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Daniel Olivares
Domingo, 18 de enero 2015, 00:54
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Uno de los mayores quebraderos de cabeza de cualquier evento deportivo internacional que movilice a tanta gente por una ciudad y durante varios días, como lo hará la Universiada, son los sistemas de transporte. Lo habitual es que el comité organizador de turno cierre un contrato de patrocinio con alguna marca de automóviles o recurra al 'leasing' para contar con una flota de vehículos suficiente con los que poder desplazar desde los alojamientos a los espacios competitivos a los atletas, técnicos, federativos, jueces, árbitros y a la organización.
La Universiada 2015 será un poco diferente en este aspecto. Además de contar con autobuses-lanzadera (shuttle bus en inglés) para desplazamientos de atletas y técnicos a los pabellones de hielo o a Sierra Nevada, el comité organizador se ha sacado de la chistera un acuerdo con una de las gremiales del taxi para contar con una flota de 50 vehículos que apoyarán en los desplazamientos desde los hoteles hasta las instalaciones deportivas y se dedicarán al traslado a miembros de la FISU o de las delegaciones de los países participantes.
El ajustado presupuesto y la premisa de que el evento repercuta económicamente, en la medida de lo posible, en empresas granadinas ha llevado a la Universiada a perfilar este acuerdo. Los 50 taxis irán decorados con logotipos de Granada 2015 y, posiblemente, ilustrados con la mascota, Uggi. Esa premisa de contar con compañías locales se ha tratado de seguir en la gestión del alojamiento y el transporte de los deportistas. Sin embargo, en este caso, el concurso público lo ganó El Corte Inglés. Ninguna agencia granadina concurrió.
«Para nosotros es fundamental que la Universiada tenga repercusión en las empresas locales. Ya que nos vamos a gastar cuatro millones de euros, aparte de los cuatros millones de que van a dejar los atletas y las delegaciones, qué mejor nos gastemos esos cuatros millones en empresas granadinas», explica el gerente de la Universiada, Ignacio Pippo.
En el tema de la alimentación de 1.200 voluntarios, el comité organizador también ha innovado y ha decidido ceder esta función a las asociaciones granadinas de personas con discapacidad. «Hemos desarrollado un programa con asociaciones que tienen servicio de catering y están dando comidas en los colegios, como Asprogrades, por ejemplo. Todas las comidas del voluntariado las van a preparar ellos, con lo cual, estamos haciendo también una inversión social. Nos vamos a gastar cerca de 50.000 euros en este apartado», apostilla Ignacio Pippo.
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