Edición

Borrar
Lucía Martínez, en el despacho del Clínico con una usuaria realizando su testamento vital.
4.400 granadinos ya han anticipado a los médicos cómo quieren morir

4.400 granadinos ya han anticipado a los médicos cómo quieren morir

La provincia encabeza la tasa andaluza de ciudadanos con un testamento vital, con 5,8 inscritos por cada 1.000 habitantes

Ángeles Peñalver

Domingo, 11 de octubre 2015, 00:33

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El controvertido caso de Andrea ha reabierto el debate de la limitación del esfuerzo terapéutico en algunos pacientes, especialmente en aquellos que se enfrentan al final de sus vidas. Para atajar el problema ético que se plantea a médicos y familias en esos momentos, la Ley de Muerte Digna de Andalucía (2010) reforzó la figura del testamento vital, un documento donde los ciudadanos anticipan por escrito cómo les gustaría ser tratados en el ámbito sanitario una vez llegada la fase terminal. Hasta el pasado agosto, 4.405 granadinos habían rellenado el formulario y más de la mitad eran mujeres.

Junto a Málaga, a la cabeza

La provincia -abunda Lucía Martínez- tiene siete puntos donde formalizar ese documento y supera la media andaluza de inscritos. Granada cuenta con la mayor tasa acumulada de ciudadanos que han hecho uso de ese derecho, concretamente, 5,8 inscripciones por 1.000 habitantes; le sigue Málaga, con una tasa de 5,42. Y ambas se sitúan por encima de la media de la comunidad autónoma, que se queda en más de un punto y medio por debajo.

Testamento vital

  • Dónde hacerlo

  • Puntos de atención

  • Esos documentos se pueden cumplimentar en el hospital Clínico de la capital, en el Virgen de las Nieves, Motril, Baza, centro de Salud de Loja, en la sede del Distrito Sanitario Nordeste (Guadix) y en la delegación del ramo de la Junta. A todos ellos se accede pidiendo cita previa en el teléfono de Salud Responde, 902 50 50 60. Y el usuario puede cambiar el contenido de su declaración siempre que lo desee, siguiendo el mismo procedimiento de inscripción.

  • Requisitos

  • Mayoría de edad del firmante

  • . Pedir cita en la oficina de Voluntades Vitales Anticipadas y rellenar el documento, en lo que se tarda alrededor de una hora.

  • Qué hay que contestar

  • 1. Designar a un representante en caso de que el paciente no se pueda pronunciar sobre su estado y deseos.

  • 2. Valores vitales que se han de tener en cuenta y que sustentan las decisiones del declarante.

  • 3. Situaciones clínicas en las que se quiere que se aplique ese documento.

  • Otros detalles

  • Empleo de transfusiones, sueros nutritivos, tubo de gastrotomía, sonda nasogástrica, reanimación cardiopulmonar...

El derecho en cuestión fue regulado por la Ley de Declaración de Voluntad Vital Anticipada en 2003 y materializado con la puesta en marcha del Registro de Voluntades Anticipadas, en 2004. Aquel primer año, sólo 146 granadinos dieron el paso de concretar cómo querrían despedirse de la vida; al año siguiente ya sumaban 325; en 2006 ascendían a 388 ciudadanos; y en 2007 la cosa se disparó a 1.065 residentes en la provincia con el testamento vital firmado. ¿Qué pasó aquel año para que ocurriera ese aluvión de inscripciones? Pues que Inmaculada Echevarría, ingresada hacía nueve años en el hospital de San Rafael de Granada, pidió públicamente en octubre de 2006 ser desconectada de su respirador mecánico y se convirtió -en marzo de 2007- en la primera persona en el España que murió voluntariamente tras hacer pública su decisión de rechazar su soporte médico vital.

