una falta, sino como un delito, con lo que las penas se agravan. Y, atención, como están candadas con una cadena, para robarlas hay que utilizar un cortafríos, con lo que al delito anterior se le añade el agravamiento de uso de fuerza, que puede conllevar pena de cárcel.

Seguridad para los alumnos

La Universidad de Granada reconoce que no tiene constancia, ni a nivel de Rectorado ni del Vicerectorado de Estudiantes, de esta situación. «Aquí no nos ha llegado ninguna denuncia, no tenemos constancia», repiten desde el Hospital Real. Pero se muestran dispuestos. «Ahora que hemos conocido esta situación vamos a estudiar alternativas para evitar los robos».

De buenas a primeras, informan que «estudiaremos la posibilidad de aplicar en los paseíllos universitarios las medidas que ya existen en otros centros universitarios, como en Informática y en Ciencias de la Educación, que hay jaulas para bicis». Sobre esta oleada de robos, también sugieren que «en los paseíllos no hay jaulas para bicis, y en Caminos las salas se abren para estudiar de noche y, probablemente, al haber más alumnos, hay más bicis y más tentaciones de robarlas». En cualquier caso, concluyen, «vamos a ver todas las opciones y a buscar espacios más seguros para dificultar el robo».

Los usuarios, por su parte, piden celeridad a la institución académica. «Para empezar, que nos dejen meter las bicicletas dentro de las respectivas instalaciones deportivas. Así, mientras instalan o dejan de instalar las jaulas, no nos roban las bicicletas». De hecho, cuentan, «los propios conserjes nos dicen que las metamos dentro».

Otra solución pasa por instalar los aparcabicis todos juntos donde se encuentra la garita de los vigilantes jurados, «de forma que estarán a la vista de los agentes y sería mucho más complicado robar las bicis». Por último, critican, «sabemos que a los profesores les tienen habilitadas unas salas dentro de los edificios para que dejen allí las bicis con toda la seguridad y tranquilidad. Así que si ya lo están haciendo, que nos dejen a nosotros también un poco de sitio».

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