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Carlos Morán
Lunes, 5 de octubre 2015, 12:26
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En el balance de la segunda madrugada de mano dura contra el botellón en Granada destaca un dato por encima del resto: la Policía Local multó a 53 personas por orinar en la calle, una cifra que si no constituye un récord, cerca le andará.
Además, los agentes de la guardia municipal sancionaron a once ciudadanos que fueron sorprendidos consumiendo bebidas alcohólicas fuera de las fronteras del botellódromo, una práctica que un decreto dictado el pasado viernes por el alcalde de Granada, el popular José Torres Hurtado, ordenaba perseguir con especial intensidad.
De hecho, ya en la madrugada del sábado, que fue cuando entró en vigor las nuevas medidas de control acordadas por el Ayuntamiento, 16 personas fueron multadas por beber alcohol más allá de los límites del recinto municipal habilitado para ese menester.
Según la información facilitada por la edil María Francés, la máxima responsable de la Policía Local, los agentes también tramitaron tres denuncias por desórdenes públicos durante la madrugada del sábado al domingo y cerraron cautelarmente un establecimiento comercial por vender alcohol fuera del horario permitido.
La asistencia al botellódromo fue de unas dos mil personas en la segunda madrugada en la que el refuerzo policial estaba operativo, un número inferior al registrado la noche del sábado, cuando esa cifra superó los 3.500 concentrados.
José Jiménez, portavoz de la plataforma antibotellón, coincidió en que hubo menos gente, pero advirtió de que el «fin de semana en su conjunto ha sido terrible».
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