Las noticias relacionadas con aspectos del final de la vida -como ahora la niña gallega Andrea o la película 'Mar adentro'- aumentan el interés de la población por registrar su voluntad vital, así que probablemente -según los expertos- en unas semanas aumentará considerablemente el número de altas de testamentos vitales. «El otro día vino un chico muy joven que tras ver lo que había sufrido su propia madre se animó a hacérselo. También muchas personas ingresadas lo solicitan, yo subo a la habitación y se facilita la tarea. Entre quienes acuden a hacerse el documento hay de todo, sanos y no sanos. La mayoría cristianos, que piden que venga un capellán y les dé la extrema unción. También tenemos muchos testigos de Jehová porque no quieren ser transfundidos de sangre. La mayoría de los que acuden al Clínico no quiere sufrir dolor y algo más de la mitad se hace donantes», apostilla Lucía Martínez, quien reconoce que ella, personalmente, se quedó «más tranquila» después de dar el paso. Entre los últimos visitantes de su oficina - a la que siempre se acude con cita previa- figura «un trabajador del 061» que por propia experiencia decidió dejarlo todo por escrito.

La Ley de Muerte Digna de Andalucía (2010) dejó fuera el suicidio asistido, pero dio la posibilidad a cada uno de dejar constancia de qué actuaciones médicas, dentro de la legalidad vigente, quiere que se tomen con respecto a su cuerpo. La declaración aparece en un icono en el historial médico digital del SAS y figura en la base de datos general del país de testamentos vitales.

Consultas de doctores

Sólo el año pasado, 170 médicos granadinos acudieron a esa base de datos para tratar de resolver dudas en el tratamiento de sus enfermos. La cardióloga Concha Correa, presidenta del Comité de Ética Asistencial de Granada y Área Metropolitana, explica que los doctores entran a consultar las voluntades vitales anticipadas bien porque algún familiar les dice que el enfermo en cuestión lo había dejado por escrito o simplemente para cerciorarse de si un paciente complicado tenía el testamento vital hecho. La responsable no pudo precisar cuántas veces y en qué se sentido se aplicaron las voluntades anticipadas en la provincia.

El comité de ética se pronuncia si el médico lo solicita

  • 19 personas -médicos, enfermeros, abogados del SAS... y un lego, un ciudadano sin conocimientos específicos- conforman el comité de ética asistencial de Granada y el Área Metropolitana, que tiene homólogos en Motril y Baza. Ese grupo de expertos de carácter consultivo elaboró un documento adaptado a la provincia sobre la 'Limitación del esfuerzo terapéutico' a principios de 2015, para que fuera usado especialmente en las UCIs y en el hospital de San Rafael, especializado en paliativos y crónicos. La media de actuaciones que tiene el comité -constituido en 2011- son seis al año, aunque no todas versan sobre la retirada de medicamentos de soporte vital a los pacientes. Si los médicos creen conveniente hacer una cosa y la familia y el paciente otra distinta se podría llegar al juez, pero ese extremo no se alcanza normalmente, salvo en los pacientes menores de edad. Las familias, los ciudadanos y cualquier médico afectado puede pedir el dictamen de ese grupo de expertos cuando se le plantee un conflicto ético de salud.

De esos miles de granadinos que ya han especificado hasta dónde y cómo quieren que se les medique si su vida parece haber llegado al final, un tercio tiene entre 45 y 59 años y constituye el grupo más numeroso. Le sigue el tramo de 33 a 44 años, que suma alrededor del 25% del total. Jóvenes entre 18 y 29 años sólo figuran algo más de 575. «En el caso de los menores de edad es cuando más suele recurrirse a un juez. Son los más complejos. El testamento vital sólo lo pueden hacer mayores de edad», apostilla Concha Correa.

Puntos de registro

La mayoría de los granadinos piden tener afectada con seguridad la capacidad de comunicarse y relacionarse con otras personas y la posibilidad de mantener una independencia funcional que les permita cierta autonomía en las actividades propias de la vida diaria antes de que se les apliquen el testamento vital. Más de la mitad de los que han escrito acerca de su encuentro con la parca no quieren prolongar su existencia en situaciones ya irreversibles si no se dan unos mínimos, definidos por los puntos anteriores.

Que sus seres queridos y familiares puedan acompañarles en el trance final si ellos así lo manifiestan es otra petición común en las voluntades vitales anticipadas. Casi todos quieren que se les proporcionen los tratamientos necesarios para paliar al máximo el dolor, sufrimiento o angustia extrema, aunque eso pueda acortar su expectativa de vida. Y menos de la mitad deja claro que sí le sean aplicadas las medidas de soporte vital, reanimación o cualquier otra con el fin de prolongar su supervivencia.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios