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una vista general del aspecto que presentaba el Palacio de Deportes el día del concierto de Pablo Alborán
Pablo Alborán, un llenazo para la polémica

Pablo Alborán, un llenazo para la polémica

Las apreturas en el concierto del cantante desatan las quejas de los asistentes por un presunto exceso de aforo que el Ayuntamiento niega

Carlos Morán

Martes, 6 de octubre 2015, 01:59

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El concierto del cantautor malagueño Pablo Alborán del pasado sábado en Granada fue un éxito artístico que nadie pone en duda. Pero esa unanimidad se quiebra a la ahora de analizar la organización del recital. Fue tal el llenazo en el Palacio Municipal de Deportes y las apreturas que padecieron un buen número de asistentes, que muchos de ellos comenzaron a sospechar que se había producido un exceso de aforo, esto es, que allí había más gente de la que en realidad cabía. Y el recuerdo de la tragedia del Madrid Arena sobrevoló el recinto. En este sentido, varias personas -que aseguraron haber presentado las correspondientes reclamaciones en el propio Palacio de los Deportes- se dirigieron a IDEAL para anunciar que estaban sopesando la posibilidad de denunciar judicialmente lo ocurrido. «Los pasillos y escaleras de emergencia estaban llenas de gente, que tapaban la visión a los que estaban sentados. Aquello era claustrofóbico y asfixiante sobre todo al final. La temperatura ambiental era altísima», relató a este periódico uno de los afectados que se ha planteado emprender acciones legales.

Gradas vacías

En cambio, el Ayuntamiento, que es el propietario del Palacio de Deportes, negó ayer que se hubieran producido irregularidades. Según la edil de Protección Ciudadana, María Francés, «no se sobrepasó el aforo». La concejala precisó que así pudieron comprobarlo los efectivos de Policía Local y Nacional que estuvieron presentes y que tuvieron acceso a la información de los tornos. Francés también destacó que la empresa organizadora había contratado servicios de seguridad para el interior del Palacio de Deportes. «En un concierto así, con tanta gente, es posible que se agolparan donde no deben», aventuró la edil.

Por su parte, un portavoz de la promotora del concierto de Pablo Alborán también desmintió que se hubieran vendido más entradas de las autorizadas y advirtió de que es imposible burlar los sistemas de control. «Vendimos 7.000 entradas. Si se hubieran vendido más, se habría detectado», señaló el empresario.

No obstante, sí admitió que los problemas de espacio pudieron deberse a la decisión de los responsables del Palacio de acotar una parte de las gradas «por motivos de seguridad, según nos explicaron», refirió el portavoz de la sociedad que organizó el recital. Efectivamente, el público no pudo acceder a un rectángulo de notables dimensiones situado junto a la cancha. «La verdad es que a nosotros nos extrañó, porque no habíamos visto que se adoptara una medida como esa en otros recintos en los que hemos organizado conciertos. Pero eso fue cosa de los responsables del Palacio. A nosotros nos dijeron que había que dejar ese espacio libre por seguridad y lo hicimos. Pero, claro, como el Palacio estaba lleno igual fue eso lo que influyó en que la gente estuviera más apretada», concluyó el responsable de la empresa.

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