La danza oriental se quita el velo en Granada

Técnicas para manejar el velo, la vistosidad de las coreografías de Bollywood o el toque picante de ritmos de samba combinados con sonidos orientales conforman parte del menú de los talleres que ofrece la escuela de la bailarina Helena Bull como marco del VII Festival Internacional de Danza Oriental.

La directora de la escuela y organizadora del encuentro, Helena Rull, se ha ganado a golpe de cadera su hueco en el escenario de profesores de esta danza tras varias décadas de formación y dedicación que celebra cada año con este encuentro internacional que reúne a referentes de todo el mundo.

La artista invitada de este año es Sadie, una estadounidense con raíces indias que revolucionó la disciplina y que ostenta el 'trono' en danza oriental por la evolución de la técnica y por protagonizar los vídeos de este baile con más visitas en plataformas de internet.

Lejos han quedado ya los prejuicios sexuales que tapaban, como el velo que usan estos bailarines, los beneficios y la técnica de un baile que vivió su propio resurgir gracias a la cantante colombiana Shakira, que introdujo en sus coreografías el contoneo de caderas para popularizarlo.

"Shakira inició una nueva época en la que se desterraron los prejuicios. Ahora ya ha pasado el 'boom' y hay personas interesadas en mejorar su salud y que conocen los beneficios de este baile, también hombres", ha explicado a Efe la organizadora del Festival, que ha reconocido que cuando empezó en este mundo de movimientos sensuales el público era muy diferente al actual.

Desde hoy, Granada concentra a profesores y aficionados de diferentes rincones de España que llegan para mejorar su técnica con bailarines profesionales de Marruecos, Francia, Inglaterra o Portugal que ofrecen clases magistrales en el marco del Festival.

"Están los más importantes del mundo, como Sadie, bailarines que ofrecen nuevas visiones como Alex Delora, que procede de la escuela ucraniana o Mistri, que es coreógrafa de Bollywood", ha detallado Rull.

El brillo de sus telas, el movimiento sensual de sus caderas o la vistosidad de los atuendos de estos bailarines deslumbran cada vez a más aficionados, también hombres, que pasan por la escuela de Rull para beneficiarse de "un deporte que ofrece mucho de psicológico".

"Se practica descalzo, lo que activa la circulación, como todo ejercicio es bueno para la salud, previene la osteoporosis, ayuda en la preparación al parto y a la posterior recuperación y refuerza la autoestima, algo fundamental en niñas que han utilizado la danza oriental como terapia contra la anorexia", ha resaltado Rull.

Y divierte. Al menos por lo que se percibe en las caras de las bailarinas que ensayan para mañana armadas con castañuelas árabes y giran con soltura a pesar de lucir candelabros sobre sus cabezas.

La VIII edición del Festival, que se celebrará desde las 21.15 horas de mañana en el teatro municipal del Zaidín, ofrecerá además la actuación de compañías nacionales que demuestran el auge de la disciplina en el país como "Shamaliats", de San Sebastián, o "Alkamra", de Fuengirola (Málaga).

La clave está en dejarse llevar, dice Rull, que el cuerpo se mueva al ritmo de la música para disfrutar de una disciplina empeñada en dejar caer el velo de prejuicios que cubre la técnica.