El maltrato animal sienta en el banquillo a 16 personas acusadas de los casos más graves

La jueza de lo Penal número 8 de Palma de Mallorca dictó la pasada semana el ingreso en prisión para el dueño de un caballo de carreras condenado a 8 meses de cárcel por matarlo a palos tras un mal resultado en una carrera de trote en Manacor. «Una aberración en el siglo XXI», dijo la jueza. El acusado recurrió, pero eso no suspendió su sentencia. Desde hace una semana duerme en la cárcel.

Por su condena, inferior a dos años, podría haber evitado el ingreso en prisión, pero la magistrada explicó que dejar sin efecto el cumplimiento de la pena podría convertirse en un mensaje «antipedagógico» para la sociedad, más aún cuando el condenado ha demostrado «plena indiferencia a lo que es delito y no recientemente sino desde hace años», ya que esta condena no es la primera. Se trata de la primera persona en ir a la cárcel por un delito de maltrato animal en España.

Sólo este año en Granada, la Guardia Civil ha puesto a disposición judicial a 16 personas tras resultar imputados por un delito o falta de maltrato animal. Todos los acusados están vinculados con los casos más graves, entre ellos, el padre e hijo de la pedanía gabirra de Híjar acusados de envenenar a seis perros galgos. Agentes del instituto armado también imputaron a un vecino de Dúrcal por tener abandonados y malnutridos a una pareja de ponis, dos perros, varios cerdos vietnamitas y gallinas. Uno de los ponis, cuya imagen ilustra esta información, tenía una herida abierta en la cabeza causada, al parecer, por el correaje que llevaba puesto el animal desde hace mucho tiempo.

A falta de dos meses para acabar este año, la Guardia Civil ha investigado ya 21 casos de maltrato animal, de los cuales han esclarecido 16, frente a los 16 casos en los que trabajaron el pasado año y de los que esclarecieron 11, con 15 imputados.

Resulta evidente la mayor concienciación que existe ahora en España hacia los animales y por lo tanto hacia su protección, de ahí la adopción de mayores sanciones pero, sobre todo, de una legislación penal más dura como la que recoge el nuevo Código Penal sobre el delito de maltrato a los animales.

Desde el pasado 1 de julio, la zoofilia, las peleas de gallos y perros así como el abandono cuando la vida del animal esté en peligro están ya castigados penalmente. Otra novedad es la inhabilitación de uno a tres años a los maltratadores para tener mascotas así como el agravamiento de las penas en caso de ensañamiento o muerte del animal.

No obstante, las penas no son superiores a los dos años de prisión y hasta la fecha ninguna persona había entrado en la cárcel por este delito. Pese al endurecimiento de las penas, la clave está en la reincidencia.

Las denuncias por maltrato grave a los animales bajaron al 45% de 2013 a 2014 y las infracciones más leves también descendieron según los datos del Seprona de la Guardia Civil de Granada. Estas infracciones recogen conceptos que no sólo serían maltrato, sino otros como la falta de identificación del animal, ausencia de bozal o la no vacunación, entre otros muchos. En todo caso, este tipo de denuncias se siguen como infracción de carácter leve. En 2013 se registraron 405 denuncias por este tipo de hechos y el pasado año la cifra bajó hasta las 336. Desde el Seprona apuntan a que la mayoría de estas infracciones se registran en «animales de compañía y en menor medida por ir contra la normativa de animales peligrosos».

Sobre el perfil de las personas imputadas por maltrato suele haber una característica común que más o menos se suele repetir, «son personas reincidentes por lo general». Aunque no es excusa válida, pero muchos de estos imputados alegan que no tienen dinero para mantener al ganado porque han venido a menos económicamente para dejar abandonado a su ganado. «El Código Penal ha puesto más fácil la imputación de estos maltratadores y este endurecimiento debe tener su reflejo en los castigos que se le impongan», apunta un veterinario del colegio profesional de Granada.