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Los motivos del asesinato de Lorca

Los motivos del asesinato de Lorca

Sale a la luz el primer archivo oficial que alude al fusilamiento del poeta por «masón y socialista»

Ángeles Peñalver

Domingo, 26 de abril 2015, 01:06

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A última hora del 22 de abril, en la víspera del Día de San Jordi, con decenas de autores y libreros en sus casetas intentando dar salida a títulos recientes y a los clásicos de siempre, como Shakespeare o Cervantes, cuyas muertes se conmemoran estos días, y en pleno periodo entre campañas electorales, la sede central de la radio Cadena Ser hizo pública la existencia de un informe sin detallar su procedencia de dos páginas, datado en Granada el 9 de julio de 1965, y que versa sobre el asesinato de Federico García Lorca. La herida jamás cerrada de la desaparición de una figura mundial de las letras volvía a sangrar.

La aparición del documento, mencionado pero no reproducido ni publicado hace ya 32 años por el periodista Molina Fajardo, ha servido para que se arme otro revuelo mediático alrededor de la muerte del autor del Yerma. Esta vez se pone negro sobre blanco que la persecución y ejecución del universal literato a manos del Movimiento Nacional obedeció a su condición de masón, socialista y por conductas homosexuales. Esto último no se había podido leer al menos de manera completa hasta ahora en ningún documento oficial de aquella época.

El pasado jueves corrieron ríos de tinta sobre el traído informe y se pronunciaron desde el hispanista Ian Gibson, hasta investigador Miguel Caballero pasando por la propia Laura García Lorca, sobrina del autor y presidenta de la Fundación con su nombre. Los dos folios, redactados a los 29 años de la muerte del autor de Bodas de Sangre por personal de la 3ª brigada regional de investigación social de la Jefatura Superior de Policía de Granada, se dirigen al gobernador civil de la provincia. Por qué se redactaron lo cuenta Ian Gibson en la entrevista de la página siguiente de este periódico.

Laura García Lorca consideró que la nota informativa elaborada hace 40 años confirma que los motivos para aquel asesinato «fueron políticos y que también pesó que fuera homosexual». En el documento histórico también se recoge que en las inmediaciones de una zona conocida como Fuente Grande fue fusilado «después de haber confesado». En el texto se puede leer que el poeta estaba «tildado de prácticas de homosexualismo, aberración que llegó a ser vox populi, pero lo cierto es que no hay antecedentes de ningún caso concreto».

«Esto hace oficial cuestiones que ya se conocían», sentenció la descendiente. La sobrina del creador de La Casa de Bernarda Alba reconoció no obstante que su familia no había tenido conocimiento hasta ayer de esos folios mecanografiados que vienen a echar por tierra «teorías inverosímiles» como las defendidas por Miguel Caballero, en cuanto a que Lorca «fue asesinato por rencillas familiares sobre lindes».

«No persigo la recuperación»

La descendiente del dramaturgo aprovechó para recordar que sus allegados no persiguen la recuperación del cuerpo de Lorca. El documento de 1965 menciona que el literato fue arrojado en un paraje «muy a flor de tierra, en un barranco situado a unos dos kilómetros de la fuente (en referencia a Fuente Grande)? en un lugar que se hace muy difícil de localizar». La presidenta de la Fundación Lorca encuentra en esa «incertidumbre» geográfica «un motivo más para no seguir en ese empeño de la localización de los restos».

En ese entorno rural y rocoso pero a 500 metros y un kilómetro de distancia, respectivamente se han llevado a cabo las excavaciones realizadas en 2009 y en 2014 encabezadas por diferentes equipos de investigación en busca de los huesos del escritor. Javier Navarro, el arqueólogo aragonés que ha dirigido las últimas intervenciones en la zona del Peñón del Colorao (Alfacar), donde él ubica el enterramiento de Lorca, restó relevancia científica al hallazgo del informe. Su reacción era de esperar porque los papeles ubican la posible fosa a dos kilómetros de Fuente Grande, mientras que Navarro y su equipo de expertos internacionales abrieron la tierra en 2014 para buscar al poeta, pero a solo un kilómetro de distancia de la mencionada fuente. No obstante, el experto valoró que es el primer escrito en el que el régimen de Francisco Franco reconoce que el autor de El Público fue «pasado por las armas», ya que hasta entonces solo figuraba como «desaparecido».

«Utilización»

Sobre la reaparición del documento no se privó de hablar ningún interpelado y ayer la agencia Europa Press recogió las palabras del presidente del PP de Granada, Sebastián Pérez, quien criticó la «utilización» de la figura de Lorca en campaña electoral.

La delegada de Educación y Cultura de la Junta de Andalucía, Ana Gámez, tampoco se entusiasmó con la irrupción de ese archivo policial, que calificó de «breve, escueto y sin contrastar». La socialista sentenció que el texto fue elaborado por «algún funcionario» desde una mesa «que no levantó un teléfono ni comprobó absolutamente nada». Gámez arguyó que el documento se elaboró ante la «insistencia» de una escritora francesa, a quien finalmente no le fue entregado. La responsable de Cultura dijo que hay datos «contrastados» que no aparecen en esos folios, «como que Lorca murió junto a un maestro republicano y dos banderilleros».

Tampoco quiso hacer dogma de fe del texto puesto en valor el hispanista Ian Gibson, quien advirtió que los párrafos albergan «errores». El nacionalizado español, en base a testimonios orales, siempre apuntó a que Lorca estaría enterrado cerca de Fuente Grande, pero más cerca de lo que fija el archivo de 1965. De hecho, él lo ubicó bajo un monolito en memoria a las víctimas de la Guerra Civil, pero una excavación en 2009 le hizo desechar esa teoría, puesto que concluyó sin el hallazgo de restos óseos o evidencia de fosa alguna.

El aludido Miguel Caballero, autor del libro Las trece últimas horas en la vida de García Lorca, valoró el documento porque recoge que el fusilamiento fue llevado a cabo por el bando nacional, desde donde se justificó el crimen con argumentos políticos. Curiosamente, el propio Caballero ha defendido otras teorías en publicaciones anteriores, tal y como le criticaba ayer la sobrina del poeta. El granadino sostuvo a su favor que el informe aporta intencionadamente «confusión» para «ocultar» a los autores reales de aquel asesinato.

En esa línea habló el presidente de la asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Rafael Gil Bracero, quien advirtió «errores de bulto» en el viejo relato policial y restó credibilidad a un documento oficial «sin firma pero con intencionalidad». Con todos esos antecedentes, el informe del 65 solo viene a confirmar la teoría con matices del francés Claude Couffon, fallecido en 2013, que señaló la ubicación de la fosa en el Barranco de Víznar, a 1,6 kilómetros de Fuente Grande. El documento del 65 con sus dos kilómetros llevaría hasta el centro del casco urbano de Víznar, por lo que es probable que su cálculo fuera aproximado.

Nacen y mueren teorías sobre la fosa del poeta. ¿Confirmará la tierra alguna de ellas?>

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