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Loreto se cayó del caballo el pasado domingo y acabó con una rotura del maleolo tibial.
El furor por el deporte arroja un 600% más de roturas y cirugías

El furor por el deporte arroja un 600% más de roturas y cirugías

El fin de semana ingresaron cinco personas por fracturas de huesos mientras hacían esquí, ciclismo, equitación, parapente y fútbol

Ángeles Peñalver

Sábado, 12 de marzo 2016, 00:25

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La medicina y el deporte se topan de golpe más a menudo de lo que quisieran. El fin de semana pasado ingresaron por la vía de urgencia en el hospital de Traumatología de la capital una persona con fractura de columna tras un accidente de parapente; otra con rotura de antebrazo por practicar fútbol; un individuo con la muñeca rota que estaba haciendo ciclismo; otro con fractura de fémur mientras esquiaba; y Loreto, una adolescente intervenida del tobillo tras acabar en el suelo mientras montaba a caballo. Según los datos oficiales, en 48 horas, el deporte llevó al quirófano a dos mujeres y tres hombres, tanto de mediana edad como jóvenes.

«En los últimos diez años se ha producido un incremento del 600% de pacientes intervenidos en nuestros hospitales por fracturas en la práctica deportiva y en la redes sociales de toda Europa hay referencias a Granada como buen destino para la práctica de estas actividades, entre otras muchas razones porque está garantizada una asistencia rápida y de calidad en caso de ser necesaria», asegura José Luis Martínez Montes, director de la Unidad Clínica de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Virgen de las Nieves.

«Recibimos más pacientes por lesiones en bicicleta que por esquí a lo largo del año, ya que quienes suben a Sierra Nevada lo hacen de manera estacional. Por contra, todos los lunes tenemos de dos a cuatro facturas de ciclistas, porque en la provincia hay muchos clubes de aficionados. Estos últimos llegan con los hombros -y en menor medida con las muñecas- rotas», apostilla Martínez Montes.

«Los ciclistas también acusan muchas facturas de clavícula y de húmero proximal y la inmensa mayoría va al quirófano para placa y tornillo. Incluso cuando hay un golpe importante en la columna, se produce paraplejia. Este año ya hemos tenido un ciclista extranjero que se quedó parapléjico. Casi a diario hacemos un quirófano de una persona que se cayó haciendo deporte. He trabajado fuera de la capital y la conclusión es que aquí en Granada hay mucha escuela de ciclismo y está Sierra Nevada y esos dos factores aumentan la carga asistencial en este área frente a la media de otros hospitales», explica el doctor Carlos Arjona, jefe de la unidad de Traumatología.

El equipo del hospital granadino opera al año 200 fracturas por práctica deportiva, a lo que hay que sumarle las lesiones de los ligamentos de rodilla. El furor por correr, por ir al gimnasio, por el pedaleo o los deportes de riesgo pasa factura a algunos. «De ligamentos hacemos unas 150 cirugías anuales y son gente que quiere volver a hacer deporte pronto. La mayoría se opera para seguir con sus prácticas habituales y son relaciones médico-paciente de mucha exigencia porque desean quedarse rápido sin secuelas para, por ejemplo, volver a esquiar en alto nivel», describe el director de la unidad clínica de cirugía ortopédica y traumatología.

Montañismo y parapente

La particularidad de la provincia -según Martínez Montes- es que su servicio clínico resulta imprescindible para dar cobertura a un gran incremento del sector económico en relación con la práctica deportiva. En Granada son cruciales el ciclismo y el esquí, pero ha habido una explosión de la actividad deportiva en la naturaleza en general, como el montañismo, el parapente o el barranquismo.

Loreto Pérez, de 17 años, fue a montar a caballo a la Hípica el domingo pasado, como lo había hecho otras tantas jornadas. Y apenas recuerda el momento en que se dio de bruces contra el suelo, después de pasar por lo alto de la cabeza del animal. «Salió volando por las orejas del caballo. Dio una voltereta y cayó de lado», narra al lado de la cama del hospital la madre de la paciente. El resultado: una rotura de maleolo tibial, su primera fractura después de una década de amazona. «Mi marido se rompió el mismo hueso en las mismas circunstancias cuando era adolescente», abunda la progenitora, quien confía en que -si el dolor se lo permite- su hija abandonará el hospital después de pasar la segunda noche en él.

Un coste importante

Aunque los médicos rehúsan dar datos al respecto, una fractura de pie de un menor puede superar los 1.800 euros de coste médico, según el listado oficial del Ministerio de Sanidad. Ese mismo documento estima en 5.300 euros el valor de curar una rotura de fémur en un adulto. Y según José Luis Martínez Montes, la atención pública completa a un accidentado de parapente vale de media 140.000 euros. La inversión en prótesis de cadera y rodilla para los ancianos y esa otra para abordar los daños colaterales del deporte ha disparado los presupuestos de las unidades de ortopedia y traumatología. «En general hablamos de un campo caro porque se necesita tecnología puntera, a lo que se debe sumar el precio de las prótesis», abunda el director de la unidad de cirugía.

En los hospitales de Granada se realiza una media diaria de cinco cirugías de rodilla y cadera, hasta sumar 1.166 intervenciones anuales en 2015, lo que supone un incremento del 35% respecto a 2010. La explicación es «el envejecimiento de la población y que ésta quiere operarse más porque ven buenos resultados, mejores que antes respecto a secuelas, riesgo...», señala el subdirector de Traumatología del Complejo Hospitalario de Granada, Enrique Vázquez, un área que intervino a más de 5.000 pacientes el año pasado.

Tornillos y clavos

La vanguardia del abordaje médico de las lesiones deportivas arrancó en Suiza, en el entorno de sus famosas estaciones de esquí. «Allí se vio que era mejor poner tornillos y clavos a los huesos. Se abandonó en parte la práctica de enyesar y de guardar reposos eternos que al final perjudicaban más que beneficiaban al paciente, quien acababa atrofiado tras cuatro meses de cama», ilustra José Luis Martínez Montes.

Por ejemplo, la reconstrucción artroscópica (procedimiento quirúrgico por una pequeña incisión) del ligamento cruzado anterior constituye actualmente el tratamiento que eligen los pacientes con inestabilidad de rodilla y un grado aceptable de actividad física, sobre todo aquellos que practican deportes con cambios bruscos de dirección. Y es frecuente ver afectados de veintipocos años -con inestabilidad de la rodilla tras una torsión mientras practicaban deporte- que quieren y necesitan verse curados 'ya'. Ese es el reto médico, dentro de lo posible.

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